Con un sentido, “Queridos jóvenes”, el Señor Obispo Don Amadeo se dirigía a los jóvenes que en unos días viviremos la inolvidable experiencia de las JMJ en Cracovia. Él estará allí con nosotros pero antes, en la Misa de envío, compartía con los jóvenes de Jaén unas reflexiones que nos acompañarán en nuestro destino.
“Ante las incomprensiones que habréis sufrido por parte de algunos por vuestra marcha, os habéis mantenido fieles y os aseguro que habéis hecho muy bien porque habéis elegido la mejor parte”. “¿Qué es lo mejor? ¿Qué es lo primero?” son preguntas que, como muy bien nos recordaba Don Amadeo, a menudo, se convierten en un constante debate interior que a lo largo de los siglos ha acompañado a la Iglesia. “¿Es mejor escuchar la Palabra?, ¿rezar? o ¿hacer muchas cosas a favor de los demás?” Es inútil comparar, intentar elegir pues, como nos indicaba el Señor Obispo, ambas, representadas en las grandes figuras de Marta y María, son necesarias, pero sin olvidar que, sólo tras el encuentro con Él, crece nuestra identidad como personas y podremos servir a los demás.
Solo Dios convoca y es el motivo fundamental de las Jornadas Mundiales de la Juventud, por tanto, “en medio de tantas vivencias debemos estar abiertos a lo que Él quiera, la fe es imprescindible, escucharlo aunque sólo sea el latido de su corazón”.
Concluía la homilía con unas palabras fundamentales que tocaban el corazón de todos los presentes: “Durante las JMJ siempre debéis estar a los pies de Jesús para escuchar su Palabra y para que nos enseñe a servir, a ser misericordiosos con los demás”.
Belén López-Sidro
Delegación Episcopal de Juventud