Se celebró el Acto Conmemorativo por la entrega del Premio Príncipe de Asturias a la institución en la Escuela de Ingenieros, en la Cruz de Piedra (La Laguna).
"Un solo obstáculo en la lucha contra el hambre sería insuperable: creer la victoria imposible. Ahora bien, todas unidas y en conexión con todos aquellos que se consagran a la misma tarea, podemos mucho más de lo que creemos. No se necesita más para acometer la empresa. Declaramos la guerra al hambre".
La presidenta de Manos Unidas, Myriam García Abrisqueta, recordó estas afirmaciones fundacionales de la organización, en el Acto Conmemorativo por la entrega del Premio Príncipe de Asturias a la institución desarrollado en la Escuela de Ingenieros (antes aparejadores), en la Cruz de Piedra (La Laguna). En el acto participaron también la presidente en la diócesis y la expresidenta a nivel nacional.
García hizo un repaso por los más de cincuenta años de esta organización católica para el desarrollo que cuenta, en nuestro país, con 4000 voluntarios, 71 delegaciones, 95000 socios, y casi mil millones de euros recaudados en ese período.
La presidenta nacional también recordó que el desarrollo será posible cuando haya transformaciones en el norte y en el sur. Manos Unidas, en este sentido, trabaja para sensibilizar, educar para el desarrollo, concienciar, dar a conocer, entusiasmar en proyectos comunes de transformación, siendo fuego que enciendo otro fuego, de cara a trasformar los corazones del norte.
En 2010 Manos Unidas tenía 641 proyectos en marcha, en 59 países. Sus recursos provienen en un 79 por ciento del sector privado: donantes, parroquias, particulares, etc.
Myriam García señaló,, en otro momento lo importante que había sido la concesión del premio Príncipe de Asturias a la concondia y dió gracias a todos por la generosidad de estas islas con los países empobrecidos.