La Hospitalidad de Lourdes en Granada ha peregrinado al Santuario de la Virgen de Lourdes acompañando a enfermos que han vivido una experiencia de alegría y paz.
185 enfermos, voluntarios y peregrinos han visitado el Santuario de Lourdes, en Francia, para asistir a la gruta de la Virgen y poder rezar y pedir sus gracias. Ha sido la Hospitalidad de Lourdes en Granada, con un total de 69 voluntarios, la que, un año más, ha llevado hasta allí a los 43 enfermos granadinos que han ido. El grupo lo completado los peregrinos que han querido asistir, todos ellos guiados por el Consiliario de la Hospitalidad y Delegado de Pastoral de la Salud de la Archidiócesis, D. José Gabriel Martín.
La peregrinación partió desde Granada el 27 de junio y han estado en Lourdes hasta el 2 de julio, cuando volvieron todos «muy cansados pero con ganas de repetir», señala Adela García, presidenta de la Hospitalidad en Granada. «Ha sido todo un éxito, venimos muy contentos; todos coincidimos en que lo que hemos sentido allí no lo hemos sentido nunca», explica la presidenta, que lleva ya 11 años peregrinando cada año a Lourdes.
Han sido día muy intensos y de consuelo profundo, en los que han participado de las oraciones organizadas allí y han disfrutado de pasar unos días junto a la Virgen, cuidando unos de otros. A llegar allí, hicieron la presentación de la Hospitalidad de Granada y pasaron por la gruta, donde hicieron una ofrenda floral. Allí mismo han tenido celebraciones de la penitencia y de la Eucaristía. Asistieron también a la Misa internacional y participaron en la procesión del Santísimo y en la procesión de antorchas, junto a otras Hospitalidades allí reunidas.
En su estancia allí, han «respirado paz y tranquilidad y, sobre todo, han aceptado la enfermedad cuando a lo mejor aquí no pueden con ella», señala la presidenta. Es el caso de uno de los enfermos granadinos, que iba al viaje desanimado y un poco hundido, tras haber quedado parapléjico después de un ictus. Su mujer le invitó a ir a Lourdes y emprendió el viaje con su hija junto a la Hospitalidad. A los dos días de estar allí, llamó a su mujer y le dijo: «Prepara las vacaciones del año que viene porque vamos a venir toda la familia a Lourdes». «Lo que yo estoy viviendo aquí –decía- no lo he vivido en ningún sitio; como me están mirando aquí no me ha mirado nadie», exclamaba el hombre emocionado. La presidenta, que lo vivió en primera persona, explica que ha regresado de la peregrinación con ánimo y contento, que ha dado un cambio «excepcional».
Como este enfermo, han sido muchos los que han sentido el consuelo en el sufrimiento de la enfermedad: «He sentido el Espíritu Santo», testimoniaba una señora tras rezar junto a la piscina, en la gruta de la Virgen. «Después de hacer 17 horas de viaje en un autobús, cuando llegas a la gruta y ves una piedra de la que sale agua, todo muy sencillo, y la Virgen allí, y ves a una persona de rodillas llorando y con esa entrega, allí se siente mucho», comenta Adela García, quien también encontró el consuelo en su primer viaje a Lourdes por una enfermedad que tenía y ante el sufrimiento de haber pasado tres muertes de familiares en muy poco tiempo.
Al llegar a Granada, ha habido otros testimonios, ya que los que han participado contaban emocionados a sus amigos y familiares lo que habían vivido. «Desde Almuñecar han ido 4 peregrinas y una me ha dicho que hay ya 20 que quieren ir el año que viene, tras escuchar el testimonio de las mujeres», señala la presidenta de la Hospitalidad.
MÁS VOLUNTARIOS
Desde la Hospitalidad en Granada hacen un llamamiento para conseguir voluntarios porque hay cada vez más enfermos que quieren ir a Lourdes y no pueden, porque hacen falta 4 o 5 voluntarios por enfermo para que todo se desarrolle bien y todos puedan participar en todos los actos. «Iremos a muchos sitios a buscarlos», dice Adela García, que insiste en que es una gracia ser voluntario y acudir cada año a Lourdes con los enfermos: «No sabría decir lo que nos mueve a los voluntarios para ir a Lourdes a cuidar de los enfermos, se siente algo por dentro, que tienes que ayudar … yo creo que es el Espíritu Santo el que nos toca y nos lleva a ser voluntarios», explica la presidenta de la Hospitalidad.
