La Parroquia la Purísima de Fortuna acogió ayer una celebración eucarística de acción de gracias por los 63 años de apostolado de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado en esta localidad, de la que se despiden debido a la actual falta de religiosas.
A la celebración, presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes, asistieron las tres religiosas que conforman la comunidad de Fortuna; además de la superiora general de la congregación, Concepción del Toro; y una representación de las comunidades de las pedanías murcianas de Villa Pilar de Santo Ángel, Alquerías y El Bojar. También participaron en la Eucaristía la corporación municipal de Fortuna, fieles de la parroquia y amigos de la congregación.
En la celebración pronunciaron unas palabras de agradecimiento la superiora general de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado; la alcaldesa de Fortuna, Catalina Herrero; una catequista de la parroquia, antigua alumna del colegio fundado por la congregación en Fortuna; y el sacerdote Juan Carlos Ponce, párroco de la Purísima, que destacó la labor realizada por estas religiosas: «Sin duda, la tarea más callada, pero con más fruto, ha sido su sencillez, su cariñosa cercanía y su estar entre nosotros; a imitación de Cristo, han pasado haciendo el bien». Las hermanas recibieron, además, un obsequio de despedida por parte de la alcaldía y otro de la parroquia.
«Estamos recibiendo un cariño grandísimo», expresa Juana Vivo, hermana de Cristo Crucificado en Fortuna. «Es un pueblo muy acogedor; que termine la presencia de las hermanas aquí es un dolor, pero no hay religiosas suficientes para cubrir las necesidades de todas las comunidades», explica, y concluye: «Fue una celebración muy entrañable; no puedo decir otra cosa más que dar las gracias, a las hermanas y a todo el pueblo».
Las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado en Fortuna
Esta congregación llegó a Fortuna en los años 60. Desde entonces, un total de 73 hermanas han pasado por esta comunidad, con una misión centrada en la colaboración con la parroquia, y en la educación de jóvenes y adultos.
Han mantenido una participación activa en la Parroquia la Purísima, donde han impartido catequesis y colaborado en distintas actividades de pastoral, entre ellas las visitas a los enfermos. También abrieron, años atrás, un Centro de la Mujer que benefició a muchas familias y colaboró a difundir la Doctrina Social de la Iglesia. Entre sus principales obras de apostolado se encuentra, además, el Colegio Cristo Crucificado de Fortuna, que se mantendrá bajo la titularidad de la congregación y fiel a su ideario.
Las religiosas, que todavía no conocen a dónde serán destinadas, permanecerán en Fortuna hasta terminar el curso escolar.
Galería de imágenes (fotografías de José Serrano Sarabia)
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