«Este premio es, sin duda, el reconocimiento al trabajo realizado por defender la dignidad de las personas migrantes, y para mí es un honor recibirlo». Con estas emocionadas palabras, Antonio Viera, el capellán del CIE de Barranco Seco en Las Palmas de Gran Canaria, recibió el Premio Carisma de Misión y Cooperación por su denuncia de las condiciones en las que se encuentran los migrantes.
Viera quiso agradecer que con este galardón «se haya puesto la mirada en aquellos a los que nadie quiere ver, a los invisibilizados, los jóvenes migrantes y recluidos en los CIE». «¡Hasta cuándo, Señor, seguiremos excluyendo, expulsando, rechazando a los pobres que son tu viva imagen!», se lamentaba el sacerdote durante la entrega de premios.