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HA FALLECIDO EL M.I. SR. DON JOSÉ ÁVILA

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Acaba de fallecer Don José Ávila, el sacerdote más mayor de la diócesis de Málaga (95 años). Era Canónigo de la S.I. Catedral

Según informan desde la Diócesis de Málaga, la Misa corpore in sepulto tendrá lugar el martes 10 de mayo, a las 9:30 h, en la Parroquia de la Amargura, presidida por el Obispo de Málaga D. Antonio Dorado.

Con 95 años, y siempre al pie del altar y sirviendo a la gente. Hace poco decía: «Soy un pobre cura muy protegido por la Virgen de la Amargura».

Esta tarde el cadáver estará en la parroquia de la Amargura. Mañana por la mañana será el Funeral allí mismo.

 

D. JUAN DEL RÍO. V ENCUENTRO DIOCESANO DE COMUNICADORES SOCIALES

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 LA PRENSA QUE QUEREMOS

 

V Encuentro Diocesano de Comunicadores Sociales

 

Madrid, 8 de mayo de 2005

 

“Iglesia y Prensa: avatares históricos”

 

 1. En el pórtico de este encuentro os ofrezco un breve discurrir por la historia de la relación entre la Iglesia y la Prensa. Sabiendo que nunca las cosas son pura sucesión; nunca la vida es efímera, sino que por ella transita una realidad, que tiene otro fondo; y a ella llega un relumbre de la eternidad, que hay que saber percibir. Los acontecimientos acontecen a los hombres, que, en medio de la historia, se juegan su destino, que es sagrado. Por eso diría R. Tagore que “no hay más que una historia: la historia del hombre. Todas las historias (también la de la prensa) no son más que capítulos de esta historia mayor”. La persona humana se realiza por su inmersión en la historia y por su apertura a la eternidad. La Iglesia, por la misión encomendada, tiene el deber de discernir, interpretar y trasmitir un mensaje salvador al hombre y esta tarea no puede ser suplantada por las ideologías, la economía o el servicio a cualquier poder de este mundo, de ahí que sus relaciones con los MCS no han sido fáciles. Por otra parte, el periodismo no debe ser foro de la trivialización, domesticación y destrucción del hombre, porque, como diría O. González de Cardenal: “La historia de éste es la epifanía del Eterno, y quien no sepa leer la historia del hombre se quedará sin descifrar la revelación de Dios. Tras las columnas de un periódico tienen que resonar los caballos de la historia y los ángeles de la eternidad”1.

 

2. “El modelo y pauta de toda comunicación se encuentra en el Verbo mismo de Dios”2. Recordemos que “En el principio era la Palabra…” (Jn 1,1), no el silencio, el sentido y no el absurdo, el Dios soberano de la vida y no la muerte originaria. Pero la vida humana está hecha de cambios y crisis a nivel personal y colectivo. Sucede que, desde antiguo, el hombre ha querido comunicarse con los otros y contar cosas y decir los porqués de muchas situaciones de las personas, de las instituciones y de la sociedad. Esto lo hará con incipientes pinturas, en tablillas de barro, en pergamino, en manuscrito o en papel. Las antiguas civilizaciones tenían distintos medios de información pública, basta recordar las Actas públicas o Actas del pueblo en los muros de los

 

 

1O. GONZÁLEZ DE CARDEDAL, Carta a un periodista amigo, Madrid 1989.

2JUAN PABLO II, Los medios de comunicación al servicio del entendimiento entre los pueblos”. Mensaje con motivo de la XXXIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

palacios imperiales de la vieja Roma, o los subrostoni que se ganaban la vida vendiendo noticias o fabricando informaciones sensacionalistas y sin sentido. En la misma Edad Media surgieron los mercaderes de noticias que redactaban los Avisos, que se vendían en los puertos y ofrecían información del mediterráneo oriental y recogían noticias facilitadas por marineros y peregrinos. En el siglo XV, con la invención de la imprenta aparecieron los Ocasionales, que tenían forma de libro y portada ilustrada. En el siglo XVI aparecerán los Carnard, parecidos a los anteriores pero de contenido más popular; trataban de leyendas sobre monstruos, milagros, apariciones y las explicaciones de los mismos solía ser siempre religiosa.

 

3. Sin embargo la prensa, tal como hoy la conocemos, nació en Inglaterra en el siglo XVIII marcada por las ideas filosóficas de la Ilustración y después de los “maestros de la sospecha”. Con el desarrollo de la prensa tuvo lugar el nacimiento de la opinión pública. Fue en Inglaterra donde se aprobó la primera Ley de Prensa burguesa, el LIBEL ACT, en 1792 y donde apareció, ya a finales de siglo, la prensa de negocio. Ejemplo de todo esto fue el periódico The Times (1785).

La prensa del siglo XVIII constituyó uno de los cauces más importantes por el que penetraron las ideas ilustradas en España. Se distinguían claramente dos tipos de publicaciones diferentes: la prensa culta, que defendía una ideología avanzada y cuyos lectores eran una minoría ilustrada, y la prensa popular, que, por medio de los llamados almanaques y pronósticos, ofrecía los más variados contenidos y era una vía de difusión de los valores burgueses entre las clases bajas.

