Las Cofradías y Hermandades de Baeza abrían las puertas de sus Iglesias y Capillas, el pasado sábado 12 de Noviembre, para recibir a los peregrinos que se acercaron hasta esta ciudad desde diferentes puntos de la geografía, con motivo del Magno Besapie que tenía lugar coincidiendo de la clausura del Año Jubilar de la Misericordia. Nunca los cofrades de la ciudad de Baeza, pensaron que esta cita, organizada por la Agrupación Arciprestal de Cofradías y Hermandades, trascendería y tendría tanta repercusión en la Iglesia de Baeza y es que, las previsiones se quedaron pequeñas y fueron centenares los fieles que estuvieron “A los pies de la Misericordia”, lema de esta piadosa cita, a la que se estima que asistieran en torno a 3.000 peregrinos a lo largo de toda la jornada.
Con mucho cariño, trabajo, respeto e ilusión han trabajado en estas últimas semanas la Agrupación de Cofradías y Hermandades, así como las diferentes corporaciones, las cuales han vivido unos días intensos para ofrecer al Señor su trabajo y que los peregrinos pudieran acercarse a sus titulares para poder experimentar la misericordia de Dios, por ello, con mucho gusto se levantaron en las Capillas de las diferentes Cofradías altares de cultos, todos ellos a mayor gloria de Dios Nuestro Señor. Cabe destacar la gran cantidad de imágenes cristíferas con las que cuenta la ciudad, todas ellas de gran valor artístico, ya que muchas de ellas han salido de los talleres de grandes escultores e imagineros, quienes, a lo largo de los siglos han dejado a los baezanos un gran legado, del cual se sienten muy orgullosos y por ello, en esta ocasión los expusieron al culto público acompañados de sus mejores galas.
Los peregrinos contaron con diverso material editado por la organización, que ayudo a los presentes a poder visitar las diferentes Iglesias y Conventos, donde encontraron: en el Santuario de la Yedra, al Santísimo Cristo de la Yedra, en la Iglesia de San Ignacio a Jesús en su entrada en Jerusalén, en el Real Monasterio de San Antonio de Padua al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y al Niño Jesús, en el Convento de Santa María Magdalena la imagen de Jesús Nazareno de la Caída, en la Parroquia de San Pablo a Nuestro Padre Jesús Nazareno “El Paso”, al Santísimo Cristo de la Expiración, al Santísimo Cristo del Descendimiento y al Santísimo Cristo de la Redención. En la S.I. Catedral de la Natividad los peregrinos pudieron rendir culto al Santísimo Cristo del Amor en su Sagrada Cena y al Santo Entierro de Cristo, en la Iglesia de Santa Cruz al Santísimo Cristo del Calvario y al Santísimo Cristo de la Vera Cruz, en la Iglesia de San Juan Evangelista al Santísimo Cristo de la Misericordia, en la Parroquia de El Salvador al Santísimo Cristo de la Columna y al Santísimo Cristo de la Humildad y en la Parroquia de San Andrés a Jesús en Sagrada Oración del Huerto de los olivos, a Nuestro Padre Jesús del Rescate, al Santísimo Cristo de la Salud “la Sangre de Cristo” y a Jesús Resucitado.
Durante los días 10,11 y 12 de Noviembre se celebró en la Parroquia de San Pablo, un triduo preparatorio con motivo de la clausura de este Año Jubilar, el cual preparó a los fieles para la celebración de clausura que tendría lugar en la tarde del pasado domingo 13 de Noviembre. La jornada del sábado comenzaba en las diferentes Iglesias y Conventos con el rezo simultáneo de la oración del año jubilar para continuar con las confesiones, y es que en horario de mañana y tarde, los peregrinos aprovecharon esta oportunidad para acercarse al Sacramento de la Reconciliación y poder experimentar el amor que Dios nos tiene y nos infunde a través de este Sacramento.
El culmen de este intenso fin de semana llego en la tarde del domingo 13 con la celebración de la Solemne Misa de clausura del Año Jubilar de la Misericordia, que se celebró en la S.I. Catedral de la Natividad de Nuestra Señora y que era presidida por el Obispo de la Diócesis, Don Amadeo Rodríguez Magro, y concelebrada por miembros del Cabildo Catedral y el clero del arciprestazgo. Solemnizo con sus cantos la celebración la coral Música-alma de la vecina ciudad de Linares.
Con este gran broche de oro culminaba un histórico fin de semana para la Iglesia de Baeza, que será difícil de olvidar, debido a los momentos tan intensos vividos. Jornadas en las que se han visto verdaderos signos de Hermandad entre los cofrades de la ciudad, pero más importante aún es que, una vez más, se pudo palpar en el ambiente que Baeza es una ciudad cristiana, que vive intensamente su fe y además se siente muy orgullosa de ser de Cristo, sin olvidar, que la piedad popular forma parte del ADN de esta centenaria ciudad. Baeza ofreció estampas que dejaron estremecidos a los peregrinos, y es que quién no se emociona al ver que, con un simple beso, brotaran en los ojos de los hermanos lágrimas hechas oración, o el ver a esos vecinos enfermos de la feligresía que con mucho esfuerzo se acercaron hasta su Iglesia para poder estar unos minutos con ese Cristo que tienen enmarcado en su mesita de noche y a la que dirigen todas las noches su última oración, en un gesto nuevo para ellos, ese simple beso fue un regalo difícilmente remplazable y es que Dios está en el corazón de los sencillos.
José García Checa
Colaborador