Ayudar a las personas a comprender el sentido de su vida

Mons. Javier Martínez animó a los participantes del X Simposio de Derecho Matrimonial y Procesal Canónico, que se celebra del 28 al 30 de septiembre en nuestra Diócesis de Granada, a trabajar estos días y en sus Tribunales recordando la Encarnación del Hijo de Dios y su Resurrección, centro de nuestra vida cristiana.

Hasta mañana sábado, casi 200 personas procedentes de distintas Diócesis españolas, de Italia y Portugal se congregan en Granada para participar en el X Simposio de Derecho Matrimonial y Procesal Canónico, entre ellos vicarios judiciales, abogados, notarios, defensores del vínculo y miembros de Tribunales Eclesiásticos. Un Simposio dedicado a la nulidad matrimonial como nueva actuación judicial de la Iglesia.

RECORDAR LA ENCARNACIÓN
A todos ellos, nuestro Arzobispo D. Javier Martínez dio su calurosa bienvenida durante el acto de inauguración, que tuvo lugar en la tarde del jueves día 28. Con el ánimo de ayudar a los participantes en los trabajos que tienen por delante, nuestro Arzobispo sugirió “que el trabajo de estos días condujese al centro de la experiencia cristiana: acordarnos de la Encarnación, de la Resurrección de Cristo”. En este sentido, Mons. Martínez subrayó que las personas que los Tribunales atienden “son únicas en toda la historia de la humanidad, únicas desde que el hombre existe sobre la tierra”.

“Revelarles algo del amor infinito de Dios”, insistió Mons. Martínez, que señaló que ése es el motivo por el que nuestro trabajo “es un trabajo bello”, por muy “tortuoso que sea el camino”, y es importante “sólo en la medida en que se engarza” en ese amor infinito de Dios por cada una de las personas, que expresó en el don de Su comunicación a nosotros dándonos a su Hijo Jesucristo. Un hecho que es lo que nos permite vivir alegres y esperanzados, explicó nuestro Arzobispo.

Asimismo, en su intervención para inaugurar este Simposio, nuestro Arzobispo animó a los participante a afrontar el trabajo acercándose al centro del que brota la belleza y el sentido profundo de lo que se hace, y así “ayudar a las personas a entender un poco mejor el para qué de sus vidas, el para qué de su amor o el para qué de un amor que a lo mejor nunca existió, o el porqué de una vida por la que sigue mereciendo la pena vivir con esperanza, con alegría”.

AL SERVICIO Y MISIÓN DE LA IGLESIA
“Del diálogo entre las personas, la escucha mutua y la reflexión en común no puede salir mas que bien de aproximación a la verdad a la que todos servimos, que es la Verdad de Dios como verdad del hombre. Y la verdad del hombre es imposible de acoger y abrazar si no es desde la Verdad de Dios, revelado y entregado en su Hijo Jesucristo”.

Asimismo, Mons. Martínez recordó a los asistentes que el Derecho que ejercen en los Tribunales Eclesiásticos lo ejercen “en la Iglesia y al servicio de la Iglesia y de la misión de la Iglesia”, algo que, aunque parece obvio, “tenemos necesidad de recordar para no dar por supuesto el contenido y la trama del trabajo diario de nuestra misión”. En su intervención, Mons. Martínez señaló que el horizonte de todo el trabajo concreto que se lleva a cabo es la Belleza encarnada, “y por lo tanto, tiene un horizonte que es la vida de los hombres”.

En sus palabras de saludo, nuestro Arzobispo recordó que la Iglesia es el cuerpo de Cristo y su única misión es comunicar a Cristo. “La Iglesia no tiene otra cosa que ofrecer y dar al mundo que a sí misma, sólo que ese ‘sí misma’ desaparece inmediatamente en cuanto que comunica ese ‘sí misma’ es justamente Otro. Ella es ese Otro cuya vida participamos y hemos recibido; cuya vida infunde y transfigura y llena y colma y enriquece todo lo que somos. Ese Otro es Cristo que vive en nosotros”.

FRAGMENTACIÓN ENTRE VIDA Y FE
Mons. Martínez habló de “un rasgo de nuestra sociedad, descrito por los pensadores más lúcidos de nuestro tiempo: la fragmentación de los factores que componen la vida humana y social, que conduce a una atomización de la sociedad y los saberes”, hasta el punto –señaló- que “uno puede saber muchísimo” de unas especialidades y, sin embargo, “no tener ninguna sabiduría para afrontar la vida”. Una fragmentación –explicó- que también alcanza a la vida de la Iglesia cuando separamos la vida de cada día, nuestra participación en los sacramentos, o las responsabilidades de cada uno, de la fe.

A lo largo de estos días, distintos ponentes participan en el X Simposio, entre ellos los Vicarios Judiciales de los Arzobispados de Madrid y Barcelona o distintos profesores y catedráticos del ámbito del derecho canónico.

La primera de las ponencias tuvo lugar tras la inauguración de Mons. Martínez, a cargo de Ana Margarida Morales, abogada del Tribunal Eclesiástico de Lisboa, que habló sobre “La actuación del letrado en la fase preparatoria del proceso de nulidad matrimonial”.

El X Simposio será clausurado en la mañana del sábado por el Obispo de Guadix, Mons. Ginés García.

La jornada concluyó con la Eucaristía que presidió nuestro arzobispo en el monasterio de la Cartuja con los asistentes.

Paqui Pallarés

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