En el siglo XIX el papel de la prensa fue importante en la difusión de las ideas liberales que ejercieron una importante labor en las revoluciones liberales de 1830 y 1848. A partir de 1881 en todos los países occidentales se reconoció la libertad de expresión y se dictaron leyes de prensa. Durante el siglo XIX se pueden diferenciar dos bloques: la prensa política como vehículo de una ideología, y la prensa informativa que evolucionará hacia la prensa de masas del siglo XX. Se impuso así un “nuevo periodismo” en el que los mensajes habían de ser claros, concisos y objetivos.

En las últimas décadas del siglo XX se inicia una crisis que da entrada a la sociedad de información en la que estamos inmersos. El desarrollo de las nuevas tecnologías afecta no sólo a la prensa, sino a todos los medios de comunicación. Surge el fenómeno de la concentración de grupos de comunicación que tienen periódicos, televisiones y empresas de internet. Nos encontramos en una situación de los medios de comunicación en un mundo globalizado en el que no existen las fronteras. Todo esto tiene sus ventajas e inconvenientes: hay mayor y más rápida difusión de las noticias, pero a la vez existen mayores posibilidades de control de la información, así como un aumento del riesgo de pérdida de credibilidad y de que se ofrezca información interesada.

 

 

 

4. ¿Cuáles son las actuaciones desde la Iglesia? Muchas y diversas, aunque llenas de dificultades porque la prensa moderna nace en el contexto de un Estado Ilustrado con pretensiones de ser racionalista, reformador de las instituciones y promotor de la instrucción pública, entre otras cosas. En este ambiente la Iglesia quedaba impregnada de aditivos caricaturescos, y tardó en reaccionar. Fueron los seglares quienes, en medio de las penalidades, comenzaron a tomar conciencia y pusieron las bases a través de numerosas iniciativas. Así, en 1824 en Burdeos, Grenoble y Turín quedó constituida la Sociedad Católica de los Buenos Libros, para contraponer textos de espíritu católico a bajo precio frente a la propagación de la prensa antirreligiosa. Pero no se limitó el campo a esto; existió también un género popular que pasaba por los boletines, las hojas parroquiales e incluso revistas. En 1880 inició su andadura la revista mensual “La Croix”, transformada tres años más tarde en diario de enorme influencia entre sectores católicos. En 1873 aparece la “Buena Prensa”, que consistía en todas aquellas instituciones que promovían la prensa católica de carácter popular y que en España fue muy conocida y apreciada. Pero la distribución de la prensa católica en Europa era irregular y los resultados distaron mucho de ser sobresalientes en lo que se refiere a los diarios.

 

5. ¿Qué ha dicho el Magisterio pontificio? Habían transcurrido trescientos años desde que la constitución firmada por León X rubricara las ventajas providenciales de la imprenta cuando Gregorio XVI (1831-1846) interviene con la Encíclica Mirari Vos dando la voz de alarma sobre las repercusiones de los planteamientos ideológicos del liberalismo y de lo que suponía desde esas posiciones la libertad absoluta de prensa. El Beato Pío IX (1846-1878) continuó con la actitud condenatoria que caracterizó a su predecesor, referida en concreto a la libertad de prensa. Durante su pontificado se apoyó a los jesuitas en la fundación de “la Civiltà Cattolica” (1850); algo más tarde de fundó “L’Osservatore Romano” (1861). León XIII (1878-1903) recurrió a la prensa como medio para la “cristianización de la vida moderna y la modernización de la vida cristiana”, como quedó reflejado en la audiencia de febrero de 1879 a un millar de periodistas. Consciente de lo que suponía una “buena prensa” para generar opinión y amortiguar los problemas, en numerosas ocasiones abordaría el tema. Sin embargo, el pontificado de San Pío X se caracterizó por una mayor cautela hacia la prensa y así denunció cierta prensa italiana que se llamaba católica y quería silenciar los sufrimientos de la Iglesia por parte del poder civil, e igualmente denunció a aquellos que querían libertades para todos, menos para la Iglesia. Benedicto XV (1914-1922) consideró a la prensa como un nuevo apostolado. Con Pío XI (1922-1939) se declara a San Francisco de Sales patrono de los periodistas católicos y se hace realidad Radio Vaticana, publicó la primera encíclica sobre el cine y patrocinó en 1936 la Primera Exposición Mundial de la Prensa Católica.

 

Pío XII fue el primer Papa que utilizó la televisión, tuvo numerosas intervenciones sobre la prensa, la radio y la televisión, y habló de las dificultades en el ejercicio de la profesión periodística. Juan XXIII (1958-1963), en sus intervenciones, subrayó el derecho del hombre a la búsqueda de la verdad y el derecho del ciudadano a una objetiva información de los acontecimientos. Pablo VI es hijo de un director de periódico; su pensamiento se sintetiza en que la libertad de la Iglesia no estaba separada de la lucha por la libertad de la prensa o, lo que era lo mismo, por la libertad del hombre. En su pontificado se desarrollará el Concilio Vaticano II, en que abordará el tema de la comunicación en el Decreto Inter Mirífica, luego vendrá la Instrucción Pastoral Communio et Progressio. Más tarde vendrá el Papa de la comunicación, el recordado Juan Pablo II, que, con su amplio magisterio sobre los medios, nos ha querido dejar una especie de “testamento” a los comunicadores como ha sido la Carta Apostólica El rápido desarrollo, firmada el 24 de enero de este mismo año, donde se nos recuerda que “el positivo desarrollo de los medios de comunicación al servicio del bien común es una responsabilidad de todos y cada uno”.

