Quisiste que Tu Hijo muriera abrazando al mundo

Alocuciones ante las Sagradas Imágenes que salieron en procesión el Viernes Santo y cuyas hermandades y cofradías hicieron su Estación de Penitencia en la Catedral: Cristo de la Buena Muerte, Cristo de los Favores, Cristo de la Expiración, Santo Sepulcro y Descendimiento del Señor.

Quisiste que Tu Hijo muriera abrazando al mundo

Alocución de D. Miguel Ángel Morell, Rector del Seminario Menor «Virgen de Nazaret», en la Plaza de las Pasiegas previa a la Estación de Penitencia en la Catedral ante el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del Amor y del Trabajo.

Gloria al Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

Bendito seas, Señor, y Padre Santo, Dios del Universo, porque has mandado a tu Hijo a que tenga una buena muerte por nosotros. Una buena muerte porque Tú has querido que tu Hijo muriera abrazando al mundo; abrazando a la humanidad, a cada una de las personas que sufren y que viven en la miseria, a cada una de las familias que pasan dificultad. Has tenido una buena muerte porque has muerto como Moisés con los brazos en alto orando por el pueblo, por la lucha que hay en nuestros corazones, en nuestras familias, en el mundo, con la violencia.

Te pedimos, Señor, que nosotros podamos tener una buena muerte como Tú: dando la vida por los demás, muriendo por cada uno de nuestros hijos, de nuestros padres, de nuestras familias.

Te pedimos, Señor, también, por intercesión de tu madre, trabajo. Trabajo para nuestros jóvenes, para los que no son tan jóvenes, para aquellos que necesitan ese trabajo para hacerse como personas y dar de comer a los suyos.

Te pedimos, por último, Señor, por intercesión de la Virgen, que nos des amor en nuestros corazones, en especial amor a aquellos que nos han hecho el mal, aquellos que han podido romper nuestro corazón en algún momento de la vida. Te pedimos que podamos seguir amando en medio de nuestras heridas, amando en medio de nuestros sufrimientos. Te pedimos todo esto con la oración que el mismo Cristo nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén

Miguel Ángel Morell
Rector del Seminario Menor «Virgen de Nazaret»
Viernes Santo, 25 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas

 

Pedimos el favor de la paz, en este mundo lleno de violencia

Alocución ante la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de los Favores previa a la Estación de Penitencia en la Catedral de la Cofradía del Santísimo Cristo de los Favores y María Santísima de la Misericordia Coronada.

Dios de bondad y del consuelo, Tú que eres nuestro Padre y te has hecho nuestro hermano cuántos favores nos gustaría pedirTe.

Te pedimos, Señor, por cada uno de los deseos del corazón, no sólo que hay aquí, en esta plaza, sino en Granada y en el mundo, cuando esos deseos del corazón broten del amor y de la misericordia.

Te pedimos, Señor, el favor de la paz, en este mundo lleno de violencia: de la violencia terrorista, de la violencia en la familia, de la violencia de unos con otros. No queremos pedirTe los favores que tus discípulos te pedían, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, sino queremos pedirTe beber el cáliz que Tú nos des, el hacer Tu Voluntad, el abrazar nuestra cruz, abrazar nuestra historia, a nuestra familia como es, a nuestro hijo como es, a nuestro trabajo, a nuestra realidad, a nuestro país.

Te pedimos, Señor, que nos concedas el favor de descubrirte a Ti detrás de cada cosa y que tu Madre nos conceda la misericordia. Ojalá nos conceda poder amar a los demás por encima de nuestros deseos y nuestros instintos; de nuestros deseos de venganza, de nuestros instintos de acabar con alguna situación de una manera mal y desordenada.

Te pedimos, Señor, misericordia; misericordia para nosotros mismos, que a veces nos cuesta aceptar nuestra realidad, aceptar nuestras dificultades, aceptar nuestro carácter, nuestro físico, nuestros pecados.

Señor, danos misericordia para nosotros mismos y danos misericordia también para todos aquellos que no pueden hacer otra cosa sino ser como son. Danos misericordia para aquellos que necesitan ver tu amor para poder cambiar. Te lo pedimos por medio de la Virgen María y con las palabras que tu Hijo nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén

Miguel Ángel Morell
Rector del Seminario Menor «Virgen de Nazaret»
Viernes Santo, 25 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas


«Gracias, Señor, por morir por cada uno de nosotros»

Alocución ante la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de la Expiración previa a la Estación de Penitencia en la Catedral de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima del Mayor Dolor y San José de Calasanz.

