Esta mañana ha tenido lugar en la plaza de San Pedro (Vaticano) la ceremonia de imposición del palio arzobispal a 38 arzobispos de todo el mundo, entre ellos el de Sevilla, mons. Juan José Asenjo Pelegrina.
Mons. Juan José Asenjo Pelegrina ha recibido el palio arzobispal de manos del papa Benedicto XVI, en una ceremonia que se ha celebrado esta mañana en la Plaza de San Pedro (Vaticano) con ocasión de la festividad de San Pedro y San Pablo. También recibieron el palio arzobispal los arzobispos españoles mons. Jesús Sanz Montes (Oviedo) y mons. Ricardo Blázquez Pérez (Valladolid).
Según informa la agencia Efe, tras la imposición del palio, en el ángelus, el papa saludó en español a los varios centenares de fieles de España y Latinoamérica presentes, así como a los nuevos arzobispos, a los que invitó a seguir el ejemplo de San Pedro y San Pablo "para que, cada vez más unidos al Señor, sepáis dar en vuestra vida abundantes frutos de santidad y apostolado".
El palio, "prensa de la libertad"
En la ceremonia, Benedicto XVI dijo este martes que el peligro más grave para la Iglesia no está en las persecuciones religiosas, "sino en el mal que corrompe la fe y la vida cristiana de sus miembros". El pontífice afirmó que en los dos mil años de historia de la Iglesia los cristianos han sido sometidos a numerosas pruebas, muchas de ellas auténticas persecuciones, pero que a pesar de ello esos sufrimientos no constituyen el mayor peligro para la Iglesia.
"El daño mayor proviene de todo lo que contamina la fe y la vida cristiana de sus miembros y de sus comunidades", afirmó el papa, que citó entre esos peligros "que amenazan seriamente a la Iglesia" a la división de los cristianos, la incoherencia y la infidelidad al Evangelio.
También citó como peligros al egoísmo, la vanidad, el orgullo y la codicia y aseguró, citando a San Pablo, que los hombres que hacen daño "no irán muy lejos, ya que su necedad será manifiesta a todos".
El papa afirmó que el ministerio petrino es garantía de libertad para la Iglesia, respecto a los poderes locales, nacionales o internacionales, "que pueden en ciertos casos obstaculizar la misión eclesial". "El ministerio petrino es garantía de libertad en el sentido de la plena adhesión a la verdad, a la auténtica tradición, para que el pueblo de Dios sea preservado de los errores referentes a la fe a la moral. La comunión con Pedro y sus sucesores es garantía de libertad", subrayó el Papa.
Benedicto XVI agregó que el palio, en ese sentido, se convierte en "prensa de libertad".