En el Seminario Mayor y en el monasterio de La Cartuja.
El clero diocesano ha celebrado esta mañana su jornada de convivencia navideña en el Seminario Mayor San Cecilio. Junto a los presbíteros, también ha estado nuestro arzobispo Mons. José María Gil Tamayo, que ha presidido la Eucaristía en la capilla de Nuestra Señora de las Angustias y de los Mártires granadinos del siglo XX en dicho Seminario.
Asimismo, los sacerdotes y nuestro arzobispo han compartido una comida fraterna, en la que también se han felicitado mutuamente con motivo de la celebración de la Natividad del Señor que celebramos este 25 de diciembre.
La jornada de convivencia navideña se prolongará por la tarde en el monasterio de La Cartuja. Allí, el clero diocesano conocerá en primicia “Silentia”, la visita nocturna que próximamente se ofrecerá en las visitas culturales en dicho monasterio para todos los visitantes. Se trata de una novedad en la que el sonido, la música y la luz imbuirán al visitante de la vida monástica cartujana.
Por otra parte, el Instituto de Teología Lumen Gentium también celebraba su acto navideño con la Eucaristía en el Seminario Mayor y posterior ágape de felicitación, con la participación de alumnos, docentes, formadores y responsables del citado Instituto.
Torre del monasterio de la Cartuja y claustro, donde continuará por la tarde la jornada de convivencia navideña del clero.
Monseñor Jesús Fernández felicitó la Navidad a los miembros que participaron en el encuentro que tuvo lugar en el Palacio Episcopal
Un grupo de religiosos y religiosas de la diócesis de Córdoba se reunieron el pasado sábado, 20 de diciembre en el Obispado para celebrar su tradicional encuentro previo a la Navidad. La jornada comenzó con el rezo de Vísperas, una charla de monseñor Jesús Fernández y terminó con una convivencia fraterna.
El Obispo felicitó la Navidad a los miembros de la Vida Consagrada y conoció las distintas comunidades representadas.
El sacerdote diocesano ha sido nombrado párroco de la Inmaculada Concepción después de haber estado estudiando en Roma
Víctor Morón tomó posesión de la parroquia de la Inmaculada Concepción de Villa del Río el pasado domingo, 21 de diciembre. Esta parroquia pertenece al arciprestazgo del Alto Guadalquivir de la Vicaría del Valle, el Vicario de la zona, David Aguilera, presidió la eucaristía de toma de posesión que da comienzo al ministerio pastoral del nuevo párroco.
El nuevo párroco en su acción de gracias reconoció a los fieles que va a “necesitar ayuda” porque él está para “alentar, guiar, orientar y tomar decisiones” pero hay muchas cosas en la parroquia que podéis hacer vosotros, no sólo en el templo, sino fuera de él, porque hay que salir fuera para buscar a los que están lejos. Tenemos que seguir cuidando a las familias y a los jóvenes, en la parroquia hay sitio para todos, desde los niños hasta los ancianos.
Víctor Morón reconoció humildemente que no llega a su nuevo destino pastoral “buscando elogios ni reconocimientos”, sino que viene para “dar gloria a Dios”. Ahora, “el Señor me pide estar aquí y lo importante sois vosotros y os pido que me acojáis con todo lo que soy, con mis dones y talentos pero también con mis debilidades y fragilidades”. Víctor mostró su confianza en el Señor y reconoció que le empuja la fuerza del Espíritu Santo y transmitió su intención de “hacer una parroquia viva porque palpita con el corazón de Cristo”. El nuevo párroco encomendó su ministerio a la Virgen de la Estrella, patrona de Villa del Río.
Biografía
Víctor Morón Illanes es sacerdote de la diócesis de Córdoba desde el año 2015, ordenado por monseñor Demetrio Fernández, el 27 de junio, en la Santa Iglesia Catedral. Nacido en Puente Genil el 13 de diciembre de 1989, comenzó su ministerio sacerdotal en la parroquia de San Nicolás de la Villa de Córdoba, como vicario parroquial.
