El latín es la lengua oficial de la Iglesia. Son conocidos sus usos en la liturgia y para la redacción de documentos oficiales que luego son traducidos a las distintas lenguas vernáculas. Lejos de ser una lengua muerta, el propio papa cuenta con un perfil en Twitter en el que lanza sus mensajes breves en el idioma de Cicerón.
«El latín está muy vivo». Así de contundente se expresa Virginia Alfaro, profesora del Departamento de Filología Latina de la UMA cuyo ámbito de investigación se centra en el cristianismo en los primeros siglos y en el papel de la mujer cristiana, concretamente en la figura de Tertuliano. Para esta profesora, «el latín sigue presente porque el 90 por ciento de las palabras del castellano son palabras de la lengua latina. Todos los días utilizamos terminos que son de la lengua madre. Hasta en el fútbol usamos palabras en latín sin darnos cuenta, como cuando le decimos «cancerbero» (personaje de la literatura clásica) al portero».
La Iglesia Católica utiliza el latín como lengua oficial por razones históricas, pero también por muchas razones de tipo práctico. Entre ellas, la precisión que ofrece este idioma a la hora de expresar términos complejos, lo que sirve como referencia unívoca al traducir a las distintas lenguas. También el hecho de que sea una lengua que ha permanecido invariable desde hace siglos facilita que lo que se ha dicho en latín quede fijado «por los siglos de los siglos» con el mismo significado. Unificar en un sólo idioma la liturgia es también muy útil en las celebraciones internacionales y expresa que la Iglesia es «católica», es decir, «universal».
Según Alfaro, «la lengua latina se sigue enseñando y practicando hoy en día. Hay universidades alemanas en las que se habla en latín e incluso emisoras de radio con noticias en esta lengua. Hay un sistema nuevo, que es el sistema Orberg, por el cual se enseña el latín como si fuera una lengua moderna. A los alumnos de primero les solemos dar este tipo de aprendizaje, con una lengua hablada, con términos específicos y con términos cotidianos. Por ejemplo, Salutem pluriman, para la despedida, Ave para decir hola, etc. También hay un diccionario de términos modernos, que es el diccionario Del Col, que los alumnos consultan para conocer cómo se dicen palabras de hoy en día». Este diccionario que se puede descargar de forma gratuita en la red, recoge términos desconocidos en el imperio romano como internet (interrete) o SMS (Systema brevium nuntiorum mittendorum).
También los estudiantes del Seminario siguen estudiando latín durante dos cursos. Para el rector, Francisco González, «es importante conocer la lengua porque ayuda al conocimiento de los textos filosóficos y bíblicos y es muy útil en la liturgia. De hecho, celebramos la misa en latín una vez al mes para que los seminaristas se familiaricen. Don Jesús tenía mucho interés en ello y acude a menudo a celebrarla con nosotros».
El papa Francisco mantiene, por su parte, un perfil en Twitter en latín que cuenta con más de 300.000 seguidores. Y es que, el latín casa muy bien con esta red social. Según la profesora Alfaro, «tiene mucha concisión de palabras. Es una lengua muy rica en sustativos y además, tiene un poder de atraccion bastante grande». Parece ser que Francisco ha encontrado en el latín un aliado para que el mensaje del Evangelio siga siendo vox populi.
Antonio Moreno Ruiz