 

6. En medio de todos los avatares históricos de la Iglesia y de la Prensa hay unas líneas constantes que no son de ayer o de hoy, sino que son de siempre. Porque, como dice el Mensaje de la XXXIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, “las palabras tienen un extraordinario poder para unir a las personas o dividirlas, para crear vínculos de amistad o provocar hostilidad”. La Iglesia, a lo largo de los siglos, ha pretendido que la prensa sirva a la verdad, a la justicia y la paz entre los pueblos. Asimismo, ha procurado que los cristianos que trabajan en este campo, es decir, los periodistas católicos, lo hagan con profesionalidad, honestidad y servicio a la sociedad desde su fe en la Buena Noticia de Jesucristo. Y prueba de esta preocupación de siempre es el texto escrito en 1892 por Mons. Casas y Souto, Obispo de Plasencia, que dice: “Entendemos, pues, por periodista católico, todo escrito que diaria, semanal o mensual presenta publicaciones, no sólo con una aparente censura eclesiástica, que esto sería poco, sino fundada en principios genuinamente católicos, no sólo respecto al fondo de sus artículos y polémicas, sino hasta en el modo de apreciar y comunicar las noticias… el periodista católico es desde luego un soldado de Cristo… Es un atleta valeroso de la verdad… Es un predilecto hijo de la Iglesia, que, viéndola perseguida, la defiende… Es una especie de maestro desinteresado y celoso, que fundado en las solidísimas doctrinas del Evangelio y enseñanza de la Iglesia… alimenta, unifica y desarrolla los entendimientos… Es un centinela diligente… que pone sobre aviso a los sencillos e incautos… Es una especie de misionero que propaga y mantiene viva la idea de Jesucristo en el ánimo de millones de lectores… Rogamos a todos los buenos periodistas que no se acobarden ni se amilanen con cualquier tropiezo que se les presente…,sino que luchen con fe y amor a Nuestro Señor, teniendo presente la señal de la lucha y de la tribulación; pero que Él se encarga de asegurar la victoria”3. Como se puede observar, estas palabras, que tienen más de un siglo, siguen teniendo vigencia. Pues bien, como el “maestro de la ley que se ha hecho discípulo del reino de los cielos, hemos sacado del tesoro cosas nuevas y viejas” (Mt 13,52) para fortalecer la presencia de los católicos en este nuevo areópago y para que siempre luchemos por tener una prensa que esté al servicio de la “verdad del hombre”, promoviendo la cultura de la vida y de la solidaridad.

 

 

+ Juan del Río Martín

Obispo de Asidonia-Jerez

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3J.L. RUÍZ SÁNCHEZ, Prensa y Propaganda Católica (1832-1965), Universidad de Sevilla, 2002, p. 83.

 

LAS RELIQUIAS DE SANTO DOMINGO SAVIO SIGUEN EN ANDALUCÍA

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Las reliquias del joven santo que fuera canonizado en 1954 siguen su recorrido por tierras andaluzas. Hoy, 6 de mayo, día en que se celebra su festividad, los restos de Domingo Savio llegan a  Córdoba. Serán recibidos en la Catedral a las 11:30 h. por el Obispo, D. Juan José Asenjo Pelegrina quien, a continuación, presidirá una celebración de la eucaristía. Mañana sábado, en cambio, llegará a Jaén

 

La visita de sus restos sirve para proponer su figura como punto de referencia para adolescentes y jóvenes que quieren vivir una vida comprometida con el Evangelio. Domingo propone una espiritualidad juvenil vivida en la sencillez de lo cotidiano.

 

En las ciudades por las que ya ha pasado, ha sido recibido por gran número de personas. Más información y fotografías en la página web de la Inspectoría Salesiano Santo Domingo Savio (Córdoba): www.salesiano-cordoba.com

 

 

Itinerario de las reliquias de Santo Domingo Savio en la Inspectoría de Sevilla. 8 al 22 de mayo de 2005

 

Cádiz y Sevilla: 8 de mayo.

La Línea: 9 de mayo.

Algeciras: 10 de mayo.

Rota: 11 de mayo.

La Palma: 12 de mayo.

Mérida: 13 de mayo.

Badajoz: 15 de mayo.

Jerez: 16 de mayo.

Utrera: 17 de mayo.

Triana: 18 de mayo.

Morón: 19 de mayo.

Trinidad: 20 de mayo.

Huelva: 21 de mayo.

ALMERÍA. SAN JUAN DE ÁVILA

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Con motivo de la Festividad de San Juan de Ávila, patrono del clero español, el próximo día 10 en el Seminario de verano «Reina y Señora de Aguadulce», a las 12:00 h. se reunirán los sacerdotes de la diócesis; comenzarán los actos con la concelebración de la Eucaristía, presidida por el Obispo, D. Adolfo González Montes. A continuación, D. José Alascio Herrero, Párroco de Cuevas del Almanzora, expondrá  una semblanza sacerdotal. Este año celebrará las bodas de oro sacerdotales D. José Muñoz del Pozo Valero.

CÁDIZ Y CEUTA. MOVIMIENTO FAMILIAR CRISTIANO

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La población gaditana de Vejer de la Frontera sirvió de sede del Encuentro Anual de la Zona Sur de España del Movimiento Familiar Cristiano. Más de 250 personas venidas desde Granada, Sevilla, Huelva, Málaga así como de la propia Diócesis de Cádiz y Ceuta se reunieron a lo largo de todo el domingo 1 de mayo.