Tres años después, fue nombrado párroco de Adamuz y Algallarín. Allí permaneció desde el año 2018 hasta el 2022, cuando fue enviado a Roma a ampliar estudios y cursar la Licenciatura en Patrología en el Instituto Patrístico Augustimianum de Roma.
Mons. Jesús Fernández ha invitado a todos a acudir a la oración, la súplica, la ofrenda, la alabanza y el servicio
El obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández, ha convocado este lunes, 22 de diciembre, a los miembros de la Curia Diocesana y el Cabildo Catedralicio a celebrar la santa misa en la Catedral de Córdoba.
El prelado ha querido felicitar la Navidad tanto a los trabajadores como a sus familias con este encuentro en el que ha puesto de manifiesto su agradecimiento al trabajo que desempeñan cada día.
En su homilía, el Obispo ha recordado a Samuel y Ana, aludiendo al Evangelio, como personas orantes y agradecidas para invitar a los presentes a que sean personas de “oración, entrega y alabanza”, como María, la mujer elegida para traer al Hijo de Dios al mundo, “una mujer orante y fiel”. “Pidamos la oración y la unidad al Señor, para que Él actúe en nuestra vida con humildad”, ha aclamado el pastor de la Diócesis recordando que “siempre somos escuchados por el Señor”. “La entrega y el servicio son actitudes importantes que ofrecemos cada día y, por ello, quiero agradeceros a todos vuestro servicio y el tiempo que dedicáis a servir a la Diócesis”, ha manifestado el prelado.
Mons. Jesús Fernández ha concluido invitando a los trabajadores de la Curia y del Cabildo a cultivar la oración, la súplica, la ofrenda, la alabanza y el servicio a los demás.
Encuentro en el Palacio Episcopal
Tras la celebración eucarística, el Obispo se ha reunido en el Palacio Episcopal con la Curia Diocesana para bendecir el Belén que la Asociación de Belenistas de Córdoba ha expuesto en el Obispado y para compartir un encuentro en el que el pastor de la Diócesis ha entregado su felicitación de Navidad personal y un obsequio a cada uno de los integrantes de la Curia.
El administrador apostólico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. Ramón Valdivia, realizó una visita pastoral a la Parroquia San Antonio de Padua de Algeciras, donde pudo conocer de primera mano la realidad pastoral y comunitaria del templo.
Acompañado por el párroco, el padre Antonio Jesús López, Mons. Valdivia mantuvo encuentros con los distintos grupos parroquiales, que le presentaron el trabajo que desarrollan en la comunidad, así como con numerosos fieles que participan habitualmente en la vida de la parroquia. La visita permitió un diálogo cercano y una escucha atenta de las inquietudes y esperanzas de la comunidad cristiana.
Durante su estancia, el administrador apostólico presidió la celebración de la confirmación de un grupo de jóvenes y adultos, un momento especialmente significativo para la parroquia. En su homilía, Mons. Valdivia centró su mensaje en la infancia espiritual, animando a los fieles a confiar plenamente en Dios y a dejarse guiar por lo que el Espíritu Santo pone en el corazón de cada persona.
La visita concluyó en un ambiente de gratitud y cercanía, reforzando los lazos entre la diócesis y la comunidad parroquial de San Antonio de Padua, que vivió la jornada como un impulso para continuar su labor evangelizadora y de servicio.
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La tradicional novena dedicada a la Virgen María se celebra cada año en la localidad los días previos a la Navidad
Tradicionalmente en la parroquia San Juan Bautista de Hinojosa del Duque se celebran las “misas de la calle”, una novena dedicada a la Virgen María, previa a la Navidad, dedicada cada día a una calle de la localidad. Este año han tenido lugar del 14 al 23 de diciembre y como es habitual cada día ha estado presidida por un sacerdote diocesano. El obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández, conoció esta tradición y presidió la novena el domingo, 21 de diciembre.
