José Antonio Cano, sacerdote diocesano de Cartagena y consiliario general de Acción Católica General, visitó recientemente la diócesis de Málaga para impartir una conferencia a los sacerdotes.
«Muchas veces, en nuestras parroquias hay un gran desgaste de energía en la evangelización de los niños, mientras se descuida a los adultos. Y, un adulto evangelizado, una familia evangelizada, contagia la fe».
“De una parroquia de mantenimiento a una parroquia misionera” es el título de su conferencia. ¿Cómo se hace esto realidad?
Nos encontramos en un momento en el que parece que hemos ido manteniendo lo que había en nuestras parroquias a nivel de formación y de culto, pero las situaciones han cambiado. Hay muchas personas que hoy se confiesan ateas o agnósticas o simplemente que, por una razón u otra, se han alejado de la práctica religiosa y de la Iglesia. Y hemos de salir, como el buen pastor que deja a las 99 ovejas y sale a buscar a la perdida. Esa es la tarea misionera. El Papa nos está invitando continuamente a salir al encuentro de los demás, a hacernos presentes en las realidades cotidianas y, desde ahí, ofrecer a Jesucristo. Yo creo que este es un momento especial, para que en nuestras parroquias dejemos de mantener lo que hay y salgamos al encuentro de los demás con esa conciencia misionera de ir y anunciar, que es fundamentalmente nuestra tarea.
¿En qué se nota que una parroquia es misionera?
En primer lugar, en que no se conforma con la gente que está, sino que cuando programa piensa en los que no están y en cómo salir a su encuentro. Está pendiente de las conversiones que está habiendo en la parroquia, de la gente que se incorpora a la comunidad. Es un interrogante grande que nos tiene que mover para esa misión.
La catequesis de preparación para recibir por primera vez la comunión sigue siendo una de las más numerosas. ¿Cómo podemos atender y acoger a esas familias que se acercan?
Yo creo que has tocado un punto fundamental. Nos tenemos que plantear cuál es la motivación que hay en el fondo. En el Evangelio se nos dice que “por sus frutos los conoceréis”, y tenemos que analizar si esa catequesis que estamos ofreciendo está haciendo discípulos realmente, o sencillamente no deja de ser un acto social. Yo, en mi parroquia, digo que Jesucristo, fundamentalmente, evangeliza a los adultos y bendice a los niños; y nosotros, durante mucho tiempo, nos hemos empeñado en evangelizar a los niños y bendecir a los adultos. Es el momento de volver al Evangelio, de que esas familias que llegan, reciban un anuncio explícito y específico para ellas. Muchas veces, en nuestras parroquias hay un gran desgaste de energía en la evangelización de los niños, mientras se descuida a los adultos. Y, un adulto evangelizado, una familia evangelizada, contagia la fe. Por tanto, creo que el esfuerzo y el reto hoy están, no tanto en evangelizar a los niños, que por supuesto no los vamos a descuidar, sino en hacer una propuesta seria, profunda, sin mediocridad y sin rebajar el Evangelio, pues Jesucristo hoy es respuesta para la persona, para la familias, sin lugar a dudas.
¿Es la comunión una de las urgencias que tenemos en la Iglesia?
Claro. De hecho, la comunión es algo netamente evangélica (“Padre que sean uno para que el mundo crea”). En este sentido, hay que dar gracias a Dios por los carismas, que son un don, un regalo en la Iglesia. El problema viene cuando yo, que he descubierto al Señor a través de un medio o un método, me creo que todo el mundo tiene que pasar por ahí y no valoro la presencia del Señor y los signos del Espíritu presentes en otras asociaciones, comunidades o movimientos. Yo creo que eso es un grave error y es señal de que no ha habido un auténtico descubrimiento de Jesucristo. Es fundamental caminar juntos, unidos, y ofrecer juntos lo que somos y lo que tenemos.
Los hemos escuchado en varias ocasiones, pero queremos que usted nos lo explique. Acción Católica General no es un movimiento, ¿qué es?
La ACG es un proyecto nuevo que ahora cumple 10 años bajo el lema «Haciendo realidad el sueño de Dios”. Y eso es lo que queremos transmitir, que Dios tiene un sueño para este mundo y nosotros hemos de soñar con Él y trabajar para que sea realidad. Es verdad que la ACG no es un movimiento, sino que es la forma natural del laicado en nuestras parroquias. Un ejemplo: hay muchos movimientos de caridad, que trabajan en favor de los pobres… pero Cáritas es, de alguna manera, la entidad oficial de la Iglesia, es ese rostro de la caridad, del amor de Dios en nuestra Iglesia. Lo que es Cáritas en la Iglesia con relación a los pobres, es la Acción Católica General en nuestras parroquias con relación al laicado. Por eso, hay que decir que la ACG es la marca blanca, no es un carisma concreto, sino que es la propia Iglesia en acción, los propios laicos formándose, celebrando y viviendo, uniendo la fe y la vida. Esos son los tres pilares que presenta el Catecismo de la Iglesia Católica. Nuestra esencia y nuestro ser es el ser mismo de la Iglesia, no hay otro.
Encarni Llamas Fortes