 

A las 13:00 h. celebró la Eucaristía el obispo de Cádiz, D. Antonio Ceballos quien estuvo acompañado por  el Consiliario General de España del MFC, el padre Manuel Reyes.

En su homilía, el Sr. Obispo animó a todos los presentes a dar testimonio y ser agentes evangelizadores de la opción familiarista católica ante el ataque que dicha institución está teniendo en los últimos tiempos.

En primer lugar, llamó a que en la familia se haga presente la vivencia de la presencia de Dios. Hay que fortalecer, en segundo lugar, la pertenencia de la familia católica a la Iglesia, la integración en las parroquias. Hay que fortalecer, en tercer lugar, la vivencia cristiana de la familia, en los aspectos litúrgicos, espirituales y sociales.

Animó, finalmente, a todos los presentes a trabajar por esos objetivos con ilusión, con entrega sintiéndose acompañados en la tarea por el Señor.

 

Tras la eucaristía, todos los presentes se dirigieron al Santuario de la Virgen de la Oliva donde se rezó ante la Virgen. A continuación se tuvo un almuerzo de confraternidad, finalizando el Encuentro con diversas actuaciones.

 

CANARIAS. SAN JUAN DE ÁVILA

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El martes 10 de mayo la Delegación para el Clero ha programado en el Aula Magna del Centro Teológico de Tafira los siguientes actos para los sacerdotes: a las 11:30 h. Concelebración de la Eucaristía presidida por el Obispo, D. Ramón Echarren. A las 12:30 h. homenaje a los sacerdotes que este año celebran las boda de oro y plata y los que han iniciado su jubilación. A las 13:30 h. Comida.

 

En el año 2005 celebran sus Bodas de Oro sacerdotales: D. Francisco Marrero Sosa (el 10 de julio de 1955). D. Juan Antonio Santamaría Alonso (el 10 de julio de 1955).   D. Luis González Hernández (el 10 de julio de 1955).

Celebran sus Bodas de Plata sacerdotales: D. José Ricardo Medina Hernández (el 13 de enero de 1980). D. Antonio Ibáñez Martínez de M. (el 27 de enero de 1980).

 

Se jubilan los sacerdotes: D. José Díaz Alemán, D. José Cirilo Díaz Alemán, D.  Manuel Guerra López, D. Francisco López Pérez, D. Juan Marrero Hernández, D. Francisco Melián Marrero, D. Vicente Rivero Díaz.

 

D. FELIPE FERNÁNDEZ. CON MOTIVO DE LA BAJADA DE LA VIRGEN DE LOS REYES

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«Y el discípulo la acogió en su casa»

(Jn 19,27b)

 

Queridos herreños:

Una vez más os escribo estas  líneas ante la próxima Bajada de la Virgen de los Reyes. A través de la venerable Imagen, que todos los herreños lleváis en vuestro corazón, es la persona viva de María la que quiere Bajar hasta cada uno de vosotros y visitaros en vuestras comunidades cristianas, en vuestros pueblos, en vuestras casas, es decir, en vuestro propio corazón.

La respuesta parece estar sugerida en las palabras del Evangelio de Juan que sirven de lema para esta Bajada: «Y desde aquella ahora el discípulo la acogió en su casa».

Es una escena preciosa, en la que el evangelista nos presenta la crucifixión de Jesús como fuente de vida y de una humanidad nueva, que brota precisamente de la cruz. «Mujer, ahí tienes a tu hijo», dijo Jesús a su madre María. Luego dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre», brindándonos como madre nuestra a su propia madre, la Inmaculada Virgen María. Y la respuesta inmediata -y gozosa- del discípulo no se hace esperar: «Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa».

Pues bien, en esta cuatrienal cita con la persona viva, que es María, a quien los herreños conocéis e invocáis con el nombre de la Virgen de los Reyes, también a vosotros parece deciros hoy Jesús: Ahí tenéis a vuestra madre. Y como, entonces hizo el discípulo de Jesús, también ahora espera Jesús que la acojáis en vuestra casa, es decir, que la recibáis como algo propio, según la traducción literal, algo singularmente vuestro.

Contar con nuestra madre es uno de los gozos mayores que se puede tener en la vida. En la madre encontramos siempre refugio, apoyo, comprensión, ternura, ánimo… La madre es la flor sin la cual nunca nuestra vida podría ser un jardín. La madre es la brújula sin la cual nunca podríamos aventurarnos a «salir a la intemperie». Haya muerto o no nuestra madre en este mundo, María, como persona viva que es,  y madre nuestra que es, puede, quiere y debe ser todo esto y mucho más para nosotros: regazo en el que podamos descansar de todos nuestros afanes y abrazo en el que encontremos cuanto afecto y ánimo necesitemos.

Ciertamente, entre los grandes dones que nos dejó Jesús -la Eucaristía,  el Espíritu Santo…-, un gran regalo que nos ha dejado a todos es, sin duda alguna, su Madre María. Pero es un regalo que, como en el caso de la Eucaristía,  del Espíritu Santo, hay que acoger con fe, como discípulos del mismo Jesús. Por eso, ante la próxima Bajada, el regalo de la Virgen de los Reyes que Jesús ha hecho a los herreños está pidiendo la fe y la acogida con la que el discípulo Juan la acogió en su casa.

