
«La Virgen María sigue con nosotros; no se va, continúa caminando con el pueblo herreño y con toda la humanidad», había señalado el obispo, Eloy Santiago, en la Misa de despedida que presidió a las cinco de la mañana en la parroquia de La Concepción de Valverde.
Miles de personas peregrinaron, desde antes del alba, hasta antes del ocaso, acompañando a la Virgen de los Reyes hasta su morada habitual.
Su traslado emocionado, la tendida de manteles, el novenario, los pitos, las chácaras y los tambores sonando en toda la geografía insular en la visita de la imagen a los distintos pueblos y parroquias, así como su sentida Subida, volvieron a ser una prueba más de la devoción que El Hierro tiene por su patrona, cumpliendo con «el mayor culto y veneración» el Voto de 1741.
Hasta 2029 y siempre. ¡Viva la Virgen, viva!
