
“Con amor y fe viva, celebramos la muerte y resurrección de Jesucristo”, señala en una misiva el Obispo Álvarez, «Así aparece la motivación que debe movernos para celebrar la muerte y resurrección de Jesucristo. Ya decía San Pablo en su carta a los Corintios, refiriéndose a cosas tan importantes como dar en limosna todo lo que tengo, o tener fe como para mover montañas, que “si no tengo amor de nada me sirve” (1Cor. 13, 1-3)».
«Es necesario mostrarnos como personas que, creyendo, celebramos la fe y servimos al Señor amando a nuestros hermanos, especialmente a los más vulnerables»- invita el Obispo, para quien «lo más importante de la Semana Santa es el encuentro personal con Cristo, que es la fuente de nuestra salvación. De Él nos viene el perdón de nuestros pecados y la fuerza para amar a los demás como él nos ha amado». Por ello recuerda «que no se debe olvidar que el verdadero culto a Dios se realiza, ante todo, en la existencia cotidiana, vivida en la caridad por la entrega libre y generosa de uno mismo al servicio de los demás. A celebrar la Semana Santa, “con amor y fe viva”,no sólo aprendemos de Cristo a dar la vida por amor, sino que recibimos la gracia y la fuerza necesaria para vivir como vivió Él».