Con motivo de esta celebración, el Secretariado diocesano de Pastoral Obrera organizó una mesa redonda en el I.E.S. Fuensanta para reflexionar sobre la situación del trabajo en tiempos de crisis desde una mirada esperanzadora.
Posteriormente, se celebró una Eucaristía en la parroquia Ntra. Sra. de la Fuensanta, seguida de una convivencia en los salones parroquiales. Durante la jornada, le leyó un comunicado, donde se expone que “la situación actual debería abrirnos los ojos y el corazón a la necesidad de profundos cambios en nuestra sociedad y en la forma de entender y organizar la económica, siendo conscientes de que otro mundo es posible, y que lo podemos arreglar si tenemos en cuenta la justicia, la igualdad, y la fraternidad que nos debemos como hermanos, hijos e hijas de un mismo Dios”. Continúa señalando que “como creyentes seguidores de Jesús de Nazaret queremos proponer que para nosotros, y para un país que se quiere organizar humanamente, ´el primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la persona en su integridad´ (Caritas in veritate, 25).
El comunicado finaliza señalando que “el 1º de mayo es un día de Fiesta para reivindicar la centralidad del trabajo en la de las personas y reclamar a los gobiernos que pongan en el centro de sus preocupaciones las alegrías y las angustias de toda la sociedad, especialmente de los empobrecidos de nuestro país y de los trabajadores y trabajadoras del mundo”.