«Primer Anuncio en Familia» es el tema protagonista de la segunda edición de las Escuelas de Evangelizadores para el próximo 18 de enero.
Los ponentes, Aurora y Miguel Ángel son los Delegados de la Pastoral Familiar y Defensa de la Vida de la Diócesis de Asidonia-Jerez.
El horario de actividades es el siguiente:
09:30 – Acogida e inscripciones.
10:00 – Eucaristía de apertura.
11:30 – Charla a cargo de los ponentes Aurora y Miguel Ángel
14:00 – Almuerzo.
15.30h – Talleres.
Adoración Eucarística para finalizar.
Lugar: Colegio Amor de Dios, Cádiz.
La tarde también será de gran relevancia, con una serie de talleres enfocados en diversas áreas de la evangelización. Se abordarán temas de gran interés y actualidad, tales como la Evangelización desde la Pastoral de la Salud, Evangelización en Misiones, y la Evangelización desde el Secretariado de Migraciones y la Asociación Cardijn. Estas áreas reflejan el compromiso de nuestra diócesis con los sectores más necesitados y las periferias sociales.
A partir de este 20 de diciembre, la Parroquia de Santa Ana de Jerez de la Frontera comienza un encuentro mensual que tendrán lugar los tercer viernes. Esta reunión de la Adoración Nocturna tiene como programa la formación, la adoración y la Eucaristía.
Desde la parroquia se invita a participar en esta realidad de la Iglesia que está presente en esta parroquia de la ciudad sede de la Diócesis. Asimismo, cabe recordar que dando comienzo este viernes 20 a las 20:30hrs nos servirá para seguir preparando nuestro corazón para la llegada del Salvador.
La parroquia murciana de San Andrés y Santa María de la Arrixaca acogerá mañana jueves el reparto diocesano de la Luz de la Paz de Belén, organizado por los Scouts Católicos de Murcia. Será a las 20:30 horas, en una celebración eucarística en la que cada año participan parroquias, movimientos eclesiales y familias de toda la Diócesis. En esta misa se pedirá especialmente por la paz y se invitará a los asistentes a que lleven la Luz de la Paz de Belén a sus comunidades y hogares.
Esta luz, encendida cada año en la gruta de la Natividad en Belén, es transportada a la ciudad austriaca de Viena por el Movimiento Scout Católico, que la distribuye desde allí a sus distintas delegaciones para que estas la lleven a sus países y llegue así a parroquias, hogares, hospitales, residencias de ancianos, prisiones, etc.
Juan Carlos Ponce, consiliario de los Scouts Católicos de Murcia, invita a los fieles «a participar y a ser portadores de este símbolo de fe, que renueva el mensaje de la Navidad y une a personas de diferentes culturas y países en torno a un mismo propósito: la construcción de la paz».
El 17 de diciembre tuvo lugar la presentación del libro “La Fuente se hizo historia. El retablo mayor y otros retablos de la Capilla Real de Granada”, en la Capilla Real de Granada.
El libro, escrito por D. Manuel Reyes, capellán mayor de la Capilla Real, presenta el singular retablo mayor, descubriendo su historia y exponiendo la gran presencia renacentista en el templo. La publicación hace un recorrido por todos los escenarios del templo construidos para la oración y transmisión de la fe.
El acto comenzó con unas palabras del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, que expresó su gran alegría de poder presentar el libro, que muestra la belleza de la encarnación de Cristo, a su vez de abrir el alma de Isabel la Católica.
El libro ha sido editado por la Capilla Real y ha contado con la financiación de Unicaja. Es por ello que D. José Manuel Domínguez, presidente de la Fundación Unicaja, manifestó su gran ilusión de haber podido participar en la divulgación de la cultura de “una institución de tanta trascendencia y significación, que ha conseguido mantenerse activa a través de los siglos”.
A continuación, D. Manuel Reyes, autor del libro, realizó una descripción general de los retablos de la Capilla, y terminó recorriendo detalladamente el retablo mayor, una minuciosa exposición de la que pudieron ser partícipes en directo todos los asistentes.
