La comunidad de marianistas formada por Avelino Palma, Julio Ruiz de Zárate y Germán Cremades aprovechó la reunión de Arciprestazgo del pasado lunes para despedirse de quienes han sido sus compañeros de zona durante seis años, sin contar los dos anteriores en los que ejercieron su ministerios otros sacerdotes de la misma congregación.
Siendo fieles a su carisma de educar en la fe y comprometidos en alianza con María para la misión, la comunidad aterrizó en este punto de la geografía del levante almeriense en 1981, con la misión pastoral de atender el Colegio diocesano de San Pío X y, más adelante, la parroquia de Vélez Blanco. Aún así, los marianistas ya se encontraban en la provincia a finales de los sesenta y principios de los setenta para encargarse de La Chanca.
Una vez que cerrara el colegio, la comunidad extendió su labor al Instituto de Vélez Rubio hasta que, llegada la jubilación del P. Ignacio Prados, los marianistas abarcaron la atención espiritual de María, Cañadas de Cañepla y Topares. También por un intervalo más reducido de tiempo, Manuel Otaño se hizo cargo de Chirivel, Los Cerricos y El Contador, junto con las clases de Religión en los diversos colegios públicos de la comarca.
Tras este bagaje, la congregación se ha visto obligada a realizar una reestructuración a nivel nacional por motivos evangélicos de apertura al Tercer Mundo y el descenso de vocaciones, dando como resultado la pérdida de esta comunidad en la zona de la sierra de Almería. Ahora será un sacerdote diocesano, Javier Yepes Miñano, quien recogerá el relevo pastoral de los marianistas, por encargo del prelado de almeriense, monseñor González Montes.