La Vicaría General, siguiendo las directrices del Obispo, ha emitido una Nota en la que concreta, a partir de lo establecido por los organismos correspondientes de la Santa Sede y la Conferencia Episcopal, el modo en que se celebrará en la diócesis la Semana Santa 2021.
El documento recomienda la participación presencial en las celebraciones, las cuales han respetar las normas emanadas de las autoridades sanitarias en la lucha contra el virus, así como fomentar el sacramento de la Penitencia.
El Domingo de Ramos, en las parroquias y demás lugares de culto se utilizará la forma tercera –entrada simple– y no habrá reparto de palmas y olivos ni bendición de los mismos.
El Martes Crismal a las 11 horas en la Catedral se celebrará la Misa Crismal, dadas las restricciones de aforo podrán participar los sacerdotes y solo algunas personas de la vida consagrada y fieles laicos con expresa invitación del obispado.
En cuanto al Jueves Santo, si las circunstancias lo requieren, podrá celebrarse en la tarde más de una Misa en la Cena del Señor. Podrá realizarse el traslado del Santísimo al Monumento, pero no el lavatorio de los pies.
El Viernes Santo, los cultos propios del día comenzarán a realizarse a partir de las doce. El modo de llevar a cabo la veneración de la Cruz varía, al tener que permanecer las personas en el lugar que ocupan en el templo.
La celebración más importante del Año Cristiano, la Vigilia Pascual, también se verá afectada por la actual situación. La Nota establece que cada sacerdote solo podrá celebrar una Vigilia. No podrá iniciarse antes de las 20 horas y finalizar a tiempo para que los fieles retornen a casa. No habrá reparto de velas y la liturgia de la Palabra podrá realizarse en la forma breve. Igualmente, el documento pide potenciar la solemne celebración del Domingo de Resurrección aumentando el número de misas, si fuera preciso.
La Nota de la Vicaría también recuerda el decreto del Obispo del pasado 26 de enero, por el que quedaban «suspendidos todos los actos religiosos fuera de los templos, tales como procesiones, viacrucis y cualquier otra manifestación de fe en la vía pública. En los templos, solo podrá celebrarse la procesión claustral con el Santísimo Sacramento el Jueves Santo para el traslado al Monumento y el Domingo de Resurrección al finalizar la eucaristía, permaneciendo los fieles en sus respectivos asientos».
NOTA SOBRE LA CELEBRACIÓN DE LA SEMANA SANTA 2021
A partir de las Notas de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, de 17 de febrero de 2021 y de la Comisión Episcopal para la Liturgia de la Conferencia Episcopal Española de 3 de marzo. Teniendo en cuenta, además, el Decreto emitido por el citado Dicasterio, el 25 de marzo de 2020, siguiendo las indicaciones del Obispo, máximo responsable y moderador de la vida litúrgica en la diócesis, la celebración de la Semana Santa de 2021 se realizará del modo siguiente:
a) Observaciones de carácter general.
Siempre que sea posible, desde un discernimiento responsable que ha de hacer cada fiel, se recomienda la participación presencial en la celebración, formando parte activa de la asamblea.
Aquellos fieles que, por razón de edad, enfermedad, o de prudencia sanitaria, no puedan participar presencialmente en las celebraciones, síganlas por los medios de comunicación.
En todas las celebraciones se deberán respetar las normas emanadas de las autoridades sanitarias en la lucha contra el virus: el aforo de los templos, las recomendaciones sanitarias e higiénicas para hacer de los lugares de culto espacios sanos y seguros, el uso de la mascarilla, disponibilidad de gel hidroalcohólico, distancia social, ventilación de los espacios, etc.
Prepárense con sumo cuidado las celebraciones, eligiendo bien las alternativas que propone la Liturgia y acogiendo de buen grado las indicaciones para adaptarlas a este tiempo de pandemia.
En las distintas celebraciones se ha de reducir al mínimo necesario el número de ministros que intervienen –acólitos, lectores, etc.–, sin que ello desdiga de la dignidad de la celebración.
En cuanto al canto habrá que seguir las disposiciones de las autoridades sanitarias para ese momento. Es preciso tener en cuenta que estamos en una pandemia y, por tanto, hay que respetar siempre las medidas de precaución adecuadas –uso de mascarilla en todo momento, ventilación y distancia de seguridad entre las personas– igualmente es pertinente no actuar como si nos encontráramos en una situación sanitaria normalizada.
Evítese la distribución de subsidios para el canto en soporte de papel, o cualquier tipo de folleto explicativo de la celebración, por el riesgo que conllevan ante un posible contagio.
Se recomienda vivamente que se cuide y fomente el Sacramento de la Penitencia. Se ruega a los sacerdotes una mayor disponibilidad para que los fieles puedan celebrar este Sacramento, con todas las medidas de precaución, distancia social, ventilación y discreción.
Siguiendo el decreto del Obispo del pasado 26 de enero, quedan suspendidos todos los actos religiosos fuera de los templos, tales como procesiones, viacrucis y cualquier otra manifestación de fe en la vía pública. En los templos, solo podrá celebrarse la procesión claustral con el Santísimo Sacramento el Jueves Santo para el traslado al Monumento y el Domingo de Resurrección al finalizar la eucaristía, permaneciendo los fieles en sus respectivos asientos.
b) Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.
Para la conmemoración de la entrada del Señor en Jerusalén se evitará la forma primera descrita por el Misal –procesión–. En las parroquias y demás lugares de culto se utilizará la forma tercera –entrada simple–.
