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Las inscripciones al Congreso Internacional de Hermandades superan el medio millar a siete meses de su inicio

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Las inscripciones al Congreso Internacional de Hermandades superan el medio millar a siete meses de su inicio

La preparación del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebrará en Sevilla a comienzos del próximo mes de diciembre, va a buen ritmo, y ya se conocen los primeros datos de inscripciones, mientras prosigue la gira de presentaciones del congreso por diversas localidades españolas.

El último recuento de inscripciones al congreso se hizo al término de la Semana Santa. Entonces, la cifra de cofrades inscritos superaba el medio millar, concretamente 555. En declaraciones al programa ‘Iglesia Noticia’, de COPE Sevilla, el secretario general del congreso, Joaquín de la Peña, aclaró que tras ese recuento “seguimos recibiendo diariamente solicitudes, no sólo desde Sevilla”.

“Es enriquecedor”

Esta es una consecuencia directa de la gira de presentaciones que se están llevando a cabo por diversas localidades españolas. Las ultimas se celebraron la pasa semana en la Catedral de la Almudena, en Madrid, y en Cuenca. “Es enriquecedor siempre encontrarnos con cofrades de otras latitudes, con una gran riqueza de diversidad, de coloridos, de manifestaciones de nuestra piedad popular que difieren mucho de un sitio a otro de la península”, añade De la Peña.

En estas citas se ha podido constatar “una inquietud a que no quepamos todos en diciembre”. En este sentido, una de las tareas de los miembros del comité organizador es “tranquilizarlos, y decirles que Sevilla está más que acostumbrada a acoger y mostrar al mundo lo que somos”.

Congresistas de Sevilla y del resto del mundo

En cuanto al reparto de inscripciones recibidas, el 50 % son de Sevilla y la otra mitad se reparte entre el resto de España y otros puntos del mundo. En cuanto a este segundo grupo, Joaquín de la Peña aclara que “no destaca una comunidad o ciudad”, y que “hay muy buenas sensaciones en todo el Levante, y en ciudades donde la Semana Santa es importante”. Aquí menciona los congresistas que vendrán procedentes de Cuenca, Valladolid, Badajoz, etc…

Como dato curioso, el secretario general informa que “habrá, al menos, un grupo de 34 cofrades de México, y gente de sitios Bélgica o las Azores”, que nos destacan por sus manifestaciones de piedad popular.

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13 adultos reciben los Sacramentos de la iniciación cristiana en la catedral

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Procedentes de parroquias de Granada y provincia, tuvo lugar en la Eucaristía presidida por el arzobispo en el domingo de la Ascensión del Señor.

 

El domingo 12 de mayo, solemnidad de la Ascensión del Señor, 13 adultos recibieron los Sacramentos de la iniciación cristiana: bautismo, confirmación y sagrada comunión, durante la Eucaristía presidida por el arzobispo de Granada, Mons. José María Gil Tamayo, en la S.A.I Catedral.

La comunidad de fieles asistente a la Eucaristía acompañó a estos adultos en el inicio de su nueva vida como cristianos.

Los adultos proceden de distintas parroquias de Granada y provincia: las parroquias en Ogíjares, Campotéjar, Cúllar Vega y Ventas de Zafarraya; y desde la ciudad, en las parroquias de San Ildefonso, Nuestra Señora de las Angustias, Corpus Christi, Sagrado Corazón de Jesús, Perpetuo Socorro y San Juan María Vianney.

En ellas, recibieron la formación correspondiente para recibir dichos Sacramentos, desde el bautismo, por el cual son incorporados a la familia de los cristianos; la confirmación, donde afirman su fe y reciben el don del Espíritu Santo; y la sagrada Comunión. 