Para finalizar el acto, habló D. Juan Jesús López-Guadalupe, profesor de Historia del Arte en la Universidad de Granada, quien incidió en la importancia del libro exponiendo que “constituye un mosaico de aportaciones reflexivas a la historia, al patrimonio, a los valores espirituales de la Capilla Real”. También agradeció a D. Manuel su “esfuerzo intelectual y espiritual. Es un servicio”.
El Belén viviente de Cantillana pone el punto y final a las representaciones de belenes vivientes en la provincia. Organizado por la Hermandad de la Divina Pastora de la localidad, se trata del único Belén viviente de Sevilla compuesto por escenas estáticas con personas inmóviles. Concretamente, 250 pastoreños de todas las edades participarán en este ‘Belén se ha convertido en un pueblo pastoreño’ a través de la representación de 22 escenas que compondrán esta sexta edición.
La actividad tiene lugar en la aldea donde cada año se celebra la romería de la Divina Pastora, y como novedad, incluye pasajes de la vida de la Virgen María, con escenas como ‘La Natividad de la Virgen’ y ‘La infancia de la Virgen’. La anunciación a María, el sueño de José, la visita a Isabel, la búsqueda de posada, la anunciación a los pastores y el Nacimiento también aparecen. Si bien, este Belén viviente no finaliza con el nacimiento del Niño Jesús y la adoración de los Reyes, sino que en cada edición se añaden escenas posteriores de la infancia y el inicio de la vida pública del Señor, algo exclusivo de esta representación. En esta edición serán las cinco últimas escenas las posteriores al nacimiento: la infancia del Mesías, representada por el Niño Jesús jugando con su primo san Juan; el Niño Jesús entre los doctores; el regreso de Egipto; la Sagrada Familia y el Bautismo del Señor.
Por otra parte, destaca de forma especial la plasticidad de este belén viviente, ya que cada escena está cuidada hasta el mínimo detalle, desde las vestimentas a la decoración y ambientación de cada pasaje.
‘Belén se ha convertido en un pueblo pastoreño’ se celebrará los próximos días 28 y 29 de diciembre, de cinco a siete de la tarde. Las entradas – con un precio único de tres euros – se podrán adquirir de forma anticipada en la Casa Hermandad de la Divina Pastora (C/ Juan Ramón Jiménez, 22, Cantillana); en la sevillana joyería El Toisón (C/ Javier Lasso de la Vega, 3) en horario comercial, y por vía telefónica en el 682 630 550 (tanto llamadas como mensajes de WhatsApp). Los días de representación también podrán comprarse en la taquilla, por un precio de cinco euros.
Será el día 20 de diciembre, a partir de las 20:30 horas, cuando se lleve a cabo la cita en la parroquia
La parroquia de Santa Teresa de Córdoba acogerá el viernes, 20 de diciembre, a la Escolanía de la Abadía Benedictina de la Santa Cruz del Valle de los Caídos para ofrecer un concierto de Navidad que comenzará a las 20:30 horas.
Siguiendo el precedente de las escolanías medievales y de los niños oblatos del monasterio de Silos desde 1881, la Escolanía del Valle de los Caídos nació en 1958, a la vez que la propia abadía de la Santa Cruz, para contribuir a la solemnidad de las celebraciones litúrgicas en la basílica. Desde entonces se ha convertido en una formación coral de gran prestigio dentro y fuera de España. Son el único coro de voces blancas del mundo que interpreta el repertorio gregoriano completo, en latín y a una edad muy temprana. Niños y jóvenes que estudian en un entorno natural y monumental único y adquieren una sólida formación religiosa y académica y una inigualable capacitación artística en voz e instrumentos.
Los templos jubilares en la diócesis de Guadix serán la Catedral y el Santuario de San Torcuato, en Face Retama
El papa Francisco ha convocado, para 2025, el Año Jubilar de la Esperanza. Es un Año Jubilar ordinario, de los que la Iglesia convoca cada 25 años, para celebrar y experimentar la gracia y la misericordia de Dios. Aunque el templo jubilar por excelencia y la Puerta Santa se encuentran en Roma, en la Basílica de San Pedro, en todas las diócesis del mundo habrá templos jubilares, donde podrán lucrar las indulgencias aquellos que no puedan peregrinar a Roma.
