El granadino Óscar Álvarez fue admitido a las Sagradas Órdenes para este diaconado, en una celebración eucarística presidida por el arzobispo en el Seminario Mayor.
El pasado día 16 fue admitido a las Sagradas Órdenes hacia el diaconado permanente Óscar Álvarez, profesor en Granada, casado y vinculado a distintas realidades educativas y pastorales junto con su mujer.
La celebración tuvo lugar en la Capilla de Nuestra Señora de las Angustias y de los mártires granadinos del siglo XX en el Seminario Mayor San Cecilio, presidida por el arzobispo D. José María Gil Tamayo y concelebrada por distintos sacerdotes, entre ellos el rector y los formadores del citado Seminario. También asistieron un grupo de fieles, entre ellos amigos y familiares, que acompañaron al nuevo candidato al diaconado permanente.
El diaconado permanente es una vocación de servicio en la Iglesia católica, que cuenta con la aprobación del arzobispo y para el que el candidato debe estar formado y en discernimiento en este camino. Los candidatos pueden ser casados, situación para la que se establece en las normas de la Iglesia una edad a partir de los 35 años para acceder a este diaconado.
Óscar Álvarez comenzó a plantearse esta posibilidad del diaconado permanente a raíz de los estudios en Teología que realizaba y en los que un profesor despertó esa inquietud, “que comencé a rezar y a discernir”. Álvarez cuenta desde hace dos años con el apoyo de un sacerdote que le acompaña en este proceso.
De la celebración a la admisión de estas Sagradas Órdenes, el candidato subraya que fue “sencilla y a la vez preciosa”. “Es una celebración en la que la Iglesia, en un contexto eucarístico, en nombre del arzobispo, acepta lo que es mi petición al diaconado permanente y a entregarme por la Iglesia, en este caso por la Iglesia de Granada”, señala. “Se invita a rezar por mí, y yo a la vez me comprometo en esta vocación de entrega total y para siempre”, explica. Tras su admisión a las Sagradas Órdenes en el Diaconado Permanente, Óscar Álvarez continuará a partir de ahora su periodo de formación de al menos tres años.
El diaconado permanente se originó en tiempos de los apóstoles, aunque en el siglo V decayó en Occidente, siendo restituido de nuevo por el Vaticano II. En Granada, actualmente existe un Reglamento Diocesano para la formación de los aspirantes al Diaconado Permanente, aprobado el pasado 7 de octubre por el arzobispo Mons. Gil Tamayo. Puede leerse este Reglamento EN ESTE ENLACE
LEER REGLAMENTO DIOCESANO PARA LA FORMACIÓN LOS ASPIRANTES AL DIACONADO PERMANENTE
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