Mons. Asenjo: “No se puede ser honradamente sacerdote rechazando la cruz”

Archidiócesis de Sevilla
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El Seminario Metropolitano de Sevilla ha acogido esta mañana el retiro de Cuaresma para el clero diocesano. La jornada, a la que han acudido alrededor de 150 sacerdotes, ha sido dirigida por el Arzobispo de Sevilla, mons. Asenjo, quien ha disertado sobre la bula Misericordiae Vultus y el valor de la Cuaresma en la vida sacerdotal.

En su meditación, mons. Juan José Asenjo ha asegurado que «a lo largo de la Iglesia el desierto ha tenido una atracción irresistible para muchos creyentes». Y es que en este desierto «la vida se reduce a lo esencial». El prelado ha invitado a los asistentes, por tanto, a adentrarse en el desierto para revivir las tentaciones de Jesús. De la primera, «di que las piedras se conviertan en pan», ha destacado que «el ministerio pastoral normalmente no es sinónimo de inmediatez». Al respecto ha recordado las palabras de santa Teresa: «la paciencia todo lo alcanza». Por este motivo, ha instado a huir de la tentación de que nada puede cambiar.

En segundo lugar, mons. Asenjo ha sido claro cuando ha asegurado que «no es posible ser sacerdote de Jesús y carecer de sensibilidad ante la pobreza». Así, ha pedido que «sean humildes artesanos de la comunión, que quiere decir responsabilidad y participación compartida por todos».

Por otra parte, el Arzobispo también ha reconocido que «es preciso revitalizar los órganos de participación, los consejos parroquiales, así como emprender una formación seria de los laicos implantando en nuestras parroquias los materiales de la Acción Católica». En esta línea ha observado que para responder al desafío de la Nueva Evangelización «necesitamos que nuestras comunidades sean misioneras y que los laicos asuman el papel que les corresponde».

Sobre el desierto ha dado dos apuntes más: el descanso, que puede proporcionar, y la novedad, ya que «nos ayuda a convertirnos, a volver al Señor, a reordenarnos». «El desierto nos convierte, nos hace transparentes y luminosos. Por ello, la experiencia del desierto genera alegría», ha añadido.

Para terminar, ha sentenciado: «no se puede ser honradamente sacerdote rechazando la cruz». También ha agradecido y felicitado a los sacerdotes por participar en los retiros y Ejercicios Espirituales, «por pasar por el desierto».

El retiro ha terminado con una celebración comunitaria de la penitencia.

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