- No habrá reparto de palmas y olivos ni bendición de los mismos. Solamente el que preside la celebración podrá portar uno
c) Misa Crismal.
Se celebrará el Martes Santo a las 11 horas en la Catedral. Cada sacerdote ha de llevar alba, estola y su porta viático. La participación de los fieles estará limitada a algunos representantes de la vida consagrada y consejos de pastoral con invitación expresa desde la diócesis.
d) Jueves Santo.
Dado que este año la celebración se hará con participación del pueblo, no se omita la procesión y la reserva del Santísimo Sacramento para la adoración y la comunión al día siguiente. Facilítese, en la medida de lo posible, que los fieles puedan dedicar un tiempo de adoración, respetando siempre los horarios de restricción de la libre circulación de los ciudadanos que se establezcan en cada lugar.
Si se van a celebrar varias Misas de la Cena del Señor en la misma iglesia, háganse por la tarde y omítase, salvo en la última, la reserva solemne del Santísimo. En caso de que el bien de los fieles lo precise, podrá celebrarse a mediodía la Eucaristía.
- Ha de omitirse el rito del lavatorio de los pies
- Si no se va a celebrar el Triduo completo en alguna iglesia, no se haga la reserva eucarística solemne.
- Además, si no se ha celebrado la Misa vespertina de la Cena del Señor, evítese una adoración eucarística desvinculada de dicha celebración.
e) Viernes Santo.
Según las necesidades de cada lugar se podrán realizar una o varias celebraciones de la Pasión del Señor, siempre a partir de las 12 horas.
En la oración universal se utilizará el formulario habitual con el añadido de la intención especial que la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó el pasado año (Decreto Prot. N. 155/20). El texto de la intención, que se añade entre la IX y la X, es el siguiente: IXb. Por quienes sufren en tiempo de pandemia.
- Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto.
Oración en silencio. Prosigue el sacerdote:
Dios todopoderoso y eterno, singular protector en la enfermedad humana,
mira compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta pandemia;
alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan,
acoge en tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación,
haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
- En el momento de la adoración de la cruz el celebrante lo hará con una genuflexión o una inclinación profunda. El resto de la asamblea lo hará por medio de una genuflexión, inclinación profunda o cualquier otro gesto adecuado, cuando la cruz sea mostrada, y lo realizará cada uno sin moverse de su lugar. Se podría invitar, también, a todos los participantes a la liturgia a que hagan un momento de oración, en silencio, mientras se contempla la cruz. Se evitará, en cualquier caso, la procesión de los fieles en este momento de la celebración.
f) Vigilia Pascual
Dada la situación sanitaria previsible en la que estará la diócesis, solo podrá celebrar cada sacerdote una Vigilia Pascual. La misma se realizará no antes de las 20 horas y deberá concluir con tiempo suficiente para retornar a casa antes del toque de queda establecido para ese momento.
El “inicio de la vigilia o lucernario” se puede hacer a la entrada del templo. El celebrante principal deberá estar acompañado por un número limitado de ministros, mientras todos los fieles se mantendrán en sus lugares. No habrá reparto ni los fieles portarán velas. Se bendice el fuego, se hacen los ritos de preparación y se enciende el cirio tal como indica el Misal. El sacerdote y los ministros, manteniendo la distancia de seguridad, hacen la procesión por el pasillo central y, si es posible, se cantan o se realizan verbalmente las tres invocaciones “Luz de Cristo”. Después de las invocaciones se realiza el Pregón Pascual en la forma acostumbrada.
Sigue la “Liturgia de la palabra”. Por razones de brevedad puede acortarse el número de las lecturas, pero procúrese darle la relevancia adecuada a este momento de la celebración. En ningún caso se debería reducir a una Liturgia de la Palabra normal de un domingo, únicamente con tres lecturas. Al menos se han de hacer dos lecturas del AT (la del Éxodo y una profética), con sus salmos, y las dos lecturas y el salmo del NT.
La “Liturgia bautismal” se celebra tal y como viene indicada en el Misal. La presencia de la asamblea aconseja no omitir el rito de la aspersión después de la renovación de las promesas bautismales. Tómese la precaución, sin embargo, de evitar el contacto con el agua que se va a bendecir cuando esta se prepare, y que el sacerdote higienice las manos con gel hidroalcohólico antes de la aspersión.
No parece aconsejable, dadas las circunstancias, celebrar el bautismo de niños durante la Vigilia Pascual. Si se han de administrar los sacramentos de la Iniciación Cristiana a adultos o si al final se celebra el bautismo de algún niño, hágase con todas las medidas higiénicas y sanitarias que garanticen que los signos y ritos se hagan adecuadamente, pero de forma segura, especialmente los que implican el contacto, como las unciones.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, cada párroco programará del modo más solemne posible el Domingo de Resurrección para que cada comunidad pueda celebrar adecuadamente tan señalado día, para lo cual se recomienda aumentar las celebraciones en la mañana o en la tarde.
Seguimos rezando por el fin de la pandemia, por los difuntos, los enfermos y sus familias, y por todos los que dedican su esfuerzo a paliar las consecuencias de esta crisis que estamos viviendo, esperando que la celebración de los días de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor sean un auténtico encuentro con Él, que fortalezca la fe, esperanza y caridad de todos los fieles.
La Laguna a 5 de marzo de 2021.