Vigilia interreligiosa por la Paz en la Plaza de la Iglesia de » La Asunción de Nuestra Señora de Villargordo»
Este jueves, 29 de mayo, unas 200 personas nos dimos cita en una profunda y emocionante Vigilia interreligiosa por la Paz, celebrada en la plaza de la Iglesia de Villargordo bajo el lema: “Nunca más la guerra, construyamos juntos el milagro de la paz”. Fue un encuentro de oración y compromiso impulsado por las comunidades católica y evangélica, con una destacada participación de personas de las parroquias de Villargordo, Torrequebradilla y Las Infantas.
Nos reunimos con un mismo anhelo: que la paz deje de ser solo una palabra y se convierta en una experiencia real y compartida en nuestros pueblos, en nuestras casas y en el mundo entero.
Una vigilia para tocar el alma
El acto comenzó con una cálida introducción que nos recordó que las guerras no son abstractas: tienen rostro, cuerpo, consecuencias que arrasan vidas y generaciones. Un niño encendió el cirio pascual, símbolo de la luz que vence a la oscuridad. A continuación, el coro parroquial cantó “Paz en la Tierra”, llenando el ambiente de armonía y esperanza.
Seguidamente, se repartieron frases sobre la paz que acompañaron a cada persona durante toda la vigilia. Las palabras del Evangelio, de diversos papas y líderes, nos recordaron que sin justicia no hay paz posible. La emoción creció con una performance simbólica: sobre el suelo, ropa y calzado abandonados evocaban la pérdida; el sonido de una sirena dio paso a cuerpos en el suelo, niños incluidos, representando el miedo, la muerte, la ruptura de la vida cotidiana por la violencia.
La joven Sonia, de la Iglesia Evangélica, nos conmovió al recitar su poema “Ecos de un mundo perdido”. Pese a su enfermedad crónica, su presencia y su voz fueron un testimonio de fe viva y lucha esperanzada.
Mirar el mundo, llorarlo… y actuar
La segunda parte nos sumergió en la realidad de los conflictos actuales: Gaza, Ucrania, Sudán, el Congo… tantos lugares donde la guerra sigue escribiendo páginas de horror. Se leyeron datos estremecedores y se compartió el reciente y contundente mensaje del Papa León XIV, que, con la fuerza de quien cree en la humanidad, clamó: “¡Nunca más la guerra!”.
Las catequistas guiaron preguntas para la reflexión, y un profundo silencio nos permitió mirarnos por dentro:
¿Por qué fracasa la paz? ¿Cómo trabajarla aquí, desde lo pequeño? ¿Qué paz queremos construir?
La oración del obispo Pedro Casaldáliga nos unió en un deseo común: una paz que no sea adorno, sino flor que brota en plena lucha, canto escondido en la noche, beso esperado en medio de la muerte.
La paz como compromiso comunitario
En la tercera parte, tomamos la palabra todos. Rezamos juntos la oración de San Francisco de Asís, renovando nuestro compromiso con la paz. Luego, el párroco de Villargordo, D. Antonio Blanca cerró con un envío misionero lleno de ternura y determinación: “Nunca más la guerra, construyamos juntos el milagro de la paz”.
Y sí, queremos paz, pero no cualquier paz: no la que se impone con armas ni la que calla a los pueblos.
No queremos más guerras, ni jóvenes sacrificados por decisiones ajenas,
ni infancias que aprendan el miedo antes que las letras.
No aceptamos ancianos muriendo de frío mientras los gobiernos invierten en armas, en rearmes, en discursos de “defensa” que no protegen ni un plato de comida. “Queremos una paz desarmada y desarmante” León XIV.
La guerra es un ataque al pueblo, cuando se destruyen tantas vidas.La guerra nos empobrece:
Nuestra Señora de la Paz, ruega por nosotros.
Haznos valientes, pacientes y eficaces para trabajar por la justicia, fundamento de toda paz verdadera.
Comunidad Parroquial de la Asunción de Villargordo
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