   

“UN DÍA GRANDE”

Fue “un día grande para vosotros, el más importante”, como afirmó el arzobispo D. José María Gil Tamayo, durante su homilía pronunciada en esta celebración. “Vais a recibir la salvación de nuestro Señor Jesucristo. Y lo hacéis en el marco de esta celebración pascual, la Ascensión del Señor, en la que contemplamos ese partir de este mundo y a Jesucristo glorioso, Resucitado, al Padre, a Dios. Cristo no está en un lugar”, señaló.

“Cristo no es una idea ni es un recuerdo. Es alguien vivo. Alguien que sale de Dios y viene a nosotros para salvarnos. Esa primera venida del Señor es la humildad y en la humanidad de nuestra carne. Esa primera venida del Señor para compartir lo que es propio del hombre, todo excepto el pecado. (…) Queridos catecúmenos, vosotros ahora, dentro de un momento, vais a entrar a participar de esa victoria de Cristo, de esa salvación de Cristo realizada de una vez para siempre, en el sacrificio de la Cruz. Vais a entrar a participar de Cristo Resucitado. Vosotros sois el Cuerpo de Cristo, dice San Pablo. Y vais a entrar a participar y se os aplicarán los méritos de nuestro Señor Jesucristo. Vais a ser cristificados. Perceptiblemente, no vais a notar nada, pero, vais a salir distintos de como habéis entrado”, señaló Mons. Gil Tamayo.

“Habéis entrado como simples personas con una dignidad infinita, inalienable, a imagen y semejanza de Dios. Pero vais a ir configurados por Cristo, nuestro modelo, nuestra vocación suprema. Vais a ser injertados en Cristo, revestidos de Cristo”, subrayó el arzobispo de Granada, en referencia a la administración de los Sacramentos de iniciación cristiana que estaban a punto de recibir los catecúmenos.


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El Obispado de Córdoba acoge unas jornadas de Radio María

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“El don de María” fue el tema abordado en estas jornadas, presididas por el Vicario General de la Diócesis

El pasado sábado, 11 de mayo, en el Obispado de Córdoba se llevaron a cabo las Jornadas de captación y formación del voluntariado de Radio María, tituladas “El don de María”.

La jornada fue presentada por Anna Fusari, responsable del voluntariado de Radio María a nivel nacional, y Rubén Bermejo, Gerente de la Asociación de Radio María.

El Vicario General de la Diócesis, Jesús Daniel Alonso, acompañó a los presentes en la jornada.

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Isidro Labrador: Santo del siglo XI y del XXI

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El libro incluye un epílogo con el himno a san Isidro y una breve bibliografía esencial

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En la festividad de San Isidro Labrados, este libro ofrece un repaso de la vida del santo, una vida vivida hace muchos siglos y escondida entre códices, tradiciones, leyendas, canciones y poemas. El autor ha descubierto un hombre no solo trabajador sino generoso, honrado, servicial, ecologista… un referente para los hombres y mujeres del siglo XXI por su condición de laico, sus vicisitudes como emigrante y su vida de compromiso y oración. Isidro Labrador es probablemente el santo más popular de España, pues presta su nombre a numerosas hermandades, cofradías, ermitas y cooperativas agrarias por toda la geografía nacional y su devoción se extiende también a tierras americanas. Un santo del siglo XI que nos ofrece su testimonio y sus valores humanos a nosotros, ciudadanos del siglo XXI.

 

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“Otro quinto centenario”

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“Otro quinto centenario”

Me refiero al que se cumple hoy, 13 de mayo de 2024.

Esta fecha del año de gracia del Señor -¿Por qué no ser clásico en la cita y confesar que hay un Señor de la Historia?- se cumplen quinientos años de la llegada a las costas de México de 12 frailes franciscanos. A los que se conoce como LOS DOCE APOSTOLES DE MEXICO. Los evangelizadores de la NUEVA ESPAÑA, como se denominó a los territorios conquistados por Hernán Cortés (1519-1521)

En la misa de ayer, domingo que celebramos la Ascensión de Jesús, hice referencia a este hecho histórico en las tres misas “que me tocaron”. No sé si la feligresía tiene memoria de los hechos históricos. Porque no hubo ningún asentimiento de cabeza, ni siquiera cuando recordé a uno de los doce, ¡era paisano!: Fr. Juan de Palos.