En la diócesis de Guadix habrá dos templos jubilares: uno será la Catedral y el otro el Santuario de San Torcuato, en Face Retama. En los dos, habrá una celebración de apertura y clausura del Jubileo, así como actos jubilares a lo largo del año.
En la Catedral, la apertura del Año Jubilar de la Esperanza será el domingo 29 de diciembre, a las 12 de la mañana. La comisión creada para organizar este año jubilar convoca a toda la diócesis a participar en la apertura del Jubileo. Por eso, se ha pedido que se supriman las Misas de la mañana de ese domingo 29 de diciembre en toda la diócesis, para facilitar que puedan asistir los fieles y los párrocos a la celebración de inicio de este año santo. Aunque la Misa será a las 12´00h, presidida por el obispo D. Francisco Jesús Orozco, los actos jubilares comenzarán a las 10´45h, en la iglesia de Santiago, de Guadix, para comenzar desde allí una peregrinación hasta la Catedral.
La peregrinación desde la iglesia de Santiago hacia la Catedral estará encabezada por una pancarta con el lema “Peregrinos de esperanza, Jubileo 2025”, que es el lema del Año Jubilar. En la comitiva estarán representados los cinco arciprestazgos: las parroquias correspondientes a cada arciprestazgo caminarán agrupadas en torno a la cruz guía parroquial. Las hermandades y cofradías estarán también representadas en torno a sus estandartes. Están convocadas también las distintas delegaciones episcopales, los secretariados diocesanos y demás instituciones eclesiales (Caritas, movimientos apostólicos…). En el trayecto hacia la Catedral habrá varios momentos de lectura y reflexión de textos de la bula Spes non confundit, además de la entronización y proclamación de la Palabra de Dios en la Plaza de la Palomas.
En el Santuario de San Torcuato, en Face Retama, la celebración de apertura del Año Jubilar será el 4 de enero, también con una solemne Eucaristía, presidida por el obispo diocesano.
A ambos templos jubilares quedan convocados todos los arciprestazgos, parroquias, hermandades y movimientos eclesiales a peregrinar, a lo largo del año, para vivir este Jubileo de la Esperanza en comunión con toda la Iglesia.
Este gran Jubileo del Año Santo 2025, convocado por el Papa Francisco, comenzará el próximo 24 de diciembre, con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, como pórtico de entrada a la celebración de la Nochebuena y de la Navidad. Se celebra a los 25 años del Jubileo del año 2000 —convocado por San Juan Pablo II con la bula Incarnationis Mysterium—, y a los diez años del Jubileo extraordinario de 2015 —convocado por el Papa Francisco con la bula Misericordiae vultus—. La proclamación del presente Jubileo tuvo lugar el pasado 9 de mayo, solemnidad de la Ascensión, con la publicación de la bula Spes non confundit (La esperanza no defrauda). En dicha bula, el Papa Francisco nos anima a ser peregrinos de esperanza para, poco a poco —guiados por la virtud teologal de la esperanza— acercarnos al Jubileo extraordinario de 2033, donde celebraremos los dos mil años de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.
Hoy miércoles, día 18, en la Casa de la Iglesia. La Pastoral abre también su plazo de inscripción para el Curso de visitadores y ministros de la Eucaristía, que se celebra en enero.
La Pastoral de la salud celebra hoy miércoles día 18 una nueva jornada de formación permanente, dedicada al cuidado del cuidador.
La convocatoria tendrá lugar a las 17:30 horas, en la Casa de la familia (C/ Gracia, 48), y está dirigido a todas las personas que deseen asistir, especialmente quienes tienen a su cargo personas enfermas en casas, residenciales o en hospitales, y profesionales sanitarios.
A las preguntas ¿Estás al cuidado de algún familiar?, ¿eres interna?, ¿visitas a alguien que tenga un cuidador?, ¿quieres conocer mejor cómo es su situación y cómo acompañarle?, intentará dar respuesta y ofrecer claves de ayuda en esta jornada de formación.
