Este martes 2 de enero concluye la Asamblea Extraordinaria de las Religiosas Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret con motivo de los 150 años de vida y servicio de la congregación.
La Residencia Universitaria Nazaret de La Laguna ha acogido desde el pasado 24 de diciembre este encuentro en el que han participado 160 Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret provenientes de los cinco continentes.
El sábado 30 de diciembre, en la Catedral, el obispo Nivariense presidió una Eucaristía de acción de gracias y el domingo 31, en la iglesia de Santiago Apóstol del Realejo Alto, tuvo lugar la primera profesión de tres novicias de la referida congregación, Carol, Diana y Rosa.
La asamblea ha contado con la presencia de la madre general, Montserrat del Pozo quien se mostró muy agradecida por estos días de encuentro. “Para nosotras, estos 150 años son un momento de gracia, un momento de plenitud donde hemos podido agradecer, de todo corazón, la herencia que hemos recibido. Asimismo, es una oportunidad para mirar al futuro. Queremos seguir proyectando nuestra labor y nuestra misión en beneficio de toda la sociedad”.
Del Pozo añadió que, hoy día, el mensaje del Padre Manyanet, sigue muy vigente. “Educar a jóvenes y niños para que puedan formar familias cristianas es un mensaje muy actual. La familia es el núcleo, la célula, es el órgano que ayuda a vitalizar toda la sociedad. Por tanto, debemos seguir trabajando en favor de una familia sana y abierta. Una familia donde haya unas buenas relaciones interpersonales y donde se puedan ayudar los unos a los otros”.
La madre general de las Religiosas de Nazaret también se mostró muy agradecida por la acogida que siempre han tenido en nuestra tierra. “La diócesis Nivariense nos acogió muy bien en su momento en el año 1936. Era una época en la que las religiosas estaban muy dispersas debido a la guerra civil española. El obispo Fray Albino González nos acogió y eso permitió una gran apertura de la congregación. El pueblo canario nos abrió las puertas con mucho cariño. Se empezaron a crear colegios y luego comenzaron a surgir vocaciones. Por todo ello, estamos muy agradecidas a la diócesis y a todas las personas que han hecho posible que nosotras pudiésemos ir hacia adelante”.