El Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, clausuró ayer la Misión Popular en Mula, unos días de gracia en los que se ha anunciado la Palabra de Dios por las calles del pueblo y se ha celebrado la fe en distintas predicaciones y celebraciones domésticas.
Concelebraron la Eucaristía el Vicario Episcopal de la Zona Caravaca-Mula, D. Jesús Aguilar, el Vicario para la Evangelización, D. José Alberto Cánovas, los párrocos de San Miguel Arcángel y Santo Domingo de Guzmán de Mula, D. José Miguel Nadal y D. Alberto Martínez, y el secretario particular del Obispo, D. Maximiliano Caballero.
Al comienzo de la Eucaristía se presentó al Pastor Diocesano un informe de cómo habían transcurrido estos días de misión; el párroco de Santo Domingo de Guzmán, así como un misionero y representantes de los grupos de las celebraciones domésticas compartieron su experiencia de estos días de misión.
En el IV Domingo de Cuaresma, el Señor Obispo, explicó en su homilía lo que las lecturas de ese día nos recordaban, «como diría San Pablo en la segunda lectura, lo viejo ha pasado y estas misiones populares renuevan el corazón del hombre», explicó, añadiendo además que durante estos días de misión «no se ha hecho otra cosa que hablar de Dios; han sido unos días de fiesta en los que vivir en armonía, ser solidario y tender la mano al que sufre».
Mons. Lorca Planes recordó que ser cristiano es una exigencia, «le pediré al Señor que permanezcáis en el amor de Dios, y para aquellos que vivieron la experiencia de Dios y se alejaron de la Iglesia, que puedan tener la gracia de volver la mirada a la casa del Padre bueno, que nos quiere perdonar y hace una fiesta cuando regresamos a Él».
El Señor Obispo hizo entrega de dos cruces a los párrocos de San Miguel Arcángel y Santo Domingo de Guzmán como recuerdo de estos días de Misión Popular. Además, al finalizar la Eucaristía, las cofradías del Niño de Balate y la Virgen del Carmen entregaron al Señor Obispo dos cuadros y a los sacerdotes y misioneros una réplica en miniatura del Niño y un escapulario de la Virgen. También se repartieron cruces como recuerdo de la Misión Popular a todos los fieles presentes durante la celebración.
Ya por la tarde las imágenes del Niño de Balate y la Virgen del Carmen se trasladaron en procesión hasta el convento de la Encarnación, donde permanecerán toda esta semana.