En el marco de la Misión la diócesis pretende poner en marcha una propuesta conocida como “Noches con alma”.
La sede habitual de esta iniciativa será la Casa Mesa, ubicada ubicada en la calle Obispo Rey Redondo, 9 de La Laguna. Ahora bien, la primera sesión de estas “noches con alma” en la que se presentará esta propuesta será el próximo 14 de diciembre en el seminario diocesano (La Verdellada). La “esperanza” será la “música de fondo” de esta primera jornada.
Si hay una palabra que define este proyecto es la PRESENCIA. Se trata de crear un espacio que facilite lo que el papa Francisco ha denominado la “cultura del encuentro” Estar en el mundo, en este caso de la cultura y el arte propiciando nuevos “lugares” no solo materiales y físicos, de encuentro y diálogo. Presencia honesta, respetuosa, leal, creativa, propiciadora de espacios donde la belleza y la creatividad abran el paso a nuevas búsquedas y encuentros donde lo verdaderamente humano se manifieste como posibilidad de construcción de un mundo mejor.
Las “Noches con Alma” se plantean como una serie de modestos encuentros artístico-culturales. Su intención es la de celebrar, periódicamente una serie de conciertos, charlas coloquios, conferencias y otras actividades artísticas, que se relacionen con la cultura que nos rodea y aporten una visión diferenciada a la vez que dialogante e integradora.
Noches con alma, quiere ser un ámbito para continuar otras propuestas de encuentro y diálogo. Un espacio de expresión para los que no creen y para los que se hacen preguntas acerca de la propia fe, una ventana abierta al mundo, a la cultura contemporánea y las voces que ahí resuenan.
Noches con alma busca, precisamente, crear armonía a partir de dos voces, aun cuando estén en las antípodas sonoras, como el bajo y el soprano, que no necesitan difuminar sus contornos para hacer algo bello. El diálogo que propone, como todo diálogo en la Iglesia, parte de la afirmación de la propia identidad, del compromiso con la verdad, que desencadena el deseo de buscarla con mayor plenitud aún y no se contenta con medias verdades.
Se trata de una acción evangelizadora, una oferta abierta y generosa de una visión propia sobre la vida, el amor, la libertad, el sufrimiento, la muerte, la justicia. Partiendo de la autonomía de la Fe y la Razón, aboga por un diálogo posible entre ambas.