Venía a cuento la cita por la aplicación del evangelio, en el que escuchábamos la despedida de Jesús desde el monte Olivete en Jerusalén, con la misión encomendada a los Once: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación”. San Francisco de Asís había abierto su movimiento de Hermanos Menores a la evangelización: “Marchad, carísimos, de dos en dos por las diversas partes de la tierra, anunciando a los hombres la paz y la penitencia para remisión de los pecados…”.

Si un año después de este envío, ya llegaron franciscanos a Tierra Santa y Marruecos (1220), trescientos años después, cruzarán las aguas del mar tenebroso “los Doce Apóstoles de México”. Epopeya que hoy, hace 500 años, no debemos olvidar. Sirva para mantener viva la memoria; la auténtica, no la que nos imponen, esta cita de san Sofronio: “esto es lo que vamos celebrando, año tras año, porque no queremos olvidarlo” (+ año 638)

Fray Teodoro López

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“Pedimos al Señor que aumente en nosotros el don de la esperanza”

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Homilía del arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, en la Eucaristía celebrada en el día de la solemnidad de la Ascensión del Señor, el 12 de mayo de 2024, en la S.A.I Catedral. Durante la Eucaristía, grupo de 13 adultos recibieron el Sacramento del Bautismo.

Queridos sacerdotes concelebrantes;
querido diácono, especialmente queridos párrocos de estos catecúmenos;
queridos amigos, hermanos catecúmenos, vosotros y vosotras que venís hoy a recibir los Sacramentos de la salvación;
queridos hermanos y hermanas, que les acompañáis, catequistas, familiares, amigos:

Hoy celebramos un día grande, un día grande para vosotros, el más importante. Vais a recibir la salvación de nuestro Señor Jesucristo. Y lo hacéis en el marco de esta celebración pascual, la Ascensión del Señor, en la que contemplamos ese partir de este mundo y a Jesucristo glorioso, Resucitado, al Padre, a Dios. Cristo no está en un lugar. Cristo no es una idea ni es un recuerdo. Es alguien vivo. Alguien que sale de Dios y viene a nosotros para salvarnos. Esa primera venida del Señor es la humildad y en la humanidad de nuestra carne. Esa primera venida del Señor para compartir lo que es propio del hombre, todo excepto el pecado. Esa primera venida del Señor que nos muestran los Evangelios en su paso por la tierra. Pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. Esa venida del Señor, que culmina con su Pasión, muerte y Resurrección. Lo central de nuestra fe, entregado como víctima de propiciación por nuestros pecados; resucitado para nuestra justificación, como nos dice San Pablo. Cristo asciende a los cielos, vuelve al Padre. Pero el Cristo que vuelve al Padre lleva consigo nuestra humanidad, glorificado, ciertamente. Pero, como hemos escuchado, ya nos precede en los cielos como cabeza nuestra, aquel de quien formamos parte como cuerpo.

Queridos catecúmenos, vosotros ahora, dentro de un momento, vais a entrar a participar de esa victoria de Cristo, de esa salvación de Cristo realizada de una vez para siempre, en el sacrificio de la Cruz. Vais a entrar a participar de Cristo Resucitado. Vosotros sois el Cuerpo de Cristo, dice San Pablo. Y vais a entrar a participar y se os aplicarán los méritos de nuestro Señor Jesucristo. Vais a ser cristificados. Perceptiblemente, no vais a notar nada, pero, vais a salir distintos de como habéis entrado.

