La Iglesia universal celebra el 27 de mayo, en la Solemnidad de la Santísima Trinidad, la Jornada “Pro Orantibus”, en recuerdo y oración por las comunidades de vida consagrada contemplativa, tanto masculina como femenina, cuya vocación es la oración y el trabajo desde el silencio y el recogimiento.
En nuestra diócesis de Guadix tenemos tres monasterios habitados por comunidades femeninas que viven con esperanza este tiempo de crisis vocacional generalizada y de envejecimiento de sus miembros, que les afecta de lleno y de modo particular. Dichos monasterios se encuentran en las localidades de Guadix, Baza y Huéscar, y pertenecen a la Orden de Clarisas Franciscanas y a la Orden de Predicadores (Dominicas), sumando entre todas las comunidades un total de diecisiete monjas.
En nuestra sociedad, como a veces también ocurre dentro de la misma Iglesia, no siempre se entiende esta vocación y forma de vida, que hasta puede considerarse inútil cuando priman otros valores. Sin embargo, desde los valores evangélicos, los cristianos sentimos su necesaria existencia porque apreciamos y valoramos la oración y el testimonio de estos hermanos y hermanas que viven en pobreza, castidad y obediencia, mostrándonos el rostro fraterno de Cristo.
En esta jornada de los Consagrados contemplativos oremos por quienes lo hacen a diario por nosotros, desde esa ese encuentro con el misterio de Dios que lo invade todo y que nos hace estar unidos en una misma fe y en el amor fraterno, pues como dice el lema de este año: “Solo quiero que le miréis a Él”.
Emilio José Fernández
Delegado de vida consagrada