«Tenía que dar gratis lo que gratis había recibido»

Diócesis de Málaga
Diócesis de Málagahttps://www.diocesismalaga.es/
La diócesis de Málaga es una sede episcopal dependiente de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Málaga.

Nació en Toledo, pero su corazón es medio malagueño. María Teresa Isaac, miembro de la Institución Teresiana, llegó a Málaga hace 37 años. Ha estado durante 19 al servicio de la Delegación Diocesana de Enseñanza y ha sido la responsable de más de 350 profesores de Religión de Infantil y Primaria de Málaga y Melilla. Acaba de recibir la Medalla Pro Ecclesia Malacitana, de manos del Sr. Obispo.

¿Cómo recuerda su llegada a Málaga?

Las cosas del Señor. Nuestra Institución Teresiana pensó en la posibilidad de acceder y animar los colegios estatales y me invitaron a concursar. Cuando oí que me enviaban a Málaga, me sonó muy raro y un lugar extraño, y en ese lugar es donde he echado raíces. Desde el primer momento me he encontrado muy a gusto. Llegué a un colegio con dos edificios: “25 años de paz”. El nuevo grupo de profesores llegamos decididos a trabajar con los padres y con los alumnos y creamos un ambiente muy familiar, de manera que aún nos seguimos reuniendo. Allí he estado 22 años. Fue un tiempo precioso.

En el colegio, en la parroquia, la catequesis, Cáritas, a María Teresa Isaac se la encontraba en cualquier realidad de la zona.

Pues sí, me incorporé a la parroquia a echar una mano en las catequesis. El entonces párroco, don Francisco Acevedo, era un hombre muy abierto y acogedor y con él se nos llenó la parroquia de niños y padres. Me llamó para que le echara una mano a organizar la catequesis y me quedé 25 años (se ríe).

Se nos marcha a Madrid, pero se lleva un trocito de Málaga en su corazón y la Medalla Pro Ecclesia Malacitana.

Me voy a Madrid para estar un poco más cerca de mi familiar y mi tierra. Allí serviré en otra comunidad de la Institución Teresiana. Para mí, la Medalla ha sido una sorpresa muy grande pues siempre he trabajado teniendo claro que tenía que «dar gratis lo que gratis he recibido» (se emociona). No he regateado mi tiempo, todo él ha sido para las necesidades que han ido surgiendo y me sentido muy querida.

Durante 19 años ha estado al servicio de la Delegación Diocesana de Enseñanza. Ha sido la responsable de más de 350 profesores de Infantil y Primaria de Málaga y Melilla, ha trabajado con tres delegados de Enseñanza distintos, ¿cómo ha sido esta tarea?

Me he ido adaptando. La verdad es que he trabajado siempre siendo lo más auténtica posible, aunque no haya gustado, en algún momento. Nos ha tocado una época con muchos cambios y complicaciones de leyes educativas, pero también una etapa muy enriquecedora. Siempre he animado a los profesores a que tomaran los cambios como una riqueza y una oportunidad. Les decía: «Ahora que sois jóvenes, aprovechad para enriqueceros». Para mí, lo fundamental ha sido siempre el acompañamiento de los profesores y su testimonio; y lo que me ha preocupado siempre es no poder llegar a más. Es una tarea muy importante la que realizan los profesores, tienen muchas responsabilidades, pero además tienen una vida, familia, la preparación de las clases… mi motivación siempre ha sido el trato personal con los profesores, valorarlos y escucharlos como el mismo Jesús lo hubiera hecho. Hay gente fenomenal que a mí también me ha enriquecido.

También estuvo en los inicios del COF.

Sí, fue otra experiencia maravillosa. D. Ramón Buxarráis nos llamó a varios miembros de diversas asociaciones y nos mostró su preocupación por la familia en esos momentos. Acudimos miembros de la Institución Teresiana, de los Equipos de Nuestra Señora, del Movimiento de Apostolado Familiar San Juan de Ávila… Estuvimos 3 años yendo a Granada para formarnos. Fue una experiencia preciosa.

María Teresa, ha sido como una gran madre volcada en la educación, la familia, siempre pendiente de todos, pero sin buscar protagonismo.

Yo he recibido mucho gratis, en todos los lugares que he estado me he enriquecido. Era una persona muy tímida a la que lanzaron porque se fiaron de mí y eso me ha ayudado a superar cosas que hubiera sido imposible superar. Hasta aprendí a jugar al fútbol en uno de mis primeros destinos, en una zona rural.

¿Cómo resumiría su paso por Málaga?

No sé si voy a ser capaz de agradecer tanto como he recibido. De cada uno de los lugares en los que he estado, tengo mi rescoldito guardado, que me ayuda y me alienta. Me llevo un trocito del corazón de Málaga y creo que volveré algún día.

Encarni Llamas Fortes

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