Queridos hermanos y hermanas, esto es lo que se va a producir en vosotros. Habéis entrado como simples personas con una dignidad infinita, inalienable, a imagen y semejanza de Dios. Pero vais a ir configurados por Cristo, nuestro modelo, nuestra vocación suprema. Vais a ser injertados en Cristo, revestidos de Cristo, incluso de manera visible. Esa vestidura blanca que os impondremos será signo y señal de vuestra condición nueva de cristianos sin mancha. Van a ser perdonados vuestros pecados. Vais a recibir el don del Espíritu Santo, bautizados en el Espíritu Santo con sus dones y, al mismo tiempo, con todas sus gracias, para ser testigos de Jesús, para enseñarnos a los cristianos viejos, vosotros que sois conversos y habéis conocido a Cristo, ya de mayor, que no podemos ser cristianos a medias, que no podemos ir tirando, que no podemos quedarnos unos cristianos para una temporada cuando nos van las cosas mal, o reducir nuestro cristianismo a algo tan privado que no se manifieste en nuestras obras. Y, es más, muchas veces nuestras obras contradicen a nuestra propia fe, porque no somos coherentes.

Queridos hermanos y hermanas catecúmenos, enseñadnos el testimonio de la coherencia cristiana, con naturalidad, con fe sencilla. Mostrad al mundo y mostrad en vuestros ambientes que habéis encontrado la perla preciosa; que habéis encontrado el tesoro escondido; que os habéis encontrado con Cristo. Enseñadnos que no se puede estar con Cristo y contra Cristo, como Él mismo nos dice. Y como Él nos dice también, no se puede estar recogiendo y desparramando a la vez.

Queridos hermanos, ser fieles a Cristo que os ha llamado, que os va a transformar y que os invita a vivir su misma vida como vais a profesar. Por una parte, las renuncias en la vida interior al pecado y, al mismo tiempo, la manifestación y la profesión de fe, esa fe que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Vais a entrar a formar parte de su Cuerpo, que es la Iglesia. Esta Iglesia justa y pecadora a la vez. Esta Iglesia que la componemos nosotros, pero que en ella ha habido multitud de santos que ya nos han precedido al Cielo. Esta Iglesia, que está extendida por toda la tierra como una gran familia y muchos hermanos nuestros perseguidos por el nombre de Jesús. Esta Iglesia nuestra, que peregrina en Granada con sus santos, con su Gloria, pero también con su presente y su futuro, del que entráis a formar parte. Esta Iglesia que es el Cuerpo de Cristo, que ya está en los cielos el Señor. Y nos invita, como nos ha dicho San Pablo en la Carta a los Efesios: “El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la Gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo. Ilumine los ojos de vuestro entendimiento, para que conozcáis la esperanza a la que os llama, la riqueza de gloria que dan en herencia los santos”.

Queridos catecúmenos, tened muy presente que vamos peregrinando hacia el Cielo; que somos una Iglesia que camina. Una Iglesia que peregrina. Eso significa parroquia, pueblo que camina. Y ese es el itinerario, como nos muestra San Lucas también en los Hechos de los Apóstoles y antes en su Evangelio. Esa ascensión de Cristo hacia Jerusalén. Primero esa venida de Cristo a nuestra humanidad y esa venida que continúa en ese camino de ascensión hacia Jerusalén, donde se entrega por nosotros en el misterio pascual. Y ese caminar de Cristo, esa ascensión al cielo de donde había venido. Y como hemos escuchado también en la carta del apóstol San Pablo a los Efesios, este Cristo que ha sido resucitado de entre los muertos y sentado a la derecha en el Cielo, por encima de todo principado, poder y fuerza, dominación; y por encima de todo nombre conocido, se cumple lo que dice San Pablo en la Carta a los Filipenses, cuando nos habla del abajamiento de Cristo hasta hacerse uno de nosotros muriendo en la cruz. Y nos dice también, “en nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, y toda lengua proclame ‘Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios Padre’”. Que Jesús sea vuestro modelo. Que Jesús sea vuestro camino y vuestra meta. Que Jesús sea vuestra vida. Que os haga salir de la muerte y de la caducidad, de tantas y tantas cosas terrenas que no llevan a nada. Que Cristo sea vuestra verdad, que dé respuesta a vuestros interrogantes profundos y tengáis con el don de consejo esa capacidad iluminada por el espíritu de compartir con los hombres y mujeres con los que tratáis y con los que vivís el anuncio cristiano con sencillez, proponiendo a Cristo con vuestra propia vida.