En su homilía el prelado explicó, en primer lugar, la elección de los nombres del Señor. Jesús, “Dios nos habla”, y Emmanuel “Dios con nosotros” porque en la cultura judía el nombre era muy pensado ya que definía la personalidad y la misión. Es bonito poner nombres “que se conservan siempre porque están escritos en el cielo”, nombres de santos o de personajes importantes dentro de nuestra cultura y nuestra fe. Jesús hace honor a su nombre porque es nuestro salvador, al igual que al de Emmanuel, porque manifiesta su cercanía y constante providencia con nosotros.
Asimismo, el Obispo destacó varios aspecto de María y José, la confianza y disponibilidad, en primer lugar, porque María ya había dicho sí a Dios pero Dios quería contar el sí de José para que la venida del Salvador se produjera en el seno de una familia, lo que demuestra la importancia que Dios da a la familia cristiana. A José le costaba entender el papel que Dios le tenía reservado, confiaba en la fidelidad de María y entendía que sólo un milagro de Dios podía explicar aquello.
La cultura en la que estamos inmersos, continuó el pastor de la Diócesis, no favorece la confianza y la disponibilidad para Dios. María y José nos han mostrado “el camino que debemos tomar, ellos son testigos de una confianza absoluta en el Señor, que se labra en el trato constante y en la oración”. Acogen a Dios en sus vidas y hacen posible el milagro de la Encarnación. Nosotros, con frecuencia, preferimos cerrar los oídos a la voz de Dios y los abrimos a otras voces que son elevadas a la categoría de expertas por la cultura mediática y la moda pero que nos llevan a “callejones sin salida”. Alimentemos nuestra confianza en Dios porque nunca nos fallará, pidió el Obispo.
Terminó su alocución recordando que, a pesar de que el amor a veces parece que es arriesgado, siempre gana, la resurrección de Jesús así lo demuestra. Si no hubiese amor no habría esperanza ni futuro, por lo que animó a acoger “en nuestra vida a los demás, especialmente a los pobres y excluidos”. Que el amor y la fidelidad al Señor nos lleven a la confianza, a la disponibilidad, al compromiso y la acogida para acoger al Señor con cariño y cuidar su presencia en nuestro corazón.
El pasado viernes 19 de diciembre la Casa de la Iglesia de Asidonia-Jerez acogió un entrañable encuentro navideño que reunió a trabajadores, colaboradores y miembros de la Curia Diocesana junto al Obispo diocesano, Monseñor José Rico Pavés.
Un momento de fraternidad en el que todos los presentes pudieron compartir la alegría de la inminente celebración de la Natividad del Señor. En nombre de toda la Curia, el Vicario General, D. Roberto Romero, dirigió unas palabras a Sr. Obispo, felicitándole la Navidad en nombre de todo el Obispado.
Seguidamente, Monseñor Rico Pavés ofreció unas palabras en estas fechas tan especiales a todos los presentes que colaboran en la misión pastoral y evangelizadora de la Diócesis.
El encuentro concluyó con un pequeño aperitivo compartido, en un ambiente de alegría y unidad, propio de este tiempo de esperanza y preparación para la Navidad
Este pasado viernes 19 de diciembre, la Santa Iglesia Catedral acogió la tradicional celebración de la Luz de la Paz de Belén, presidida por el Obispo de Asidonia-Jerez, Monseñor José Rico Pavés, reunió a scouts, familias, seminaristas, clero diocesano y numerosos fieles. Un momento profundamente simbólico en plena antesala del cuarto domingo de Adviento, para preparar los corazones a la venida del Señor.
La luz —encendida en la gruta de Belén y llegada hasta Jerez tras un largo itinerario desde Viena, pasando por Asturias y Almería— fue recibida con emoción, como signo de esperanza que Cristo trae al mundo. Durante la homilía, Monseñor Rico Pavés mencionó tres ideas que la celebración nos invita a vivir en este tiempo:
1. Jesús debe estar en el centro
La primera gran llamada fue a no perder de vista lo esencial: Jesús es el corazón de la Navidad. El Obispo recordó que toda la preparación, los signos y las tradiciones deben estar al servicio de una verdad central: que Dios viene a habitar entre nosotros. “Sin Jesús no hay Navidad”, afirmó. Como ejemplo, explicó que si la luz se apagara, toda la celebración perdería su sentido, porque esa luz representa a Cristo. Así, pidió a todos cuidar en estos días que nada apague la presencia de Jesús en nuestra vida.
