En la víspera de la conmemoración de los fieles difuntos, la Orquesta de Córdoba y el Coro de Ópera Cajasur interpretaron el Réquiem de Mozart.
La Catedral acogió por quinto año consecutivo, la solemne eucaristía con el Réquiem de Mozart, el pasado 1 de noviembre, en la víspera de la conmemoración de los fieles difuntos. La Orquesta de Córdoba y el Coro de Ópera Cajasur fueron los encargados de la instrumentalización e interpretación musical de esta obra maestra de la que pudieron disfrutar más de 2000 asistentes.
En su homilía el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández, agradeció su participación a la Orquesta de Córdoba y al Coro de Ópera Cajasur: “gracias por vuestra presencia que nos ayude a la oración”.
A continuación explicó que “la fe en la vida eterna en otra vida distinta de esta que tenemos entre manos ha sido generadora de cultura a lo largo de la historia y esta fe en el más allá no es una proyección del subconsciente que necesita agarrarse a un clavo ardiendo sino que esta fe procede de la revelación. Es Dios el autor de la vida y es Dios el que ha ido anunciando a lo largo de la historia que Él es Dios de vivos no de muertos y su hijo Jesucristo que ha venido para salvarnos de la muerte eterna ha afrontado el trago doloroso de la muerte terrena para que con esa muerte ofrecida en amor y rescate por todos nosotros encontráramos nosotros las puertas del Cielo abiertas de par en par.
La colecta de la santa misa fue destinada a Cáritas Diocesana.