“La fe cristiana puede ayudar a la razón a abrirse un nuevo horizonte y a renovar el pensamiento cristiano”

Entrevista al mexicano Rodrigo Guerra López, con motivo de su participación como en el Congreso Internacional “Politics as Theology” que se celebra esta semana en Granada, organizado por el Instituto de Filosofía Edith Stein, la Universidad Pontifica Juan Pablo II de Cracovia y el Centro Internacional para el Estudio del Oriente Cristiano.

Guerra es un gran conocedor del pensamiento teológico y político de Jorge Mario Bergoglio, tanto en su período anterior como posterior de ser elegido Papa. El mexicano participa en este Congreso como profesor investigador y ofrecerá el viernes una ponencia sobre el “El pueblo como sujeto. Una aproximación al pensamiento político de Jorge Mario Bergoglio”.

Rodrigo Guerra es doctor en Filosofía por la Academia Internacional de Filosofía de Liechtenstein, cuya sede en Granada es el Instituto de Filosofía Edith Stein. El filósofo ha sido nombrado recientemente por el Papa Francisco miembro de la Pontifica Academia para la Vida del Vaticano, ha sido miembro del Consejo Pontificio de Justicia y Paz y miembro de la Comisión Teológica de la Conferencia Episcopal Latino Americana, es profesor y docente de filosofía en varios centros y universidades y es Profesor-investigador de la División de filosofía del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), entre otras muchas responsabilidades.

¿Por qué le interesa participar en el Congreso “Politics as Theology”?

Este Congreso que tenemos aquí en la ciudad de Granada me resulta muy significativo principalmente porque yo creo que permite verificar que la fe puede ser un método del conocimiento. En otras palabras: que la razón y la fe no solamente tienen que caminar juntas, sino que la fe cristiana puede ayudar a la razón a abrirse un nuevo horizonte y a renovar el pensamiento cristiano que a veces se presenta como una especie de propuesta retardataria. Y al contrario, en este congreso se exhibe más bien que la vanguardia del pensamiento tanto cristiano como no cristiano muchas veces está endeudada justamente con la experiencia de la fe y con el impulso que la fe le da a la razón.

¿Cómo va a ser su participación en el Congreso?

El viernes hay una sección de conferencias, de ponencias, a modo de congreso, y a mí me toca hablar sobre la teología política de Jorge Mario Bergoglio, que en Europa y en varias partes del mundo es desconocida, en buena medida porque la historia de América Latina, muchas veces, pasa como oculta en la mirada europea. Entonces lo que vamos a mostrar es como él, antes de ser elegido Papa, ya había desarrollado una reflexión teológica sobre cuestiones de orden político pues muy potente y que hoy incide muy decisivamente en su pontificado.

¿Cuáles son las principales aportaciones del Papa Francisco a la teología contemporánea, especialmente en relación con la política?

Todo el mundo dice que el Papa Francisco es pastor y que el Papa Benedicto era teólogo, y realmente el Papa Benedicto también era pastor y además un gran catequista y además el Papa Francisco es un hombre reflexivo y muy profundo. En el caso de Francisco, esto se debe a que en general el estilo teológico latino americano no es el de hacer una teología de gabinete, académica, más o menos en una oficina de alguna universidad, sino que es la experiencia de los cristianos en movimiento la que nutre la reflexión teológica y luego esa reflexión teológica regresa a la actividad pastoral para enriquecerla. Entonces la teología no es un fin en sí mismo, sino es el momento reflexivo del compromiso pastoral de la Iglesia que ayuda obviamente a enriquecer esa acción concreta que los cristianos tenemos que tener en el mundo. Y ese es el aporte de Bergoglio, el estilo latino americano hoy se propone como colaboración a la comprensión de la Iglesia Católica y de su depósito de fe.

En relación al tema elegido para el Congreso este año, “Politics as Theology”, ¿Cómo podríamos explicar a un laico medio, sin una gran formación intelectual, que la teología es política o que la política es teología?

Que la teología es política se entiende mirando que hay una dimensión siempre política del Evangelio y que no se necesita ingresar a alguna teología exótica, sino que basta mirar la Sagrada Escritura para descubrir que Jesús cuestiona el establishment de su tiempo. Pero algo que es más aventurado es el título de nuestro congreso, que es mirar que toda actividad política y toda teoría política tiene un trasfondo teológico. Muchas teorías políticas pretenden ser ajenas o hasta adversas al cristianismo, y sin embargo un denominador común de los conferencistas y maestros que tenemos en este curso y en el congreso que sigue al curso es justamente la conciencia que hay de que hasta las posiciones más distantes al cristianismo, en materia política, no pueden estar ajenas a la experiencia cristiana en su lenguaje, en sus premisas, y muchas veces en sus pretensiones que aunque conscientemente no sean de tipo religioso, cuando se analizan a fondo resulta que son una propuesta de religiosidad secular que hace ver que la dimensión religiosa de la vida jamás se puede extirpar.

¿Cómo explica esto a una persona que no cree, que no concibe a Dios?

Los no creyentes también, yo creo que pueden quedar sorprendidos cuando van hasta el fondo de las teorías políticas seculares que descubren que hay ciertos temas límite. Voy a poner un ejemplo que a mí me gusta mucho: Había un pensador marxista, uno de los padres de la Escuela de Frankfurt, Max Horkheimer, que cuando él radicaliza sus posiciones con gran honestidad descubre que la justicia por la que hay que luchar en este mundo solo puede tener una explicación teológica porque el aborrecer el mal y el dolerse por la presencia del mal en la historia tiene como contrapartida, como en un claroscuro, la intuición nostálgica de que Dios tiene que existir y generar una justicia más plena en medio de los hombres a menos que todo sea un gran absurdo y la vida no tenga sentido. Entonces cuando ve ese tipo de declaraciones en un marxista que ha vivido toda su vida al margen de la experiencia judía o cristiana, sin embargo, uno descubre, que en el fondo de un planteamiento serio a un ateo subyace una nostalgia por el totalmente Otro, por un Dios, que aunque no se reconozca explícitamente por palabras, se intuye con cierta melancolía.

¿Qué frutos espera de este Congreso?

Para mí es una gracia porque es una oportunidad de estudiar, y la verdad es que a estas alturas de la vida tener una oportunidad de dedicarle cinco días completos a aprender, a estudiar y a convivir con grandes maestros y amigos muy queridos pues es ya beneficioso. Yo creo que el fruto es que este tipo de eventos, en particular esta experiencia que el Instituto Edith Stein realiza en Granada muestra que el cristianismo renueva la razón del creyente y del no creyente. El cristianismo es una propuesta viva, alegre, gozosa, sí para el que tiene fe pero también para el que no tiene fe porque le muestra temas, horizontes, inquietudes, preguntas que sin la fe no se hacen, y que hoy, sobre todo en un momento tan dramático como el que vivimos en Europa, en América Latina y en todo el mundo se requiere hacer este tipo de cuestiones a menos que uno quiera vivir en la epidermis de la realidad.

Rosa Die Alcolea

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