El pasado lunes 5 de agosto recibió sepultura el hermano fossor fray Alberto Agustín Sanuy, que falleció a los 79 años de edad. La misa exequial tuvo lugar en la capilla de los Hermanos Fossores de la Misericordia, de Guadix.
Fray Alberto, natural de La Rioja, llevaba 56 años sirviendo a los demás como religioso. Su vocación de fossor le ha permitido dedicar su vida a rezar por los difuntos, desde la esperanza en la vida eterna; pero también por los vivos, por sus familiares y allegados. Porque esta ha sido siempre la tarea de los fossores: cuidar el camposanto, recibir a los difuntos y facilitar su enterramiento, y acompañar a los familiares, transmitiendo el mensaje de vida y resurrección que brota del Evangelio. Una labor muy apreciada en Guadix, donde los Hermanos Fossres de la Misericordia son muy queridos.
La de hermano fossor es una vocación doblemente vocacional, tanto a la vida religiosa como a atender pastoralmente el cementerio. Quizá por ello no haya las vocaciones que se quisieran. En otros tiempos hubo comunidades de Hermanos Fossores de la Misericordia en Jerez de la Frontera, Huelva, Vitoria, Pamplona y Felanitx (Mallorca), pero ahora solo están en Logroño y en Guadix, donde fueron fundados.
Esa fundación tuvo lugar en 1952, cuando fray José María de Jesús Crucificado, que formaba parte de la Congregación de Ermitaños de San Pablo y San Antonio establecida en la sierra de Córdoba, decide fundar la Pía Unión de Hermanos Fossores de la Misericordia, en tiempos del obispo D. Rafael Álvarez Lara. Desde entonces, siempre han estado vinculados a la ciudad de Guadx y a su cementerio.
Descanse en paz fray Alberto Agustín Sanuy, de los Hermanos Fossores de la Misericordia, de Guadix.
Antonio Gómez
Delegado diocesano de MCS. Guadix
