Poco después de las 14.30 horas del pasado domingo el Obispo de Cádiz-Ceuta, Rafael Zornoza realizaba el envío misionero con el que finalizaba la eucaristía de clausura de las II Jornadas de Nueva Evangelización.
El departamento diocesano encargado de organizar esta interesante y plural oferta pastoral realizó un intenso trabajo previo y durante estos días, para que los más de 250 matriculados pudieran disfrutar de tres jornadas de «formación, oración y capacitación», como afirmó en la apertura Eduardo Rodríguez.
Si para el obispo nivariense, la evangelización no es cuestión de métodos, sino ante todo parte de un Encuentro, para su homólogo de Ceuta-Cádiz y su vicario general, es preciso volver al Cenáculo y, por ello, compartieron el proceso emprendido desde hace años por la diócesis andaluza de ir creando escuela de evangelizadores, de discipulado y grupos cenáculos que una vez en semana van intercambiando a lo largo de un mes, formación, oración, capacitación y adoración.
Todo ello, como expuso el obispo Zornoza, dentro de la necesaria conversión personal y pastoral a la que el Papa viene invitando. Evangelizar-nos, recuperar el liderazgo, imaginar lo imposible y hacer Todo lo que se puede, y con el horizonte permanente del semper incipice (siempre comenzando, cada día como si fuera el primero, con novedad) fue la invitación que realizó el prelado.
La conocida hermana Xiskya Valladares pudo exponer una interpelante experiencia con los cristianos perseguidos en Irak. Todo lo que allí aprendió de unos hermanos que prefieren perder su vida antes que fallarle a Jesús- dijo emocionada. Xiskya es, sobre todo, conocida por su presencia en las redes y su impulso del proyecto IMisión. Evangelizar las redes sociales fue el título de la ponencia que desarrolló.
Las redes, dijo, son un lugar donde hay que estar. Repasó el magisterio pontificio sobre este tema e introdujo algunas posibilidades presentes en las redes, así como algunos riesgos. Apoyada siempre en material audiovisual resaltó que «no se trata de de cómo usar bien la Red, sino de cómo vivir bien en tiempo de la Red.
Los participantes, además, se repartieron en ocho talleres. Si bien, pudiendo participar en tres de ellos a lo largo de las jornadas. Los mismos iban desde sanar las heridas, a la comunicación oral; la propuesta de una parroquia misionera a las posibilidades evangelizadoras de la música; desde la comunicación digital hasta la oferta de crear cenáculos.
Una cuidada liturgia, tiempo de oración y de compartir mantel, tertulia y música, fueron otros de los ingredientes de esta propuesta de Nueva Evangelización.