La capilla del Beato Andrés Hibernón, de la Catedral de Murcia, custodia desde ayer los restos del siervo de Dios Francisco Martínez García, tras una ceremonia de inhumación presidida por el Obispo de la Diócesis de Cartagena.
Los restos llegaron a la capital murciana tras un largo viaje que comenzó ayer por la mañana, al ser exhumados en el cementerio de Tribaldos, Cuenca, donde descansaban tras su muerte, por deseo propio de su esposa. La hija y un nieto acudieron a identificar la tumba. El Delegado Episcopal para la Causa de los Santos, Antonio García Valverde, fue el encargado de ordenar que se abriera la sepultura, para extraer y que fueran reconocidos los restos por los familiares. Mientras tanto, los asistentes entonaron salmos y antífonas de difuntos. La caja fue inspeccionada cuidadosamente y analizada por el forense.
A las 17:00 horas dio comienzo, en la Catedral de Murcia, la celebración del acto de inhumación con la lectura de los nombramientos del tribunal constituido por el Obispo para la exhumación e inhumación de los restos, así como de otras actas, como la de reconocimiento. La caja donde se depositaron los restos fue cerrada y atada con un lazo rojo lacrado. Tras esto comenzó la Eucaristía.
En su homilía, Mons. José Manuel Lorca Planes hizo un repaso por la vida de Francisco Martínez García, de quien recordó que fue asesinado por su fe: “Era muy católico, esa fue la causa de su muerte, y en este momento reconocemos la valentía, la fidelidad y sobre todo el coraje para saber defender la fe perdonando a sus enemigos”. Pidió que estos méritos que se le reconocen “nos animen a poner en pie lo que recibimos en el bautismo, la vocación a la santidad, cosa que él vivió a lo largo de todo el proceso de su vida”. “Este siervo de Dios fue –prosiguió el Obispo– una persona que trabajaba por la verdad y luchaba por ella”.
Al finalizar la misa, la caja con los restos fue trasladada a la capilla del Beato Andrés Hibernón, donde se colocó en una urna de piedra cerrada, con copia del documento de inhumación.
Francisco Martínez García pertenece a la causa diocesana de José Gómez Llor y 54 compañeros, todos mártires por su fe durante la Guerra Civil española.