Por
en Vida NuevaMe quedé con ganas, en la impactante memoria anual que la Comunidad de Sant’Egidio hace todos los años bajo el encabezamiento de ‘Morir de esperanza’, de que a la petición clásica en la oración de los fieles ‘te rogamos, óyenos’, le sustituyera el grito ‘hay que llorarles’. Lo había repetido varias veces el obispo auxiliar de Madrid, Vicente Martín, en su homilía.
La petición primera pedía recordar “a los 6.663 migrantes y refugiados que desde septiembre de 2023 hasta hoy han perdido la vida en el Mediterráneo, en el Atlántico y a través de las rutas terrestres intentando llegar a Europa en busca de un futuro mejor, y a todos los que han muerto en las distintas rutas migratorias del mundo. Recordemos -se añadía- también a los desaparecidos, cuyo número y nombres no sabremos nunca”.
Así empezaba una impresionante y larga “letanía” de los santos “de la puerta de al lado”.