
El pasado sábado, con motivo de la solemnidad de Pentecostés, tuvo lugar en la Casa de la Iglesia en Jaén un encuentro promovido por la Delegación de Apostolado Seglar preparatorio para el Jubileo y la Vigilia Diocesana de Pentecostés en la Catedral.
Tras la acogida y la merienda compartida entre laicos de distintas parroquias y movimientos, tuvo lugar una sencilla oración de invocación al Espíritu Santo y una presentación por parte del Delegado y del Vicario de Evangelización del camino recorrido y de los nuevos horizontes que se dibujan en la misión común. Pudimos trabajar una dinámica de acompañamiento sobre ecos del Espíritu Santo y como nos iluminan en nuestro testimonio para hoy.
Posteriormente, peregrinamos a la Santa Iglesia Catedral para celebrar, al caer la noche, la Vigilia de Pentecostés. La oración, presidida por nuestro Obispo y marcada por una profunda espiritualidad, comenzó con la proclamación de la Palabra y finalizó con un tiempo de adoración al Santísimo Sacramento. Durante la celebración vimos cómo el Espíritu reparte sus dones en nuestra Iglesia diocesana, en este camino compartido por todos en clave sinodal.
Diferentes representantes de las realidades diocesanas desde la diversidad y riqueza de vocaciones y carismas (jóvenes, personas mayores, familias, asociaciones y movimientos, vida consagrada, etc.) fueron testimoniando la presencia y el fuego del Espíritu Santo a través de la reflexión de los últimos papas, desde el Concilio Vaticano II. A través de un sencillo gesto, vimos los signos que nos hablan y recuerdan la presencia de los dones del Paráclito en nuestro entorno eclesial.
La celebración incluyó cantos, momentos de silencio, y meditaciones guiadas que invitaron a los presentes a reflexionar sobre los dones del Espíritu Santo y su acción en la vida de la Iglesia y de cada creyente.

Por su parte, Don Sebastián Chico, nos alentó apasionadamente a ser chispas de esperanza para todos, capaces de prender el amor de Dios en todos, de ser fuego que enciende otros fuegos guiados por el Espíritu Santo.
Así, quiso comenzar subrayando el sentido profundo de esa celebración. “Esta noche nos reunimos como los Apóstoles en el Cenáculo en el día de Pentecostés, donde el Espíritu Santo descendió con fuerza sobre ellos; así comenzó la misión de la Iglesia en el mundo… Misión que compartimos cada uno de los que estamos aquí, desde nuestros distintos carismas y como bautizados”.
El Prelado recordó, además, que fue el mismo Jesús resucitado quien preparó a los discípulos para esta misión. “Ha sido el Resucitado quien en nuestra vida nos ha llamado y nos ha ido preparando –como vasijas de barro– para desempeñar nuestro servicio en el mundo”.
Asimismo, el Obispo, insistiendo en el valor de la comunidad crisitana, añadió: “permanecer juntos fue la condición que puso Jesús para acoger el don del Espíritu Santo. Así nos da una magnífica lección para toda comunidad cristiana que desea ser renovada por Él. Y la oración será la principal actividad de la Iglesia naciente”.
Don Sebastián, también, quiso poner de relieve el signo de comunión que supone esta vigilia para toda la Diócesis. “Vivimos un signo de unidad: toda nuestra Iglesia Diocesana, representada en cada una de las realidades y carismas que os habéis presentado: laicos y consagrados, presbiterio y movimientos, parroquias y servicios diocesanos… manifestamos esta Unidad Eclesial, que ora junto a María y que quiere responder creando esa condición necesaria para que Dios haga descender su Espíritu sobre cada uno de nosotros, sobre toda su Iglesia”.
Finalmente, el Pastor diocesano alentó a todos a vivir este tiempo como una auténtica llamada a la misión y al compromiso cristiano: “Nos toca a nosotros, la Iglesia de hoy –a ti, a mí, a todos– tomar conciencia de nuestra misión y realizarla mediante el testimonio valiente de nuestra palabra y de nuestra vida allí donde nos encontremos: en nuestras parroquias, en nuestras comunidades, en nuestra familia, en nuestro trabajo, entre nuestros amigos y desconocidos… y con la gran solicitud especial de llegar hasta los más pobres, los necesitados, los alejados, los excluidos, los que sufren”.

La celebración concluyó enviando a todos los asistentes a celebrar el domingo la eucaristía en sus parroquias y comunidades para compartir y ganar el Jubileo.
Desde la Delegación de Apostolado Seglar agradecemos a todos los que hicieron posible un Pentecostés jubilar y animamos a la Iglesia que camina en Jaén a continuar viviendo la fe con confianza y alegría desde la sinodalidad y el discernimiento, guiados siempre por el Espíritu para llevar a todos la buena noticia del Resucitado.
Si deseas contactar con la Delegación de Apostolado Seglar puedes hacerlo a través de correo electrónico en la dirección apostoladoseglar@diocesisdejaen.es
Delegación Diocesana de Apostolado Seglar
Galería fotográfica: «Vigilia diocesana de Pentecostés»
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