Viene bien subrayar esta perspectiva de discípulos. Porque no es lo mismo acoger  la Imagen de la Virgen  de los Reyes desde un puro costumbrismo -pongamos por caso- o un puro símbolo de la isla de El Hierro, que acoger a la persona viva que es María, a través de su Imagen, con la fe y el cariño del discípulo.

En este sentido, bien vendría que todos nos preguntásemos cómo vamos a acoger nosotros a la Virgen de los Reyes y cómo nos estamos preparando para recibir su Visita. ¿La miramos como un elemento más, singular si se quiere, de una costumbre secular o la miramos con ojos de fe y con la apertura del corazón de Juan, el discípulo?

A este respecto, recuerdo muy bien que un conferenciante seglar decía, en la pasada Bajada de la Virgen de los Reyes, algo así como lo siguiente: «La Bajada de la Virgen, cuando acontece verdaderamente, es cuando un herreño o una herreña se ponen ante la Virgen y hablan de tú a tú con ella. En la intimidad del corazón. Desde la propia viva. Confiándose a ella. Ese momento es el momento más rico de cualquier Bajada de la Virgen. Todo lo demás: rayas, bailes, chácaras, manteles… Está ahí en ese momento. Porque es en ese momento cuando se da de verdad la gracia de la Bajada».

Me gustó oír esta interpretación de la Bajada. Y a ese momento me atrevo a invitaros yo a todos y a cada no de los herreños. Porque, sin ese momento, no hay Bajada de la Virgen. Con ese momento, repetido aquí y allá, por todos y cada uno de los herreños, niños, jóvenes, adultos y ancianos, sanos o enfermos, la Bajada de la Virgen de los Reyes nos muestra su verdadero sentido y se convierte en una fuente de gracia y vida, no sólo individual para cada uno de los herreños sino para toda la comunidad cristiana y para la misma comunidad humana.

Desde esta perspectiva podíamos interpretar la traducción española «La acogió en su casa», subrayando cómo María viene a hacer familia y hacer casa común entre nosotros y nos invita a vivir como miembros de esa casa y con espíritu de hermanos. Como se canta en la Plegaria a la Virgen de los Reyes, estrenada la pasada Bajada, todo el acontecimiento parece invitarnos a «que se tiendan los manteles, que se comparta el pan, que haya una gran familia y que crezca la hermandad».

Sólo me queda por decir que, así como Jesús está ya despidiéndose de su madre querida y de su discípulo amado para entregarse al Padre, también nosotros en cada Bajada podemos y debemos orar tomando conciencia de nuestra condición de peregrinos por este mundo y pidiéndole a la Virgen su amparo para llegar un día con ella al cielo. Así se canta -se reza- en la Plegaria antes mencionada con estas palabras con las que quiero terminar mi mensaje y que os invito a hacer vuestro, a todos los herreños, «ya estén cerca o lejos»:

«Vamos por este mundo

como una nave al puerto;

danos tu amparo, Madre,

y condúcenos al cielo».

O, como decimos en la Oración a la Madre Amada para esta Bajada del 2005: «Danos, en fin, Esperanza, para esta vida y la venidera; porque eres la Virgen viva, la Reina de los Ángeles, que quiso venir a morar en una cueva de nuestra isla, y nos estás esperando para sentarnos con Dios Padre, junto a Ti y todos los Santos en la gran «tafeña» eterna del Cielo». 

Así sea.

 

Pide para todos los herreños, por la intercesión de la Virgen de los Reyes, la bendición de Dios,

† Felipe Fernández García

Obispo de Tenerife

 

GRANADA. SAN JUAN DE ÁVILA

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El lunes 9 de mayo, víspera de la festividad de San Juan de Ávila -patrón del clero español- los sacerdotes y religiosos celebrarán dicha festividad juntos en el Seminario. Asimismo, celebrarán sus bodas de oro sacerdotales: P. Hermenegildo de la Campa, P. Héctor Domínguez, D. Alfonso Jiménez, D. José Meroño, D. Francisco Santos y el P. Alfonso Sierra. Asimismo, festejarán sus bodas de plata D. Miguel Lancioni y D. Antonio Pérez.

MENSAJE COMISiÓN EPISCOPAL DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL DE LA CEE

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Comunicación para la convivencia y la solidaridad

 

Mensaje de los Obispos de la Comisión Episcopal de Medios

de Comunicación Social (CEMCS)

 

1. La celebración de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales viene marcada este año con un sentimiento doble que se ha aunado en los católicos y en los hombres de buena voluntad: el dolor por la muerte del Papa Juan Pablo II, en cuya persona, llena de santidad, Dios ha bendecido, durante más de un cuarto de siglo, a su Iglesia y a la Humanidad entera con su fecundo magisterio y su entrega ejemplar a la causa del Evangelio y a la defensa de la dignidad de la persona humana; y el gozo por la elección de un nuevo Romano Pontífice con el que Dios ha querido continuar bendiciendo a su Iglesia en la persona del Santo Padre Benedicto XVI, al que queremos expresar nuestra más profunda adhesión, comunión y amor filial.

 

Agradecimiento a los medios

 

2. Juan Pablo II hizo de las comunicaciones sociales uno de los ámbitos privilegiados de la acción evangelizadora de la Iglesia y no sólo el instrumento del que servirse para llevarla a cabo (cf. Redemptoris missio, 37; El rápido desarrollo, 1). Todo ello ha contribuido ciertamente a que el suyo sea un pontificado en el que se han aunado de forma ejemplar la praxis mediática y un rico magisterio sobre la comunicación social.

