Situado en el Valle del Genal, el municipio de Genalguacil donde se encuentra la parroquia de San Pedro Mártir de Verona está rodeado de bosques de pinsapo, alcornoques, enebros, coscojas, romero y aulagas. No en vano, su nombre en árabe Genna – Ahuacir significaba Jardines del Visir.
Enclavado en Sierra Bermeja, se trata del único pueblo museo habitado del mundo, ya que lleva más de cinco lustros celebrando “Encuentros de Arte”, donde los artistas van dejando su huella en las plazas y calles estrechas y encaladas de la localidad. Y sobre todas ellas, destaca la silueta de la iglesia dedicada a san Pedro de Verona, el primer mártir de la orden de los dominicos, cuya fiesta se celebra el 29 de abril.
El templo original databa del siglo XVI, pero fue destruido durante la rebelión de los moriscos en 1570. La posterior reconstrucción se llevó a cabo en su mayor parte en el último tercio del siglo XVIII, por lo que presenta elementos del barroco de la serranía con algunos detalles de estilo mudéjar como la armadura de madera de la nave central. Su interior está dividido en tres naves separadas por arcos de medio punto, sustentados por columnas, y en el exterior destaca su torre de planta octogonal. Llama la atención que el templo no está totalmente encalado, ejemplo de ello son las columnas y el presbiterio.
Francisco de Paula Hierro de Bengoa, párroco de la localidad, afirma que «todo el que venga al pueblo de Genaguacil es bienvenido y estaremos encantados de recibirlos». Y explica además, que «los genaguacileños son muy devotos de su patrón. Tanto es así, que durante el confinamiento que hemos vivido, el pasado 29 de abril fiesta de san Pedro Martir de Verona, el ayuntamiento de la localidad retransmitió en directo la Eucaristía en honor del santo a través de su página web y repartió platos de paella y bizcocho, elaborados por los miembros del propio consistorio, que fueron llevando a cada casa para que todo el mundo participara de la celebración».
