Hemos comentado en otras ocasiones la importancia y significación de una tipología documental concreta, los inventarios de bienes, elaborados como consecuencia de la normativa eclesiástica al respecto desde la Baja Edad Media.
Hoy destacamos otros Inventarios de bienes, en esta ocasión, mandados redactar en una fecha muy concreta y con unas intenciones evidentes. Se trata de las relaciones exactas de pertenencias, rentas, frutos, alhajas -especialmente plata- y otros efectos, existentes en conventos, hospitales, hermandades y algunas parroquias, sujetos a la jurisdicción real, redactadas en cumplimiento de un oficio impreso, fechado el 3 de febrero de 1810 en Sevilla, -a los dos días de la entrada de las tropas francesas en la capital hispalense-, oficio éste que sería distribuido a las instituciones afectadas con acuse de recibo, y obligando a responder al mismo en unos pocos días.
El citado oficio fue tramitado por Joaquín Leandro de Solís, como comisionado del conde de Montarco, comisario regio de Andalucía y ministro de asuntos eclesiásticos durante el periodo de gobierno del rey José I Bonaparte.
La información que aportan estos inventarios es de gran interés tanto por las instituciones que las redactan, cuyo número es superior a cincuenta, como por el contenido y datos ofrecidos. Destacamos entre otros muchos las relaciones de bienes que presenta el Hospital de Santa M arta, el de la Misericordia, el Hospital de San Juan de Dios, el de la Sangre, el convento Madre de Dios, Hermandades como El Calvario y Perdón, San Fernando y Virgen de los Reyes o la de los Vizcaínos, las tres en el Convento de San Francisco, la Hermandad de la Sentencia en San Gil, la Soledad en el Convento del Carmen, La Exaltación de la Cruz y Nuestra Señora de las Lágrimas en Santa Catalina, El Amparo en la Parroquia de la Magdalena, el Cristo de la Corona en el Sagrario, la Hermandad de Jesús y Nuestra Señora de la O en Triana, o también numerosas hermandades sacramentales.
Cabe señalar que muchas de estas instituciones indican haber remitido estas relaciones de bienes igualmente a solicitud del Señor Provisor del Arzobispado, dado que tenían también jurisdicción eclesiástica.
Estos inventarios de bienes están clasificados en el Fondo Capitular del Archivo Catedral de Sevilla, posiblemente porque responden al cumplimiento de una Real Orden de José Bonaparte, leída en cabildo extraordinario de 8 de febrero de 1810, según la cual debía ser entregada la plata extraída de las Iglesias y conventos para servicio de la Catedral, encargándose a los señores de la Fábrica su recibimiento según los Inventarios que se habían mandado elaborar, siendo necesario determinar su uso.
De igual manera son conocidos los inventarios de alhajas, entre ellas las piezas de plata, pertenecientes a la Catedral de Sevilla, redactados también en 1810 por los encargados de la Fábrica con la intencionalidad de salvaguardar las piezas, durante la ocupación francesa, enviándolas a la Catedral de Cádiz.
Estos Inventarios de bienes de conventos, hospitales y hermandades, confeccionados entre el 3 y el 8 de febrero de 1810, fueron descritos hace años por el personal técnico en la base de datos de estos Archivos de la Catedral y del Arzobispado de Sevilla, cumpliendo así con una de las funciones archivísticas principales como es la de describir la documentación para ponerla a consulta de los investigadores interesados.
María Isabel González Ferrín, jefa del Área de Archivos de la Institución Colombina
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