Este aprecio ha sido constante en el ministerio del recordado Papa como lo demuestra la alusión expresa a los medios de comunicación en su testamento espiritual. Él mismo, consciente de la importancia cultural y apostólica de los medios en el mundo de hoy, dedicó a las comunicaciones sociales la última de sus cartas apostólicas: El rápido desarrollo (24 de enero de 2005), en la que invita a la Iglesia a asumir su responsabilidad pastoral en este campo tan importante en la vida personal y social, especialmente en lo que se refiere a su dimensión ética y a la formación de un público responsable en el uso de los medios.

Reconociendo la amistad y el diálogo mantenido por Juan Pablo II con el mundo de la comunicación a lo largo de su pontificado, el nuevo Romano Pontífice Benedicto XVI manifestó en su primer encuentro con los periodistas el día 24 de abril: “Deseo continuar este diálogo fecundo y comparto lo que decía el Papa Juan Pablo II sobre el hecho de que `el fenómeno de las comunicaciones estimula a la Iglesia hacia una especie de revisión pastoral y cultural que la haga capaz de afrontar, de manera adecuada, el cambio de época que estamos viviendo´ (El rápido desarrollo, 8)”.

 

3. Al igual que ha hecho el Papa Benedicto XVI en el mencionado encuentro al darles las gracias a los periodistas por su trabajo con motivo del fallecimiento del Papa Juan Pablo II y de la elección de su Sucesor, nosotros también queremos agradecérselo sinceramente a los profesionales y a los responsables de los medios que, siendo sensibles a la demanda informativa de la opinión pública, han contribuido a acercar el acontecer de la Iglesia y la persona del Papa a la vida millones de personas de todo el mundo. “Quiero daros las gracias por todo personalmente –les decía el nuevo Papa- y, en especial en nombre de los católicos que viviendo en países muy distantes de Roma, han podido compartir estos momentos emocionantes de fe en tiempo real. ¡Las posibilidades que nos ofrecen los medios de comunicación son realmente maravillosas y extraordinarias!”.

Todos sabemos que el hecho religioso, en este caso católico, es un componente que ha de ser satisfecho adecuadamente desde el punto de vista informativo, cumpliendo de esta manera el cometido de reflejar la realidad y servir al público, depositario último del derecho a la información. Así mismo el adecuado tratamiento mediático del hecho religioso demuestra el respeto debido a dicha realidad y a los sentimientos de los creyentes. De ahí, nuestro reconocimiento por la labor realizada por los medios de comunicación social.

 

Cultura del entendimiento y la convivencia

 

4. Precisamente para la Jornada de Mundial de este año, que celebramos el 8 de mayo, festividad de la Ascensión del Señor, Juan Pablo II eligió el lema: “Los medios de comunicación social al servicio del entendimiento entre los pueblos” y nos dejó un bello mensaje en el que nos invita a promover a través de ellos la verdadera convivencia de las naciones y de los ciudadanos: “Las modernas tecnologías nos ofrecen posibilidades nunca antes vistas para hacer el bien, para difundir la verdad de nuestra salvación en Jesucristo y para promover la armonía y la reconciliación. Por ello mismo su mal uso puede provocar daños enormes, suscitando incomprensión, prejuicios y hasta conflictos” (n.1).

La comunicación social por su propia esencia ha de buscar promover la vida social a todos los niveles. Es más, pensamos que la plena convivencia ciudadana y la vida democrática no podrían darse sin el libre ejercicio de la libertad de expresión y del derecho a la información: sin unos medios plurales y libres.

 

5. Señala Juan Pablo II que, “cuando los demás son presentados en términos hostiles, se siembran semillas de conflicto… En vez de construir la unidad y el entendimiento, los medios pueden ser usados para denigrar a los otros grupos sociales, étnicos y religiosos, fomentando el temor y el odio. Los responsables del estilo y del contenido de lo que se comunica tienen el grave deber de asegurar que esto no suceda” (n.2). Por esto mismo se hace necesario preservar constantemente en los medios la tutela del bien común y evitar en ellos aquello que, en vez de promover la verdadera construcción social, ocasione la fractura y la división, la crispación y el enfrentamiento. La opción cristiana ha de ser la de no dejarse arrastrar o vencer por la «lógica del mal», sino responder a ella con el bien y espíritu constructivo (cf. Rm 12, 21).

 

6. Nuestro país, que tanto ha sufrido por la violencia, especialmente la causada por el terrorismo, necesita en estos momentos trabajar por una mayor cohesión social y unidad de los ciudadanos, sabiendo que ello exige necesariamente tanto la opción por la verdad, mostrada con caridad (cf. 1Cor 13, 1-3; Col. 4, 6; Ef 4, 25.29), como por los valores que sustentan la dignidad de la naturaleza humana, y que tienen en Jesucristo, el Verbo Encarnado, el verdadero modelo de referencia y plenitud (cf. Gaudium et Spes, 22). A conseguir esto únicamente podrán ayudar los medios y los modos que opten por el ejercicio sereno y pacificador del quehacer informativo, sin que ello suponga en absoluto la renuncia -antes al contrario- a difundir la verdad de los hechos y a defender las legítimas diferencias de pareceres o de líneas editoriales.