Queridos hermanos, vivamos este gozo y, al mismo tiempo, le pedimos al Señor que aumente en nosotros el don de la esperanza, de que un día, nosotros también, si seguimos la estela de Cristo, si vivimos como Él vivió, a pesar de los pesares, de que somos poca cosa y somos pecadores y necesitamos el perdón de Dios una y mil veces; un día también nosotros estaremos con Él en el Cielo.

Queridos hermanos, esta es una fiesta de alegría. El Señor se ha ido, pero como nos dirá el prefacio de la Eucaristía de este día, no se ha desentendido de nosotros, no se ha desentendido de nuestro mundo. Y nos invita a nosotros también, que, aspirando a los bienes de allá arriba, como nos dice San Pablo, “donde está Cristo, hagamos un mundo mejor, un mundo con los valores del Evangelio, con la enseñanza de Jesús. Un mundo donde seamos esa sal de la tierra que transforme esa levadura, esa luz del mundo, que será significada también el entregarnos la vela encendida del cirio que simboliza a Cristo, para que alumbre así vuestra vida, vuestras obras y den gloria a vuestro Padre del Cielo.

Queridos hermanos y hermanas catecúmenos. Vais a recibir también la Eucaristía, esa presencia de Cristo que nos dice en el Evangelio “El que come mi carne y bebe mi sangre, habita en mí y yo en él. Lo mismo que el Padre vive y yo vivo por el Padre
-nos dice en el capítulo seis del Evangelio de San Juan- “El que me come, vivirá por mí”.

Sin Eucaristía no podemos vivir los cristianos. Que la misa dominical forme parte de vuestra vida. Que os acerquéis con hambre de Cristo a recibirlo. Que viváis su presencia en medio de nuestros tabernáculos, de nuestras iglesias y de esa presencia de Dios continuo en vuestro trabajo, en vuestra vida de familia, en vuestros estudios, en vuestras relaciones sociales. Que viváis la Eucaristía como un incentivo para querer a los más necesitados, a los más pobres, con el amor de Cristo que ha sido derramado -como nos dice San Pablo también en la Carta a los Romanos- con el Espíritu Santo que nos ha dado. “Porque la esperanza no defrauda”, dirá antes de esas palabras. Con esa esperanza hoy, miramos a Cristo, resucitado y ascendido a los cielos. Y miramos a María, que ya también participa de manera plena con su Cuerpo, también, no sólo con su alma, de la misión, de la posesión, de la vida eterna, de la Resurrección de Cristo. No podía conocer la corrupción del sepulcro, aquella que albergó en sus purísimas entrañas al Verbo de la vida, al Verbo hecho carne.

Que Santa María os cuide, os proteja y os ayude en vuestro camino de cristianos. Que deis testimonio de Jesús. Que amáis a Cristo y amáis a los demás. En definitiva, que viváis el amor a Dios y el amor al prójimo, que es nuestro distintivo.

+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada

15 de mayo de 2024
S.A.I Catedral de Granada

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Félix Quijada, delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria: “Condenamos el pecado, pero amamos al pecador”

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Félix Quijada, delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria: “Condenamos el pecado, pero amamos al pecador”

La comunidad diocesana se ha actualizado recientemente con la renovación al frente de la Delegación de Pastoral Penitenciaria. Félix Quijada es diácono permanente y sustituye al trinitario Ángel García en una responsabilidad que no supone un reto desconocido dentro de una larga trayectoria de servicio a la Iglesia y la sociedad. Destaca el papel que desempeñan los voluntarios en este ámbito tan especial, y se daría por satisfecho si consiguiera aumentar este contingente humano, implicar a más instituciones y lograr que esta pastoral fuera más conocida dentro de la propia Iglesia.

