El Obispo ordenará a Rafael Navarro como sacerdote y a Rafael Carmona y Antonio Miguel Mellado como diáconos permanentes para la diócesis. La celebración tendrá lugar a las 11 de la mañana, en la S.I.B. Catedral.
Rafael Navarro Cortés tiene 31 años y está trabajando en las parroquias de Ronda y Serranía, desde que recibió la ordenación como diácono el pasado mes de octubre. Un nuevo sacerdote para la diócesis.
Antonio Miguel Mellado y Rafael Carmona están casados ambos y son padres de familia. Dos cristianos implicados en el trabajo pastoral de sus parroquias y comunidades de referencia. Un día, algo cambió sus vidas, y el próximo sábado recibirán una nueva misión: serán diáconos permanentes.
Los tres nos explican hoy qué significa para ellos la ordenación que van a recibir y a qué se comprometen.
Un vecino más de Ronda
Rafael Navarro recibió la ordenación de diácono el día 23 de octubre de 2010. Estos meses han sido una experiencia muy enriquecedora para él: «El Señor Obispo me envió a Ronda y a Atajate, y allí he ejercido el ministerio ayudado por los sacerdotes y por tanta gente buena que me he encontrado en las diversas parroquias. Estoy muy feliz y agradecido al Señor por todo lo que me ha concedido vivir».
¿Es difícil ser cura?
Más de una persona le ha dicho que “ser cura hoy día es difícil”, a lo que Rafael responde sin pestañear: «Imagino que sí. Pero estoy convencido de que cuando uno se pone en las manos del Señor, cualquier dificultad se hace llevadera. Habrá cruces en la vida de sacerdote, seguro, pero sé que a la hora de enfrentarlas no estaré solo; que el Señor echa siempre una mano cuando estamos necesitados y que hay muchos fieles de las parroquias que estarán a mi lado».
El próximo sábado también recibirán la ordenación dos padres de familia, que serán ordenados de diáconos permanentes. Cuando recibió la noticia, Rafael se alegró doblemente: «¡Qué hermoso ver cómo el Señor va regalando a su Iglesia personas generosas y dispuestas a servir a los hermanos! Muchas veces se piensa que la Iglesia la llevan sólo los curas y las monjas, y no es así. Todos formamos la gran familia de Dios, la Iglesia, y todos podemos servir de diferentes maneras».
Son muchas las anécdotas que ha vivido Rafael en estos meses. Él se queda con esta acción de gracias: «Me quedo con la gente, con tanta buena gente que me he encontrado este año en Ronda y Atajate. Y tengo un recuerdo lleno de cariño y gratitud para la parroquia de La Natividad, de Málaga, para el Seminario Menor y para las Hermanitas de los Pobres. Con todos ellos he ido creciendo y descubriendo que el Señor me quería como sacerdote y dando una respuesta afirmativa a su llamada. Todo ha sido inmerecido, ha sido regalo del Señor. A mí sólo me queda dar gracias a Dios y a todos los que me han acompañado en el camino».
«Cuento con la colaboración de mi esposa y mis hijos»
Antonio Miguel Mellado, 55 años. 26 años casado con Ana. Dos hijos: Ana y Miguel. Director del Colegio Eduardo Ocón. Pertenece a la parroquia Santa María de la Victoria, Málaga capital.
La vida de Antonio Miguel es una historia protagonizada por la misericordia y la paciencia del Señor: «A lo largo de muchos años, he ido descubriendo los mensajes que Él me enviaba, y que me decían que la verdadera felicidad se encuentra en la entrega diaria a los demás. Al servicio de los que menos pueden. Y este servicio, casi sin darme cuenta, me llevó a los pies del altar de Cristo. Y este altar está en la Iglesia, a la que quiero y deseo entregar mi vida para que, como buena madre, ella me diga dónde debo ayudar a mis hermanos: en el servicio de la Palabra, la Liturgia y la Caridad».
Podemos pensar que, para un hombre casado, con familia y trabajo, no debe ser nada fácil realizar un servicio pastoral como el del diaconado permanente. Pero Miguel asegura que «cuando el Señor llama a una persona para una vocación, como el diaconado, ya tiene previsto darle la fuerza necesaria con su Espíritu Santo, para que esta tarea salga adelante venciendo las dificultades con la ligereza y la alegría del Amor. Además, y no es poco, cuento con la colaboración de mi mujer y mis hijos, de mis hermanos de comunidad parroquial y de toda la Iglesia, así que es posible».
Para Miguel «el diácono es ordenado para estar a disposición de lo que disponga el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá, a tenor de las necesidades de la diócesis. Para mí, servir a la Iglesia significa cumplir la misión para la que Dios me ha regalado la vida. Doy gracias a Dios por ello y me encomiendo a la Virgen María, para que me auxilie».
«Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho»
Rafael Carmona, 49 años. 23 años casado con Marta María. Dos hijos: Marta y Rafael. Audioprotesista de profesión. Colabora en varias tareas pastorales de la parroquia Corpus Christi, Pedregalejo.
Rafael Carmona es natural de Puente Genil, pero desarrolla su trabajo pastoral en la parroquia de Corpus Christi, en Málaga (Pedregalejo). Es la cuarta generación de una familia de Sochantres, todos dedicados al servicio de la Iglesia desde 1861. Rafael afirma que «hace 12 años sentí la llamada del Señor con mucha más profundidad y decidí, junto con mi esposa y mi director espiritual, implicarme al máximo en la causa del Evangelio. Lo que me llevó a dar este paso».
Tiempo para todo
Antes de recibir esta ordenación, recibió el sacramento del matrimonio, por eso es importante la conciliación de ambos sacramentos. En este sentido, Rafael afirma que, «en esta vida tan ajetreada, basta proponérselo para sacar tiempo para todo, pero nunca nos paramos a pensar que la vida terrenal es muy corta y si te lo propones tienes tiempo para todo. Desde los comienzos de nuestro matrimonio, siempre el Señor ha tenido y sigue teniendo parte en nuestra vida (Iglesia doméstica). Mi esposa y mis hijos me manifiestan muchas veces que les ayuda a perserverar en la plegaria, en la comunicación, en la reflexión, a continuar el camino de fe y compromiso, sintiéndose miembros de una Iglesia que avanza hacia el Reino del Padre».
Rafael resume la alegría y la ilusión de este día con los versos del salmo 115: “¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”
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