Asimismo, en el marco de esta jornada participará Manuel Gavilán y su perro médico de ayuda sanitaria Aslan, que se ha convertido en su cuidador. Gavilán ha escrito un libro sobre esta asistencia sanitaria con su perro, cuyos fondos van destinados al Proyecto Raquel de ayuda a las embarazadas que están solas y sin recursos, promovido por la Pastoral diocesana de familia.
Por otra parte, la Pastoral de la salud ya ha abierto el plazo de inscripción para participar en su Curso de visitadores y ministros de la Eucaristía, que cumple su II edición. Se celebrará los días 18 y 25 de enero, y el 15 de febrero, de 9:30 a 13:30 horas, en la Casa de la Iglesia (C/ Gracia, 48).
Las personas interesadas deben realizar su inscripción EN ESTE ENLACE y rellenar los datos solicitados en el formulario:
A punto de entrar por la Puerta del Perdón del Templo madre de todas las iglesias de nuestra Diócesis, que nos conducirá a “la Esperanza”, me dirijo a todos vosotros en este tiempo especial, en el que la Iglesia celebra un Año Jubilar. Para que, juntos, como Iglesia que peregrina entre olivares, tomemos conciencia del momento que la Iglesia Universal va a vivir, reconociendo en la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo el hecho histórico en el que, de nuevo, el cielo volvió a unirse con la tierra.
Aniversario de la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo
Es en ese mismo instante, en el que Dios se encarna en el seno virginal de María, entra en nuestra historia como hombre, se hace uno de nosotros en humanidad, excepto en el pecado: en Él, la esperanza se hace carne, y nos trae la salvación y la paz que tanto necesitamos. Como nos dice San Pablo en la carta a los Romanos: «Spes non confundit» (La esperanza no defrauda, Rm 5,5).
Este Jubileo nos invita a una profunda reflexión sobre los orígenes de nuestra fe. Al igual que nuestra Catedral, que se alza como un signo de los comienzos y bajo la cual reposan capas de historia, nuestra fe tiene raíces en una gran tradición. Esta tradición de la Iglesia se complementa con las pequeñas, pero significativas, tradiciones de nuestras familias, pueblos y ciudades.
Es un tiempo propicio para volver a las fuentes: a la Sagrada Escritura, a las tradiciones que nos ha transmitido la fe, al testimonio de los santos, y, sobre todo, a nuestra relación viva con Cristo, que está presente y actuante en nuestra vida.
Cuando el Santo Padre Francisco elige como lema de este Jubileo “Peregrinos de Esperanza”, lo hace sabiendo que nuestro mundo está necesitado de esperanza. No es difícil que el alma se desesperance al mirar a nuestro alrededor. Las guerras y su rosario incesante de víctimas; las desigualdades que siguen acarreando hambre, falta de sanidad, de recursos… en tantos lugares del mundo; la soledad, esa epidemia de nuestros días que lleva a vivir, y a morir solos a tantos ancianos; el feroz consumismo que nos lleva a llenarnos “de cosas” para vaciarnos de Dios; aquellos que pierden la vida en el mar en busca de una oportunidad que dignifique su vida; los niños que no llegan a ver la luz de este mundo en nombre de un derecho no bien entendido; los bosques que arden y que consumen ese regalo que es la naturaleza… Frente a esa realidad desesperanzada, dolorosa, mortal… sabemos que existe una Esperanza con mayúsculas que nos muestra un camino coloreado de verde, y que prende en el corazón de aquellos que esperan. Somos hombres y mujeres en busca de sentido.
La oportunidad del Jubileo
El Jubileo no es solo un evento conmemorativo, sino una auténtica oportunidad de gracia para fortalecer nuestra fe, purificarnos de nuestros pecados y renovar nuestra esperanza. Es un tiempo privilegiado en el que se nos invita a caminar como peregrinos hacia el encuentro con Dios, dejando que la misericordia y el amor transformen nuestra vida.
A. Fortalecer la fe
La conmemoración del aniversario de la Encarnación nos recuerda la verdad histórica que fundamenta nuestra fe. Nos da la oportunidad de responder con mayor firmeza a esta verdad, especialmente en un contexto en el que muchos cristianos viven su fe de manera débil o fragmentada: no rezan, no frecuentan los sacramentos, ni orientan su vida según el Evangelio.