Y dando un fuerte grito, expiró.

Señor, Tú lo has dado todo por nosotros. Tú has dado hasta el último soplo que te quedaba de vida. Y el mayor dolor que tienes en tu corazón es que ha sido tu Esposa, nosotros, quien te hemos clavado esos clavos que llevas en tu cuerpo, esa lanza en el corazón. Tu acto de amor nos salva. Tu acto de amor me hace sentirme perdonado de mi pasado, me hace sentir que alguien ha muerto por mi, que me ha perdonado, que merezco la pena, que puedo seguir luchando, que puedo olvidar lo que dejé detrás y mirar con alegría lo que tengo delante.

Gracias, Señor. Gracias por morir por cada uno de nosotros. Gracias por dar lo último que te quedaba y hasta el extremo mirarnos con cariño aun cuando nosotros hemos sido desagradecidos, hemos sido personas que no hemos sentido el amor hacia Ti y hacia los hermanos. Gracias por cargar con nuestros pecados, con nuestros sufrimientos, gracias por ser nuestro Cireneo, para poder seguir nosotros llevando nuestra cruz.

Virgen María ayúdanos a llevar ese gran dolor que cada uno sabemos cuál es y tenemos en el corazón. Ese dolor que nos quita fuerza. Ese dolor que hace que caigamos con el peso de la cruz.

Ayúdanos Tú, María, a ser nuestra madre, a sentir tu maternidad en cada uno de nuestros dolores. Cura los dolores especialmente de todos aquellos hermanos y hermanas enfermos que hay en medio de nuestra sociedad, y cura también aquellas heridas que están teniendo los cristianos en Oriente Medio.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén

Miguel Ángel Morell
Rector del Seminario Menor «Virgen de Nazaret»
Viernes Santo, 25 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas


Señor, ayúdanos en nuestro calvario

Alocución ante la Sagrada Imagen del Santo Sepulcro, previa a la Estación de Penitencia en la Catedral de la Hermandad del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad del Calvario.

(…) Pido por cada uno de aquellos que viven en soledad, aquellos que no tiene a nadie donde agarrarse. Pido por aquellos que están muertos en vida. Pido por cada situación familiar que necesita de tu mano. Pido Señor, a Ti, muerto, muerto por cada uno de nosotros. Pido por todos aquellos que están muertos en la droga, en algún vicio del que no pueden salir, en aquellas situaciones donde no pueden tener una mano amiga que les agarre.

Te pido, por intercesión de la Santísima Virgen, que Tú ayudes a cada calvario que se encuentre en medio, especialmente en medio de esta ciudad.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén

Miguel Ángel Morell
Rector del Seminario Menor «Virgen de Nazaret»
Viernes Santo, 25 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas


«Señor, enséñanos a vivir»

Alocución previa a la Estación de Penitencia de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad y Descendimiento del Señor.

Oh, Cristo Jesús. Tú eres el fruto que ha colgado del árbol de la cruz. Tu Madre, la Virgen, como nueva Eva, ha bajado el fruto del árbol y nos lo ha dado a nosotros, para que lo tomemos.

Te pedimos, Señor, que nosotros podamos vivir nuestra soledad, amándote con todo el corazón, con toda la mente, con toda la fuerza, con todo nuestro ser. Que Tú seas Señor nuestro ejemplo, nuestro maestro. Enséñanos a vivir. Sabes Señor que muchas veces tomamos frutos que no nos convienen, pero también sabes que dentro de nuestra maldad existe mucha ingenuidad, mucha pobreza, mucho cansancio.

Ayúdanos, Señor, a llevar nuestra corona de espinas cada día, a llevar nuestros clavos, a llevar nuestras soledades y sufrimientos. Te pedimos que por intercesión de la Virgen podamos nosotros también ofrecer al mundo este fruto: Jesucristo, el Hijo de Dios, que ha nacido, que ha crecido, que ha sido matado y que ha resucitado por nosotros.

Padrenuestro que estás en el Cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu Reino.
Hágase tu Voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden
No nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal.

Amén

Miguel Ángel Morell
Rector del Seminario Menor «Virgen de Nazaret»
Viernes Santo, 25 de marzo de 2016
Plaza de las Pasiegas

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