2. Con la luz de Cristo, podemos mirarnos como Él nos mira.
Monseñor destacó que, cuando todo está a oscuras, no nos reconocemos ni a nosotros mismos ni a quienes nos rodean. Pero cuando llega la luz, todo cambia: se restablece el encuentro, la identidad, la fraternidad. “Creer es ver con los ojos de Jesús”, afirmó, subrayando que la fe no es solo creer en su existencia, sino aprender a ver el mundo, a los demás y a nosotros mismos con su mirada misericordiosa. Esa luz permite dejar atrás la envidia, el rencor, el egoísmo, y recuperar la paz interior.
3. La luz nos orienta en medio de la oscuridad.
Por último, el Obispo explicó que la luz de Cristo es una guía que permite tomar decisiones acertadas. Así como los exploradores se orientan por las estrellas o por señales en la naturaleza, los cristianos necesitamos una luz firme que nos indique el camino. Jesús, como Palabra hecha carne, es esa lámpara para nuestros pasos. Dejarse guiar por Él es el modo de caminar en la vida con sentido, incluso en medio de los desafíos.
Como broche final, Monseñor José Rico Pavés señaló que en este camino de Adviento, la figura de María Santísima, la Inmaculada, es guía segura. Con ella, podemos disponernos a acoger a Jesús con fe, valentía y confianza. Finalizando con sus palabras ya conocidas desde el inicio de su episcopado, “Nada sin María, todo con ella”.
Este domingo, cuarto de Adviento, la Catedral ha acogido la Misa de acción de gracias por la beatificación, el pasado 13 de diciembre, de los 124 mártires del siglo XX de la Diócesis de Jaén.
La Eucaristía, presidida por el Obispo de Jaén, Monseñor Chico Martínez, ha estado concelebrada por el Vicario y Provicario General; el Delegado de la Causa de los Santos; miembros del Cabildo Catedral, y algunos sacerdotes parientes de los mártires. Los seminaristas han acolitado la celebración.
El coro Amicitia, de Martos ha puesto, una vez más, la música a la Eucaristía, en la que entre otros temas han cantado el Himno de los mártires, que ya estrenaron el primer día del triduo preparatorio a la beatificación. Las lecturas han estado participadas por familiares de los mártires, el salmo cantado para la religiosa Mercedaria del Santísimo Sacramento, la Hermana Flavia. El Evangelio lo proclamó el diácono permanente, D. José Extremera.
Homilía
El Obispo de Jaén comenzaba sus palabras haciendo referencia a lo que reunía a la Iglesia jiennense en su primer Templo, ocho días después de la beatificación. “Hace una semana vivíamos un acontecimiento histórico en nuestra tierra giennense, en este Templo tan emblemático de nuestra Iglesia, relicario del Rostro de Cristo, la beatificación de nuestros 124 mártires del S. XX. Hoy nos volvemos a reunir con un profundo sentimiento de gratitud ante Dios, porque nuestra Iglesia de Jaén ha sido visitada por su gracia de una manera singular en este acontecimiento vivido”, expresó.
Después y en referencia al Evangelio proclamado y a los mártires, Don Sebastián quiso enfatizar: “Queridos hermanos, al escuchar hoy la Palabra de Dios, nuestra mirada se dirige espontáneamente a nuestros 124 mártires. También ellos vivieron su fe en circunstancias oscuras, complejas, dolorosas. Y, como José, supieron fiarse de Dios cuando humanamente todo parecía incierto”. En este sentido, subrayó, “La beatificación que hemos vivido no es un ajuste de cuentas con el pasado, ni una relectura ideológica de la historia. La Iglesia no beatifica para señalar culpables ni para reabrir heridas. La beatificación es un canto a la gracia de Dios, una proclamación de que el amor ha sido más fuerte que el odio y de que la vida ha vencido a la muerte”.
