Las XXIV Jornadas Diocesanas de Liturgia, celebradas el 10 y el 11 de febrero en la Casa Diocesana, han sido una nueva oportunidad de formación litúrgica para el pueblo de Dios. Han contado con cerca de 150 participantes y el tema central ha sido la Carta Apostólica del papa Francisco titulada “Desiderio desideravi”.
En una parroquia, un sacerdote, revestido con sus vestiduras, procede a celebrar la Eucaristía. En el presbiterio de la iglesia, se observa una cruz y sobre la credencia el pan, el vino y el agua, además de las velas en el altar. Una celebración y unos elementos que al instante evocan algo sumamente importante para la Iglesia Católica como es la liturgia.
En la Diócesis de Málaga, la Delegación de Liturgia se encarga de animar, cuidar y formar en el ámbito litúrgico con un equipo encabezado por el delegado diocesano de Liturgia, Alejandro Pérez Verdugo, quien explica que definir la liturgia significa definir la celebración de la Iglesia. «Su importancia radica en que no hay otra actividad, por importante que sea para la Iglesia, que la supere o la iguale. Es decir, lo más importante que se celebra o se realiza en una comunidad parroquial o de cualquier característica cristiana es la celebración litúrgica», apunta.
Con la reforma llevada a cabo tras el Concilio Vaticano II, el concepto de liturgia «cambió para adquirir nuevos rasgos como la “noble sencillez” en el arte de celebrar». También, mediante la reforma realizada, buscaron cumplir un importante objetivo, el de conseguir una participación activa y fructuosa por parte de los fieles en la celebración litúrgica mediante, por ejemplo, el uso de nuestra lengua. De esta manera, con la participación se refuerza la idea de liturgia como un lugar de encuentro entre el creyente y la comunidad con Dios.
A día de hoy, la liturgia en la Iglesia es fundamental y decisivo para la evangelización. A juicio del delegado diocesano, el papel que juega la liturgia es el más importante y en el que más tiempo se debería de invertir, y argumenta: «No hay mejor formación litúrgica que una liturgia bien celebrada, como no es posible una auténtica participación en la celebración sin una formación litúrgica previa o posterior. ¿Cómo se mide el tono de una parroquia? Pues a partir de la celebración litúrgica, y no lo digo por el número de asistentes que más o menos puedan acudir en un momento determinado, sino por el modo en que se celebra. Es muy importante celebrar bien la liturgia para que los fieles puedan realmente captar, entrar, vivir, celebrar y alegrarse con esa presencia de Cristo que viene en cada celebración litúrgica».
El papa Francisco promulgó en junio del año 2022 una Carta Apostólica bajo el título Desiderio desideravi y que persigue dos objetivos: la formación litúrgica del pueblo de Dios y el arte de celebrar. Pérez Verdugo recalca la importancia de ambas ya que, por una parte, el modo celebrativo indica qué tipo de Iglesia se está expresando y manifestando hacia afuera y, por otra parte, la formación litúrgica como vía para que las personas se vuelvan a enamorar de la belleza que contiene la celebración litúrgica. Esto se debe a que la formación litúrgica es una de las carencias más importantes dentro de las comunidades cristianas y, para explicar la situación, pone un ejemplo: «Hace poco me decía un monje que realizando la reserva del Santísimo, lo llevaban desde el altar hasta la capilla del sagrario. Había muchos fieles en ese momento en el monasterio, pero muy pocos hicieron la genuflexión o se pusieron de rodillas al pasar el Santísimo. En realidad, la impresión que daba era que estaban como espectadores, no estaban dentro de la celebración y no sabían qué hacer», cuenta.
«De hecho, llama la atención cómo el desconocimiento de la liturgia y de sus elementos provoca que muchas personas respondan de una forma extraña o no respondan. Los símbolos son necesarios en la celebración y es necesario que sean conocidos porque, de no ser así, no pueden tener carácter transformador e incidir en la vida de los fieles», añade el sacerdote malagueño.
A lo largo del año la Delegación organiza diferentes actividades, a través de las que se puede acceder a la formación litúrgica, lo que no exime de la formación litúrgica parroquial. Cerca de 150 personas han acudido a las ultimas Jornadas Diocesanas de Liturgia que tuvieron lugar en Málaga el 10 y 11 de febrero. Durante ambos días, las distintas ponencias acercaron el mencionado texto del Papa a los participantes. «Podemos aprovechar todos esta preciosa Carta Apostólica y que sea un punto de partida para un mejor modo celebrativo y una mayor y mejor formación litúrgica», concluye Pérez Verdugo.
Javier Gallardo