El pasado sábado se dieron cita en el seminario más de quinientas personas almas en un encuentro que es mucho más que eso, quizás un abrazo fraterno de fe y grito de esperanza en mitad de tanto desaliento. Es el misterio de una semilla que año tras año se siembra en el corazón y crece en la familia.
Nuestra fe es un mensaje de alegría, una frase escrita con una sonrisa, una palabra dicha con brillo en los ojos. Y todo eso fue el Seminario. Eso y mucho más. Desde tempranas horas, la convivencia puso de manifiesto que allí estábamos para gozar de un día que nos dejó estampas de testimonios basados en una fe común. Y todo ello amparado en el marco de un lema «Educar en valores en familia» que desarrolló magistralmente Luis Llerena Baizán.
Pero fue también una mañana de niños correteando entre los distintos stands, rebuscando con la mirada los atractivos que presentaban diferentes grupos que exponían la grandeza y singularidad de sus trabajos. Era la antesala de una Eucaristía que constituiría el eje central del que beber para después buscar la esencia de nuestra presencia allí.
Nuestro obispo, don José Vilaplana Blasco, actuó de nuevo como el mejor timón para guiar la barca y el hilo con el que unir la alegría y el misterio, el gozo con la mística. Sus palabras resonaron con fuerza en una capilla que se quedó pequeña y en la que pusieron música un pequeño coro de ángeles, que con sus voces envolvieron el ambiente de sueños celestiales. La convivencia se materializó de la misma forma en horas de comida y de tipismo, con buñuelos incluidos.
La guinda a tan intensa jornada la puso una impresionante puesta en escena de la Asociación de Antiguos Alumnos de SAFA-FUNCADIA, actualizando la pasión, muerte y resurrección del Señor, que nos estremeció a todos con el musical Jesucristo Superstar.
Los cimientos están puestos y los objetivos son claros, por lo que sólo queda remar para seguir demostrando que en LA FAMILIA está la base para entroncar el futuro, el sostén de la educación, el brazo al que agarrarse para la transmisión de la fe, el guardián de la tradición…… la custodia del AMOR.
José Antonio García Morales, Co-delegado Diocesano para la Familia