Aunque esta realidad nos duele, también nos desafía a ser auténticos testigos agradecidos del amor de Dios que nos ha hecho hijos suyos, creados para vivir y convivir eternamente en comunión con Él; y nos desafía, también, a redescubrir la operatividad de la fe, haciéndola presente en nuestras decisiones diarias.
B. Purificarnos de nuestros pecados
El Jubileo también es un tiempo de arrepentimiento y perdón. En el Antiguo Testamento, el Jubileo buscaba restablecer la situación original de la Alianza. Hoy, nosotros somos llamados a renovar nuestra alianza bautismal y a recuperar la vida de gracia a través de la fidelidad y la generosidad.
El sacramento de la penitencia se presenta como el camino privilegiado para este propósito. Es necesario que lo vivamos con seriedad: haciendo un examen profundo de conciencia, una confesión sincera, un verdadero arrepentimiento y un compromiso serio de cambio. La indulgencia plenaria ofrecida durante el Jubileo nos ayuda a purificarnos completamente, devolviéndonos la alegría de la salvación.
C. Momento de renovación y esperanza
Este Jubileo, también, es una llamada a la renovación personal y comunitaria. Aunque nos duelan el secularismo que podemos estar viviendo y el empobrecimiento de la fe, no debemos caer en el desaliento.
Escuchemos la voz de Dios que nos llama a ser auténticos, a acoger y responder a su voluntad y a estar unidos como una misma familia, en la que todos somos hermanos, hijos de nuestro Padre Dios. Este es un tiempo para renovar nuestra esperanza, convencidos de que el Señor sigue caminando con nosotros.
La Esperanza en la Sinodalidad
El camino de la esperanza no es un camino individual, sino comunitario, y se expresa de manera singular en el proceso sinodal que juntos emprendimos en 2021 y que nos hizo replantearnos nuestra manera de ser Iglesia y de vivir en la Iglesia. Este hermoso camino nos ha mostrado la importancia de la sinodalidad, es decir, del caminar juntos, en unidad y respeto mutuo, en la escucha y el discernimiento del Espíritu Santo. Las conclusiones del Sínodo nos han llamado a ser una Iglesia que se siente llamada a acompañar en la esperanza, a ser testigos de la verdad en un mundo que ansía respuestas. En nuestra sinodalidad, el discernimiento nos invita a acoger a todos, sin dejar de anunciar la salvación de Cristo.
El Discipulado como camino de Esperanza
En este tiempo de reflexión sinodal, también hemos recibido una invitación personal y comunitaria a la conversión y a ser más fieles al mandato del Señor de salir al encuentro de aquellos que aún no lo conocen. El discipulado, eje sobre el que este año se vertebra nuestro Plan Pastoral, se presenta, igualmente, como el camino de la esperanza para los que buscan sentido en sus vidas. Un sentido que nosotros ya hemos descubierto, que llena nuestro corazón de gozo, y que debemos transmitir a aquellos que aún no han experimentado el amor y la misericordia de Jesús, a través del testimonio comprometido y fértil de nuestra vida cristiana.
El discipulado nos lleva a sembrar semillas de esperanza en aquellos que aún no conocen a Jesús: nuestra vida de discípulos debe ser una luz que los guíe a Él. La esperanza que vivimos y compartimos en nuestras comunidades se convierte en el testimonio vivo de que el Señor está cerca, de que su amor no falla, de que su Palabra es fuente de vida. Así, el discipulado se presenta como camino esperanzado para aquellos que buscan la verdad, el sentido y la salvación en medio de tantas incertidumbres cotidianas.
La sangre de los mártires: signo de Esperanza
A lo largo de la historia de la Iglesia, también en la de Jaén, la sangre de los mártires ha sido el testimonio más grande de esperanza. Aquellos que han dado su vida por Cristo, en defensa de su fe, nos han dejado un legado de fidelidad y fortaleza. La vida de los mártires, hombres y mujeres con sus particulares historias vitales, nos recuerda que la esperanza no se apaga ni siquiera en las situaciones más difíciles. Su sacrificio es un testimonio de la esperanza que no se quiebra, una esperanza que es más fuerte que la muerte. Como dice San Pablo en la carta a los Romanos: «Más aún, nos gloriamos incluso en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia, la paciencia, virtud probada, la virtud probada, esperanza» (Rm 5,3-4). En su ejemplo, encontramos la verdadera medida de la esperanza que no defrauda.
