Reunidos los obispos de las Provincias Eclesiásticas de Granada y Sevilla en Córdoba durante los días 15 y 16 de octubre, hemos reflexionado sobre la enseñanza religiosa escolar y su profesorado en Andalucía.
Felicitamos, en primer lugar, a los padres por su preocupación, exigencia y elección de la enseñanza religiosa escolar para sus hijos fundamentados en la Constitución. Es de su responsabilidad directa la educación cristiana y moral de los hijos, derecho inalienable que les asiste constitucionalmente, debiendo los poderes públicos garantizar que sus hijos reciban la “formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” (art. 27.3).
Hemos de lamentar, sin embargo, la reducción horaria que por ley se ha producido en la Etapa de la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Consecuentemente, hemos vivido con preocupación y dolor las tensiones y angustias que han afectado a sus profesores al ver mermada su jornada laboral. El diálogo mantenido con la Administración, a distintos niveles, no ha alcanzado los frutos deseados. Expresamos, pues, nuestro apoyo a los profesores de religión ante la inseguridad personal y familiar que viven debido a su situación laboral. Reconocemos que se han paliado algunos de los problemas puntuales derivados de tal reducción horaria, sin embargo, la situación sigue siendo insatisfactoria por lo que respecta a la normalidad jurídica de los contratos laborales del profesorado y al desarrollo del programa de la materia en sí.
En cuanto a la asignatura obligatoria “Educación para la ciudadanía y Derechos Humanos”, nos ratificamos en las Declaraciones que al respecto realizó la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (28 de febrero y 20 de junio de 2007). La responsabilidad última, en este sentido, recae sobre los padres. En cuanto a los colegios católicos, afirmamos que por exigencia jurídica, además de la declaración oficial de la Vice-consejería de Educación de la Junta de Andalucía (30 de agosto de 2007), de impartir dicha materia, han de desarrollar su programa de conformidad con el Ideario del Centro, primando éste en cuanto a los valores y principios morales que han de inspirar la educación de la Escuela Católica.
Esperamos que, ante esta situación de inseguridad, la Enseñanza Religiosa Escolar alcance la plena estabilidad académica y social que su naturaleza y trascendencia merecen, y esperamos de su profesorado, al que agradecemos profundamente sus esfuerzos y entrega, que sea fiel a la misión recibida y al derecho de los padres al solicitar la enseñanza religiosa para sus hijos.
Córdoba, 16 de octubre de 2007