¿Cómo se presenta el nuevo delegado de Pastoral Penitenciaria?

Soy diácono de la Iglesia, cristiano, y trabajo sirviendo a las personas necesitadas, sobre todo a las que la Iglesia me encomienda.

Acaba de hacerse cargo de la Pastoral Penitenciaria en Sevilla, una responsabilidad que no le resulta desconocida ni mucho menos.

No. Los diáconos, y yo en concreto, llevamos bastante tiempo trabajando en nuestra principal vocación, en el servicio a las personas más pobres y necesitadas. Durante muchos años trabajé en Cáritas Diocesana, en Cáritas parroquial, y desde hace unos cinco años estoy implicado en la Delegación de Pastoral Penitenciaria.

¿Qué le llevó en su día a colaborar en esta pastoral tan específica?

Fue un descubrimiento a raíz de una invitación que me hizo un sacerdote. Yo no lo esperaba, pero, como dice la Escritura, me invitó, fui, conocí, me enamoré de ella y me quedé.

Da la impresión de que se trata de un ámbito que la sociedad relega en ese trastero donde mandamos lo que molesta, lo que no queremos.

Sí. Realmente las prisiones están lejos de las ciudades, están en un sitio apartado, un poco fuera, y por eso para la Iglesia es prioritario trabajar con estas personas que están necesitadas de conocer la alegría de Cristo resucitado y la ayuda de los hermanos. Es una realidad que está de alguna forma relegada, pero para nosotros son Iglesia, porque hay muchos bautizados, muchas personas que quieren conocer a Jesucristo. Aquí también está la Iglesia.

La diócesis cuenta con un importante contingente humano que hace suyo aquello de ‘estuve preso y me visitaste’.

Los voluntarios, hombres y mujeres cristianos, son imprescindibles. Hacen un trabajo diario tanto en los patios, donde les es posible entrar, como en las celebraciones, ayudando en aquello que las Instituciones Penitenciarias consideran que podemos ayudar. También sensibilizando desde fuera.

¿Cuál es el perfil de los voluntarios de Pastoral Penitencia? ¿Necesitan una formación específica?

Sí, estamos tratando con personas que tienen un cariz especial, por eso es bueno que nos preparemos a través de un conocimiento tanto teológico como de las instituciones en las que estamos. Cómo escuchar, cómo atender mejor a estas personas…

¿Hay una rutina de actos religiosos dentro de las prisiones o solo hay misas coincidiendo con las jornadas más señaladas, por ejemplo en Navidad o Semana Santa?

Para nosotros las prisiones son como las parroquias, por hacer una comparación. Eucaristías, reuniones donde se están preparando en la iniciación cristiana, el sacramento de la reconciliación… En fin, los tiempos fuertes se tienen también, y este año queremos hacer la procesión del Santísimo en el Corpus, y hay un montón de celebraciones religiosas. Pero también hay una evangelización que se hace tratando con las personas, con grupos de oración, de catequesis, formación, etc.

Se antoja muy importante la virtud de la escucha…

Sí, muchas veces necesitan ser escuchados. Es muy duro, cuando entra una persona por primera vez en un centro penitenciario, y se da cuenta de la dureza que es vivir en un patio 24 horas al día, 365 días al año. Es importante que escuches a la persona, que seas su amigo, que te pongas a su lado. Porque nosotros, como Iglesia, condenamos el pecado pero amamos al pecador.

¿Ahí entra la labor de enlace que suelen hacer entre el interno y su familia?