Monseñor Chico Martínez, en referencia al himno quiso manifestar ante el pueblo fiel congregado: “Como canta el Himno, fueron llevados a la almazara, como aceitunas de esta tierra de Jaén. Sus vidas, aparentemente trituradas por el odio, fueron en realidad molturadas por el amor, y se convirtieron en óleo nuevo, en perfume del Ungido que sigue sanando y dando luz a su Iglesia”.
El Prelado jiennense, de igual modo, no olvidó su muerte como semilla de esperanza para la Iglesia que peregrina en esta tierra y también la universal: “Nuestros mártires son testigos de esperanza también porque interpelan nuestra fe. Denuncian, con su vida entregada, nuestros conformismos, nuestras medias tintas, la tentación de acomodar el Evangelio para no complicarnos la vida, nuestra “mediocridad”. Nos recuerdan que no se puede dar a Dios solo una parte del corazón”. Para añadir, “Los santos siempre miran al futuro. Su sangre no cierra una historia; la abre. Su muerte no es un final, sino una siembra fecunda. Desde el cielo interceden por esta Iglesia de Jaén para que no nos acobardemos, para que vivamos con valentía, coherencia y alegría la fe que hemos recibido”.
Con una referencia a la Navidad “Esta es la gran noticia que vamos a celebrar en Navidad. Dios no nos creó para abandonarnos, ni para dejarnos sometidos al poder del mal y de la muerte. Dios se ha hecho uno de nosotros. Y porque Él vive con nosotros, nuestra vida tiene sentido, incluso en medio del sufrimiento; nuestra historia tiene futuro, incluso cuando parece rota. Los mártires lo creyeron. Y porque lo creyeron, vivieron y murieron de otra manera. Su esperanza se apoya en Cristo, Emmanuel, Dios-con-nosotros”.
Al finalizar la celebración y rezar juntos la oración de los mártires, la urna con las reliquias, que desde el pasado sábado se encontraba en el presbiterio, fue traslada en procesión a hombros de los seminaristas hasta la capilla de San Pedro Pascual, donde podrá recibir veneración de los fieles.
Se cierra, así, uno de los grandes frutos de este año Jubilar de la Esperanza, en el que la Iglesia ha reconocido el martirio de 124 jiennenses: sacerdotes, laicos y una religiosa, que entregaron su vida por amor a Dios y fidelidad a Jesucristo.
Vejer de la Frontera ha recibido la visita pastoral del Administrador Apostólico de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. Ramón Valdivia, en el marco de una jornada dedicada a conocer de cerca la realidad parroquial y eclesial del municipio.
La visita ha comenzado de manera significativa en el Santuario de Nuestra Señora de la Oliva Coronada, patrona de Vejer y referente mariano y espiritual del pueblo. En este enclave, Mons. Valdivia ha presidido la celebración de la Santa Misa, compartiendo un momento de oración y comunión con los fieles congregados.
Con este gesto, el Administrador Apostólico ha querido iniciar su estancia ante la imagen de la Patrona, manifestando su deseo de acercarse a la vida pastoral de Vejer y a la labor que desarrolla la Parroquia del Divino Salvador. A lo largo de la jornada, está previsto que continúe su visita recorriendo distintos templos y espacios de fe que forman parte de la vida religiosa del municipio.
Mons. Valdivia ha estado acompañado por el padre Gonzalo Núñez del Castillo, Vicario Episcopal de la Zona Pastoral de la Bahía de Cádiz y La Janda, subrayando el carácter pastoral y oficial de esta visita.
Al encuentro en el Santuario han asistido el alcalde de Vejer, miembros de la corporación municipal, autoridades militares, representantes de los distintos grupos parroquiales integrados en el Consejo Pastoral, así como numerosos fieles que han querido participar y acompañar al Administrador Apostólico en este acto.
Desde la Parroquia del Divino Salvador se ha expresado un profundo agradecimiento por esta visita pastoral, encomendando a Nuestra Señora de la Oliva Coronada el ministerio y el servicio de Mons. Ramón Valdivia al frente de la Diócesis de Cádiz y Ceuta.