Ojalá que uno de los frutos de este Año Jubilar sea que los más de cien Siervos de Dios, cuyos procesos de martirio se estudian en Roma, alcancen, por sus vidas entregadas, la palma del martirio que los convertirá en Beatos de nuestra Iglesia particular.
Paciencia y esperanza unidas
La esperanza no se puede separar de la paciencia. Vivir en esperanza significa saber esperar con confianza y serenidad en Dios, aun en medio de las pruebas y tribulaciones. La paciencia nos enseña a confiar en el tiempo de Dios, a entender que no todo se resuelve de inmediato, pero que Él siempre está trabajando en nuestra vida. La paciencia es la virtud que acompaña a la esperanza, que la purifica y la fortalece. Y en esa esperanza, que se nutre de la paciencia, encontramos la paz que proviene del Señor.
La Esperanza: ancla y llama del Espíritu Santo
La esperanza es a la vez un ancla y una llama. Como un ancla, nos sostiene firmes en medio de las tormentas de la vida, y a la vez nos da seguridad en las promesas de Dios. La esperanza es la certeza de que no estamos solos, de que, en medio de todo sufrimiento, el Señor está con nosotros, guiándonos y protegiéndonos. Y como una llama, la esperanza ilumina nuestro camino, nos anima y nos impulsa a seguir adelante, a ser portadores de esa luz a los demás. Esta llama de esperanza es obra del Espíritu Santo, que nos inspira y fortalece en nuestra vida de fe.
En este Año Jubilar, os invito a mirar al futuro con confianza, a renovar nuestra fe y a vivir en comunión. Que esa Esperanza que nos trae Cristo con su nacimiento en esta Navidad nos impulse a ser discípulos fervientes, a vivir con paciencia y fortaleza, y a ser testigos de la esperanza que nunca defrauda.
La Caridad como hilo conductor
Con la oración, en este segundo año preparatorio del Jubileo, hemos pedido al Señor que ilumine nuestro corazón para procurar que todas las realidades de la Diócesis participen y estén presentes; y que la caridad sea el hilo conductor de todas las acciones que vamos a llevar a cabo y que tendrán reflejo en un gran proyecto dirigido a personas migrantes y víctimas de la trata. Que niños, jóvenes, familias, mayores… sean protagonistas. A todos os pido implicación, colaboración y sobre todo que viváis este año como un regalo que la Iglesia nos hace como hijos amados de Dios.
La Catedral como centro Jubilar
Nuestra Catedral, como signo de los orígenes y lugar central de nuestra Iglesia Diocesana, será el epicentro de las celebraciones jubilares. Es aquí donde se nos recuerda la unidad y el vínculo que tenemos como pueblo de Dios, Iglesia local en camino. Atravesar la Puerta del Perdón de este singular templo, relicario del Santo Rostro, es un gesto que simboliza nuestra peregrinación hacia Cristo. Queremos llagar hasta Él, adentrarnos en su misterio de amor y lucrar las gracias jubilares por Él derramadas.
Los cimientos de la Catedral guardan la memoria de quienes nos precedieron en la fe. Con ellos celebramos nuestra historia común. Este Año Santo será una oportunidad para vivir en unidad y plenitud, siendo testigos del amor de Dios que nos llama a la conversión y a la misión.
Os espero en la apertura del Año Santo, que tendrá lugar, D.m, el próximo domingo 29 de diciembre, Jornada de la Sagrada Familia, a las 17 horas, iniciando desde la Basílica de San Ildefonso la peregrinación hasta el Templo Jubilar, para que juntos, como Iglesia, atravesemos la Puerta del Perdón y nos dejemos abrazar por la misericordia del Señor.
Desde ese día, la Catedral acogerá a los peregrinos que vengan a ganar las gracias del Jubileo, durante todo el año.
