Bueno para cambiar el mundo

El pasado sábado, 10 de mayo, se celebró en más de cincuenta países el Día Mundial del Comercio Justo, bajo el lema «Bueno para quien lo produce. Bueno para quien lo consume. Bueno para cambiar el mundo». Como un eco que debe recorrer nuestra conciencia cristiana, traemos este tema a nuestra portada.

El Comercio Justo es un sistema comercial basado en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional prestando especial atención a criterios sociales y medio ambientales.

Contribuye al desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de productores y trabajadores desfavorecidos especialmente en el Cono Sur en países de África, América Latina y Asia. Es pues un sistema comercial solidario y alternativo al convencional que persigue el desarrollo de los pueblos y la lucha contra la pobreza.

Se basa en proporcionar condiciones laborales y salarios adecuados para los productores del Sur que les permiten vivir con dignidad; lucha contra la explotación laboral infantil; persigue la igualdad de trato y salario entre hombres y mujeres; y quiere ser minuciosamente cuidadoso y respetuoso con el medio ambiente.

En esta ocasión el cacao ha sido el protagonista, un alimento que sirve como ejemplo de las injusticias y abusos que se esconden tras muchos de los productos que consumimos de manera cotidiana. Como ejemplo, la explotación laboral infantil en las plantaciones de cacao es una lacra del sector, a pesar de los compromisos que las principales empresas chocolateras adoptaron en 2001.

El Comercio Justo constituye, además, un movimiento internacional formado organizaciones del Sur y del Norte, con el objetivo de mejorar el acceso al mercado de los productores más desfavorecidos y cambiar la injustas reglas del comercio internacional que consolidan la pobreza y la desigualdad mundial.

Los artículos, de gran calidad y muy diversos, son elaborados de manera artesanal y producidos con materias primas naturales. La distribución de los productos es: hay ocho organizaciones importadoras que compran los artículos a los productores y los ponen a disposición de las tiendas. Estos artículos se pueden encontrar en las tiendas especializadas. En ellas, además, le informan del origen de los productos así como de las actividades y campañas. En Huelva hay diversos comercios convencionales, y sobre todo La Tienda de Cáritas, situada en los Servicios Centrales de Cáritas Diocesana en la calle Dr. Cantero Cuadrado.

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