Exactamente. Es muy normal que nos pidan que llamemos a su madre o esposa. Pero siempre hay que saber dónde estamos. Es un centro penitenciario, a lo mejor tiene -por eso hay que prepararse- una orden de alejamiento. Pero sí, la familia también es un soporte. Y no solamente la familia. Pensemos en personas que no tienen recursos y a las que la delegación ayuda en sus necesidades más básicas.

¿Qué tipo de relación mantienen con los funcionarios de prisiones?

En líneas generales son muy buenos y colaboradores. Sabemos que hay unas normas que tenemos que cumplir, y si en un momento dado tenemos algún pequeño fallo, que no suele ocurrir, naturalmente nos lo dicen, y lo acogemos. Vemos la situación en la que se encuentra también el trabajador, el funcionario, charlamos de su vida personal, de sus problemas.

¿Con qué ayudas institucionales, dentro y fuera de la Iglesia, cuenta la Pastoral Penitenciaria de Sevilla?

Tenemos la ayuda de Cáritas Diocesana. Y como Iglesia, trabajamos sinodalmente y en relación con las demás delegaciones diocesanas. También hay muchas hermandades que están colaborando, empresas, entidades, fundaciones que ofrecen la gran ayuda de acoger cuando salen, de buscar puestos de trabajo, de preparar espectáculos con los que darles una alegría, etc.

¿Con qué objetivo cumplido daría por bueno su paso por este departamento?

Con que aumentara el número de voluntarios, con que se conociera bien en toda la diócesis y con que hubiera más asociaciones y entidades que se comprometieran en eso tan importante que es ayudar a estas personas a salir de la situación en la que se encuentran.

 

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18 MAYO: El Consiliario Nacional de la ACG, José Antonio Cano invitado especial en el Día del Apostolado seglar

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El próximo día 18 de mayo coincidiendo con la solemnidad de Pentecostés se celebrará el «Día de la Acción Católica y el Apostolado Seglar». Organizado por la Delegación diocesana para los laicos, se impartirá a las 18:30 h. en la Casa Sacerdotal una ponencia a cargo de D. José Antonio Cano, miembro del equipo de Primer Anuncio de la Conferencia Episcopal con el título: «PRIMER ANUNCIO Y DISCIPULADO. Centro de la Conversión Pastoral». Posteriormente se celebrará a las 20.30 h. la «VIGILIA DE PENTECOSTÉS» en la Catedral de Almería.

Desde la Delegación para el Apostolado Seglar nos invitan a todos los laicos de parroquia, movimientos y hermandades a participar de este acto que se enmarca dentro de la prioridad pastoral para la Evangelización según nos traslada el Papa Francisco: «El Primer Anuncio o Kerigma debe ocupar el centro de la actividad evangelizadora y de todo intento de renovación eclesial» (EG,164).

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El Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar llama a los laicos a la misión

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La Iglesia celebra el día de Pentecostés, este año el 19 de mayo, el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar. «Laicos por vocación, llamados a la misión» es el lema que la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida propone para la Jornada de este año.

La Jornada de este año, explican los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida, invita a todos los bautizados a proclamar el Evangelio, a la misión que Jesús encomendó, «que se lleva a cabo con la fuerza del Espíritu Santo”.

Los prelados subrayan en su mensaje que «el envío a la misión procede del Padre, que tanto nos ha ama-do que ha enviado a su único Hijo para que alcancemos la salvación, por su muerte y resurrección. Y es Jesús resucitado el que ha entregado a su Iglesia, a cada uno de nosotros, el Espíritu Santo, que es el alma de la evangelización. Por tanto, es fundamental que descubramos, como miembros del Pueblo de Dios, que tenemos una misión que no es iniciativa nuestra, sino de Dios, que la sostiene y permitirá que perdure por los siglos de los siglos».