 

Cultura de la solidaridad

 

7. En esta clave de apoyo al sentido social de la verdadera comunicación, valoramos también muy positivamente la contribución que los medios pueden hacer en la promoción de una mayor cultura de la solidaridad, haciendo que nuestro mundo no sólo sea una aldea global en lo económico, sino también en la justicia y en la caridad. Somos conscientes de que hoy no se puede llevar a cabo una verdadera solidaridad entre los pueblos, especialmente con respecto a los más desfavorecidos, sin los medios de comunicación. Sin ellos no se hubiera producido, por ejemplo, la corriente de solidaridad a la que hemos asistido recientemente con motivo de las devastadoras consecuencias del tsunami en Asia. En otras ocasiones los medios también dieron a conocer, como está en el recuerdo de todos, las duras imágenes del drama de Ruanda, la de los campos de refugiados de Goma, las de los terremotos de Turquía e Irán, del huracán Mitch en América Latina, etc., así como el heroísmo de los misioneros y de otros voluntarios de ONGS, el de tantas respuestas de solidaridad, de ayuda… repetidas ante las devastadoras consecuencias de las catástrofes de los últimos años.

8. Todas estas corrientes de solidaridad colectiva, como las de respuesta y socorro a tantas historias individuales de niños y de mayores necesitados, de mujeres maltratadas, etc. no hubieran sido posibles sin el recurso a los medios de comunicación. Pero estos no podrían realizar esta labor divulgativa, de mentalización, de denuncia y de reclamo de ayuda si quienes los manejan o trabajan en ellos no tuvieran un corazón solidario. En el servicio a la causa de la solidaridad se reconcilia la comunicación con su verdadera misión social. Vaya también para quienes en los medios trabajan en esta línea nuestro reconocimiento y gratitud.

 

Cultura de la vida

 

9. Esta apuesta de los medios por la convivencia y la solidaridad sería incompleta si no lo hicieran también a favor de la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta la muerte natural. En esto mismo ha querido insistir también el inolvidable Papa Juan Pablo II en su mensaje para esta Jornada Mundial de las Comunicaciones, tomando para ello palabras de la Encíclica Evangelium vitae, de la que se cumple este año su décimo aniversario: “Los comunicadores tienen la oportunidad de promover una auténtica cultura de la vida… transmitiendo la verdad sobre el valor y la dignidad de toda persona humana” (n.5).

Por nuestra parte, invitamos a los comunicadores a una mayor creatividad que no se limite sólo a la defensa de la vida humana frente a los ataques que pueda sufrir, sino que también promocione y difunda los argumentos y las historias favorables, “dando espacio a testimonios positivos y a veces heroicos de amor al hombre; proponiendo con gran respeto los valores de la sexualidad y del amor, sin enmascarar lo que deshonra y envilece la dignidad del hombre” (EV, 98).

Quisiéramos que la defensa y promoción de la vida por los medios de comunicación fuera integral y en todos los estadios o fases del ser humano, y no se limitara sólo a cuestiones de más actualidad, conscientes de que la misión de los medios a favor de la vida, la paz, la convivencia y la solidaridad es incompatible con la cultura del vacío que deshumaniza a la persona y a la sociedad por su carencia de toda trascendencia.

 

10. Lograr una verdadera comunicación social a medida de la dignidad de la persona humana no es responsabilidad sólo de los comunicadores, de los empresarios y directivos de los medios y, en la medida en que les corresponda, de las autoridades, sino también del público: lectores y televidentes, quienes mediante el apoyo de su audiencia han de secundar los contenidos dignos y, al contrario, retirarla cuando sean dañinos.

Adquirir criterios verdaderos para obrar de forma responsable en la comunicación social exige que la tarea educativa, también en el ámbito eclesial y familiar, haga una opción clara y ponga los medios personales y materiales necesarios para formar un público maduro y responsable.

Para terminar, nada más apropiado que retener en nuestra memoria, como síntesis de nuestro mensaje, lo que se nos señala en un bello pasaje del documento de la Santa Sede Ética en las Comunicaciones Sociales: “Servir a la persona humana, construir una comunidad humana fundada en la solidaridad, en la justicia y en el amor, y decir la verdad sobre la vida humana y su plenitud final en Dios han sido, son y seguirán ocupando el centro de la ética en los medios de comunicación” (n.33).

El logro de estos objetivos es nuestro deseo y oración para esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, especialmente para los comunicadores, sobre los que invocamos la bendición del Buen Dios.

+ Juan del Río, Obispo de Asidonia-Jerez y Presidente

+ Antonio Montero, Arzobispo Emérito de Mérida-Badajoz

+ José H. Gómez, Obispo de Lugo

+ Juan Piris Frígola, Obispo de Menorca

+ Joan Carrera, Obispo Auxiliar de Barcelona

D. IGNACIO NOGUER. JORNADA COMUNICACIONES SOCIALES

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XXXIX JORNADA MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES.

 

 

Los medios de Comunicación al servicio del entendimiento entre los pueblos.

 

 

El lenguaje es un conjunto de signos convencionales que posibilitan la comunicación, y por ende el entendimiento, entre los hombres. En principio –tanto más cuanto más primitivo- el lenguaje facilitó la comunicación entre personas o mínimos grupos humanos, progresando en el tiempo hasta alcanzar en nuestros días en la comunicación de los pueblos a escala mundial.

                El libro – lenguaje escrito- supuso un gran avance en la comunicación, ampliando, sobre todo a partir de la invención de la imprenta, el ámbito de la comunicación.

