Antonio Eloy Madueño es juez delegado para la Causa de los Mártires: más de 200 personas, religiosos y seglares, que dieron su vida por la fe en la persecución religiosa del siglo XX en Málaga.
¿Cuál es la misión de la delegación para la Causa de los Santos en Málaga?
La santidad es el Evangelio hecho vida y en cada generación hay hombres y mujeres que han hecho vida el Evangelio. La Iglesia los propone como ejemplo y la Causa de los Santos en Málaga escucha, recibe los testimonios y los ofrece, para encontrar testigos vivos de Cristo en nuestra historia.
¿Cuál es su tarea?
La Causa de los Santos es muy amplia y trata de estudiar la santidad de los Siervos de Dios en la Iglesia de Málaga. A mí se me ha confiado fijar la mirada en los mártires, aquellos que dieron la vida por el Señor, por la Iglesia, por la fe, especialmente en la persecución religiosa del siglo XX, durante la época de la República, la Guerra Civil, etc. Mi labor consiste en tomar declaraciones y testimonios de aquellos que conocieron la vida, la entrega, el martirio de esos hombres y mujeres de la Iglesia de Málaga.
¿Quién conforma el equipo de la Delegación de Causa de los Santos?
La delegación está formada por el delegado, Pedro Sánchez Trujillo, recientemente fallecido y por el que pedimos a Dios para que esté gozando ya de esa nube ingente de mártires y de santos que él propuso siempre como modelos de vida. Luego la conforman Federico Cortés, juez para la causa del Dr. Gálvez Ginachero, y el postulador de la misma, Francisco García Villalobos. Como notario de esta causa está Francisco Cervantes. El vicepostulador de la Causa de los Mártires es el P. Vicente Luque sj. También trabajan en este equipo el sacerdote Francisco Rubio Sopesén, como fiscal de la Causa de los Mártires y un renombrado equipo de historiadores que estudian la documentación histórica.
¿Qué ha supuesto la desaparición de Pedro Sánchez Trujillo?
Una gran pérdida. Hoy no estaríamos aquí de no haber sido por su trabajo entregado, generoso, callado y entusiasta durante más de cincuenta años. Las pruebas documentales que tenemos, la investigación, la previsión de testigos… ya los había hecho él en gran parte y sobre eso estamos trabajando.
¿En qué estado se encuentra la Causa de los Mártires de Málaga?
Cuando mandamos nuestra causa, con más de 214 mártires, a Roma, el Prefecto de la Causa de los Santos nos pidió que hiciéramos causas más pequeñas, por lo que hemos tenido que distribuir en tres grupos cada uno con 70 u 80 mártires, laicos, religiosos y sacerdotes. Ese segundo envío está aún pendiente de revisión en Roma. Por otro lado, en la primera causa estamos terminando las declaraciones. Hay una comisión histórica que está investigando y esto llevaría a terminar pronto la fase diocesana.
Los mártires y el Seminario de Málaga, del que usted es también superior, guardan una relación muy estrecha…
Mi intención es hacérselos cercanos a los seminaristas, que vean que los mártires eran jóvenes como ellos: profesores, seminaristas, diáconos… Este año, cuando hicimos la programación del curso, el rector, Francisco González, vio la posibilidad de dedicar un triduo a los mártires, para conocerlos desde la oración. Cada día propusimos uno y leímos su biografía. Nuestro deseo es tenerlos muy presentes. Mi intención como formador de los seminaristas es que ellos vean en sus personas unas almas enamoradas de Cristo, y que eso les anime a dar la vida cada día. Es una tarea apasionante tener cerca testigos y acercárselos a otros que quieren ser testigos también.
Sigue habiendo mártires en el mundo de hoy, lo vemos a diario en los informativos. ¿Qué podemos aprender de ellos?
Hay una presencia inmensa de mártires a la que los medios de comunicación están ya, gracias a Dios, dándo cabida, porque durante los últimos años se silenciaba completamente. La suya es una presencia viva de Cristo que entrega la vida. Este mundo indiferente está siendo espoleado por esta presencia de Cristo vivo que se está entregando. Cada mártir está haciendo un anuncio de que Cristo está dando la vida aquí y ahora, está anunciando el Evangelio de Jesucristo. Nosotros, que estamos embarcados en la nueva evangelización, estamos en un momento nuevo en el que hay cristianos que, igual que Cristo, están anunciando el amor de Dios entregando la vida, sin discursos, sin grandes programas ni estrategias pastorales, sino dando la vida. Está siendo un anuncio vivo del Evangelio. Esa cruz llevada por el amor está espoleando las conciencias calladamente y nos hace preguntarnos «¿Tú a quién sigues, por quién te juegas la vida?». Es el mejor anuncio del Evangelio. Lo está necesitando nuestra sociedad.
La revista DiócesisMálaga incluye, desde su número 920, unos faldones con el testimonio de los mártires malagueños. ¿Qué objetivo persiguen estos artículos?
Dar a conocer los testigos de la fe, modelos reales y vivos, contemporáneos (apenas nos separan 70 años) del amor a Cristo y de la entrega a su seguimiento. Nadie ama lo que no conoce. En mi caso, como juez, cuando tomo declaración a un testigo de la Causa de los Mártires, estoy ante una escucha espiritual. Cuando lees la vida de san Ignacio te entran ganas de ser como él. Con los testimonios de estos laicos, sacerdotes, religiosos, padres y madres de familia, que dan la vida por amor a Cristo, a uno le dan ganas de decir: «Señor, yo aquí hoy quiero ser como él o como ella». No dejemos que el olvido sepulte a unos testigos vivos porque el daño es para nosotros, que necesitamos su ejemplo. Pretende ser un incentivo al seguimiento y la fidelidad al Señor; no el culto centrado en los mártires o los santos por sí mismos. Ellos brillan con el fulgor que reciben de Cristo, y dan luz porque la han recibido de Él. El deseo de la Causa de los Santos es decir «mira a esta persona que da la vida. Es Cristo el que está detrás. Síguelo tú también».
Ana María Medina