En este sentido, el escrito recuerda la celebración del Encuentro sobre el Primer Anuncio, el pasado mes de febrero y la preparación para un Congreso sobre las Vocaciones, que tendrá lugar en Madrid, en febrero de 2025. Con estas dos iniciativas, en el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar de este año 2024, «queremos que resuene con fuerza esa llamada que la Iglesia ha recibido, como asamblea de convocados, pueblo de Dios unido en la misión, a vivir su vocación, que tiene como horizonte la misión. Y de un modo propio y peculiar, destacamos la vocación laical, que se ejercita en la caridad política, en el anuncio del Evangelio en el corazón del mundo».

Por todo ello, insisten en que «los laicos, desde el bautismo, han recibido una vocación, que los hace sentirse corresponsables en la vida y misión de la Iglesia». «Nuestra primera y fundamental consagración – añaden- hunde sus raíces en nuestro bautismo. A nadie han bautizado cura, ni obispo. Nos han bautizado laicos y es el signo indeleble que nunca nadie podrá eliminar».

Para los obispos de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida se trata de que «el laico sea laico» por vocación, en todos los ámbitos de la vida. «El laicado vive su vocación encarnado en el mundo, es decir, en los ámbitos de la familia, del trabajo, de la educación, del cuidado de la casa común y, de una manera particular, en la vida pública». Y también se desarrolla en el interior de la vida de la Iglesia, ayudando en al liturgia, en la catequesis, en los grupos parroquiales».

Finalmente, desde la Comisión agradecen el servicio de todos y cada uno de los laicos «comprometidos en la misión evangelizadora de la Iglesia»

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Javier Castillo: «El acompañante ha de ser acompañado y ha de tener una experiencia de búsqueda»

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El fin de semana del 11 y 12 de mayo, el seminario acogió las jornadas de formación: “Testigos del camino. Introducción al Ministerio del Acompañamiento”, organizadas por la delegación diocesana de Apostolado Seglar. Las mismas estuvieron dirigidas al laicado de nuestra diócesis, especialmente a aquellas personas que se sienten llamadas al servicio de acompañar.

Esta cita formativa estuvo dirigida por el jesuita Javier Castillo con quien tuvimos ocasión de charlar sobre los objetivos de las jornadas.

P.- ¿Cuáles han sido los ejes fundamentales de estos días?

R.- El acompañamiento puede ser una técnica psicológica, o una técnica de empresarial tipo coaching, pero lo que yo he intentado proponer estos días es el acompañamiento en un ámbito pastoral de procesos de crecimiento en la fe. La adhesión a la persona de Jesús y a la Iglesia como espacio o lugar donde desplegamos la misión. Por lo tanto, hemos querido ser testigos del camino porque nosotros no dirigimos, sino que aconsejamos. Ayudamos a otra persona a descubrir el paso de Dios en su vida. Cuando nos eligen de acompañantes, somos testigo del paso acontecer de Dios.

P.- Uno de los ejes del Plan Pastoral de la diócesis, precisamente, es el acompañamiento, que se va a focalizar el próximo curso. ¿Cuál sería el perfil básico de un acompañante en la fe?

R.- Un buen acompañante ha de ser acompañado. Hay que trabajar la espiritualidad del acompañante. Y en segundo lugar, el acompañante ha de tener una experiencia de búsqueda. Un acompañante tiene que ser un hombre o una mujer de intensa vida de oración. Si no hay esa comunidad de amor con Jesús, es muy difícil.

P.- Si tuvieras que aconsejar a una persona entrar en este proceso de acompañamiento, ¿por qué le dirías que es importante?

R.- El acompañamiento te permite confrontar y tener otros ángulos de vista que te ayudan a evitar el subjetivismo trepidante. Te ayuda a ver otros horizontes que muchas veces el mundo no nos lo ofrece. Además, ser testigo del paso de Dios es algo hermoso. Asimismo, en la espiritualidad ignaciana, el discernimiento y la oración sin acompañamiento, carece de fiabilidad.

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