                Posteriormente el periódico aumentó considerablemente el círculo de influencia con enormes tiradas que ofrecían cada día una información casi inmediata que abarcaba prácticamente todos los centros de interés humano.

                Pero el periódico –con sus limitaciones de distancia y de tiempo- fue superado en esto por la radio que fue ampliando su alcance hasta convertirse en un medio de comunicación vivo, inmediato, y, gracias a los satélites artificiales, de cobertura planetaria.

                El cine contribuyó también, a su modo, a ensanchar la franja de la comunicación humana acercando, en imágenes dinámicas, el conocimiento de los pueblos, de sus usos y costumbres, de su modo de vida, aunque fuera en situaciones estancas en un tiempo y reducidas a un lugar preciso.

                Fue la televisión la que vino a enriquecer de manera espectacular el campo de las comunicaciones ofreciéndonos las noticias allí donde se producen y en el momento mismo en que se producen con los alicientes del movimiento, del color y del propio sonido recogidos al vivo.

                Por si esto fuera poco, la incorporación de las computadoras al ámbito de las comunicaciones, especialmente a través de Internet, nos abrió un mundo inmenso de conocimientos que abarcan el presente y el pasado, y se proyectan, en cuanto es posible, hacia el futuro.

                Sin estos medios, reducida la comunicación a pura expresión gestual entre personas o pequeños grupos, sería difícil por no decir imposible, el conocimiento de los pueblos y su mutuo entendimiento; y, por supuesto, sería infinitamente más lento y reducido, limitando el acercamiento, la comprensión, la solidaridad… abriendo puertas a la incomunicación, al desconocimiento, a la incomprensión, a la lucha feroz por la propia subsistencia.

                Los Medios de Comunicación Social han de contribuir a la aproximación de los pueblos, a su hermanamiento, a la consolidación de la paz, a la solidaria ayuda mutua. Así lo señala la Redemptoris missio (37): “Los Medios de Comunicación Social son el primer areópago del tiempo moderno; para muchos el principal instrumento informativo y formativo, de orientación e inspiración para los comportamientos individuales y familiares”.

                Efectivamente los Medios de Comunicación Social –sanamente orientados al margen de espurias apetencias comerciales- informan y forman promoviendo el acercamiento de los pueblos, moldeando su comportamiento, disipando malos entendidos, suscitando confianza, concertando fuerzas para una acción conjunta al servicio del bien común.

                Gran parte de los conflictos insuperables del mundo actual son fruto del mal uso de estos medios que contribuyen, con su actitud negativa, al distanciamiento, a la agresividad, al enfrentamiento entre etnias, religiones, ideologías, movimientos políticos o clases sociales, creando conflictos que, con un mutuo entendimiento y al margen de intereses bastardos, podrían evitarse; y, lejos de de cavar profundas simas entre individuos y pueblos, levantarían puentes que unieran las más distantes orillas.

                Desgraciadamente no es así. Las diferencias que separan a los pueblos se destacan con especial crudeza emergiendo rivalidades, renovándose viejas heridas que vuelven a sangrar, y abriéndose otras nuevas aún más enconadas.

                Hay que admitir que el mundo actual se mueve más por noticias que por ideologías. Y las noticias, generalmente malas, que son las que venden, recorren en segundos el planeta, llegando a los últimos rincones, adentrándose en todos los hogares, sembrando a su paso la semilla de la discordia que crece en la misma tierra junto a las buenas hierbas.

                Lo que pretende la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales es hacer realidad lo que el Concilio Vaticano II recomendó: “… Para el recto uso de estos Medios es absolutamente necesario que los que los utilizan conozcan las normas del orden moral en este campo, y las lleven a la práctica” (Inter mirifica, 4).

                Grande es el poder que los Medios de Comunicación Social han depositado en manos de quienes los dirigen. Y enorme la responsabilidad en su uso. Entre sus objetivos primeros está la cultura de la vida en la recta jerarquización de los valores sobre la base del reconocimiento y respeto a la dignidad de la persona humana creada “a imagen y semejanza de Dios”.

                El modelo de comunicador se encuentra en Jesús –Verbo o Palabra del Padre- que trajo al mundo la Verdad, la Buena Noticia en su más alta dimensión, estableciendo una nueva alianza fundamentada en la paz de3l hombre con Dios, consigo mismo y con sus semejantes.

                El entendimiento entre los pueblos, promovido y alentado por los Medios de Comunicación Social, puede hacer que se derrumben los muros de hostilidad que separan a los pueblos, fortaleciendo el entendimiento y la comprensión cuyo fruto natural es la paz.

                Mucho empeño y más oración hay que poner de nuestra parte para conseguir una transformación de los Medios de Comunicación Social ahora empeñados en una puja de audiencia, en una feroz competencia comercial utilizando para ello toda suerte de armas legítimas o no.

                Hay que conseguir “… un ambiente de compromiso con el bien común, un bien que no se reduzca a estrechos intereses de un grupo particular o nación, sino que acoja los intereses de todos, el bien de la familia entera…” (Pacem in terris, 132).

                Eso es lo que yo pido, y os ruego a vosotros que pidáis, en esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.

 

                Os bendice cordialmente,

 

               

                               Ignacio Noguer Carmona, Obispo de Huelva

  

 

Huelva, abril de 2005

 

 

 

 

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