Hoy, 29 de marzo se cumple el XXX Aniversario de la beatificación de don Marcelo Spínola, Cardenal Arzobispo de Sevilla. Por este motivo, la Hna. Luz María Medina, ADC, ha recordado su figura destacando su fama de santidad:
Un antiguo alumno del Colegio de las Esclavas de Ronda (Málaga), en una audiencia del papa Francisco con jóvenes tuvo la suerte de poder coger su mano y, nervioso, lo que espontáneamente le salió fue decirle: “Papa Francisco, haga Vd. santo a Marcelo Spínola, que fue un hombre muy sencillo y muy entregado”. Y ante esta efemérides, yo, miembro de la Congregación religiosa por él fundada, las Esclavas del Divino Corazón, que experimento cada día cómo sigue vivo el cariño que se le tiene en Sevilla y fuera de Sevilla, me digo a mí misma una y mil veces lo que oigo decir a tantos, sacerdotes o laicos ¿Cómo es que ya no es santo Don Marcelo? Su fama de santidad, su virtud heroica, se agiganta por días. Es totalmente cierto el veredicto de uno de los cardenales en su Proceso de beatificación: “Nos encontramos ante una de aquellas grandes, de hecho, grandísimas figuras, que de tiempo en tiempo, la Providencia divina pone ante la sorprendida admiración del pueblo cristiano una fi gura moralmente superior. En más de siete lustros de actividad apostólica, Spínola fue pastor según el corazón de Dios: sacerdote y obispo celosísimo y trabajador infatigable, hombre de acción y de contemplación, humilde, afable, pobre y no apegado a honores y comodidades terrenas, únicamente preocupado por los intereses de Dios, de la Iglesia y de las almas…”.
Don Marcelo– no hay duda- es modelo excepcional para el mundo sacerdotal en todas sus etapas, hasta el cardenalato. El día 25 de marzo, día de la Anunciación, fiesta de las Esclavas, nos reunimos en Sevilla un grupo considerable de religiosas procedentes de las distintas comunidades españolas y fuimos a la Catedral ante el Mausoleo del beato cardenal Spínola a rogar, poniendo a la Esclava del Señor como intercesora, por su canonización.
Esperamos de corazón que la humilde, pero extraordinaria figura de don Marcelo Spínola y Maestre, sea pronto llamado, a imitación de su gran predecesor Isidoro, San Marcelo de Sevilla.