Otros lugares singulares para lucrar las gracias jubilares
De forma puntual, cuatro días a lo largo del año, se podrán lucrar la gracias jubilares en cuatro lugares más, vinculados con colectivos de personas a quienes el Dios de las misericordias mira con especial ternura y predilección:
Los enfermos: el día 11 de febrero de 2025 (memoria de la BVM de Lourdes, día del enfermo), en la capilla del Hospital Universitario de Jaén.
Los ancianos: el día 27 de julio de 2025 (memoria de San Joaquín y santa Ana, Jornada de los Abuelos y Ancianos), en la capilla de las Hermanitas de los Pobres de Jaén.
Los reclusos: el día 27 de septiembre de 2025 (en torno a la memoria de la BVM de la Merced), en el Centro Penitenciario de Jaén.
Las personas sin hogar: el día 26 de octubre de 2025 (Jornada de las personas sin hogar), en la iglesia del monasterio de Santa Clara de jaén.
María, madre de Esperanza
Y si queremos vivir este Año Jubilar con verdadero y profundo sentido tenemos que volver nuestra mirada a Ella, a María Santísima. Mujer de fe, mujer de esperanza, mujer de amor. Ella que confió en la palabra del ángel, que supo esperar y creer, que albergó en su seno la Esperanza del mundo, debe ser nuestro modelo a seguir. Su mirada de madre nos conducirá hasta Aquel del que emana la Esperanza.
Queridos hijos, vivamos con la alegría del que espera este tiempo jubiloso, este Año Santo, este tiempo de gracias de sabernos redimidos por el Amor.
Con mi afecto y bendición,
+ Sebastián Chico Martínez Obispo de Jaén
18 de diciembre de 2024 Conmemoración de Ntra. Sra. de la Esperanza
Por segundo año consecutivo, la Residencia Madre Carmen, dirigida por las Hermanas Franciscanas de los Sagrados Corazones, en Málaga, pone en escena su Belén Viviente.
«El Belén Viviente de la Residencia Madre Carmen les da la vida», explica una de las cuidadoras de la Residencia Madre Carmen, refiriéndose a cómo los residentes disfrutaron del belén viviente que pusieron en escena el lunes 16 de diciembre, a las puertas de la Navidad. La paz, el amor y la justicia son los tres valores que esta residencia quiere inculcar en «un mundo que está entre luces y sombras», añaden.
Los familiares de los residentes estaban invitados a disfrutar con este belén viviente, para vivir de cerca el evento y poder presenciar la alegría que se respiraba en el ambiente, tanto por parte de residentes como de cuidadores.
Todos protagonistas
El belén contaba con todos los aspectos fundamentales de una representación de sus características: canasteras, fruteras, el ángel, tejedoras y, por supuesto, la presencia de los tres Reyes Magos, María, José y el Niño Jesús. Todos ellos representados por residentes de la residencia salvo el Niño Jesús, que era un muñeco. «Es el rol que me ha tocado», explica Carmen, una residente que hacía de frutera, acompañada por otras dos compañeras y con exposición de frutas reales y comestibles.
Además, «todos los materiales que hemos usado para crear el Belén fueron fabricados manualmente por los residentes, desde el buey, pasando por toda la decoración y terminando en un gran cartel donde se nombraba el evento», explicaba una de las cuidadoras, y es que «todos los residentes pasaron los días previos al evento fabricando la decoración con la que iban a aparecer representando el Belén, lo que es de alabar a nuestros mayores y les hace sentirse útiles».
La Navidad es un tiempo en el que se hace más presente el recuerdo de los familiares y amigos que ya no están. «Este Belén Viviente les recuerda a los residentes a su niñez, cuando disfrutaban de la Navidad, y ahora la viven con alegría y nostalgia pero siempre de forma positiva, acompañados de sus seres queridos y sus compañeros», explican desde la Residencia.
Actividades como esta «favorecen la unión de compañeros y ayudan a crear armonía. Es una forma preciosa de vivir la Navidad y conmemorar el 125 aniversario del paso a la vida eterna de Madre Carmen del niño Jesús».
La hija de una de las residentes que cumple ahora un año en la Residencia explica que «ha sido precioso disfrutar este bonito momento. Los veo con mucho entusiasmo, han participado casi todos. La ilusión se notaba».
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