El Catecismo de la Iglesia Católica recoge que “los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura”, por lo que “el dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación”.
De igual modo, fueron muchos los santos que tuvieron en gran estima a los animales y les mostraron especial afecto y respeto. Es el caso de San Francisco de Asís o de San Felipe Neri. Sin embargo, el santo más querido por los animales fue San Antonio Abad, no en vano, fue nombrado patrón de ganaderos y protector de animales domésticos.
Por ese motivo, cada 17 de enero, festividad litúrgica de este santo, muchas parroquias invitan a sus feligreses a llevar a sus mascotas al templo para bendecirlas, una tradición que se consolida año tras año en la Archidiócesis de Sevilla.
Un ejemplo de ello es la Parroquia del Espíritu Santo de Mairena del Aljarafe que celebrará una bendición de animales de compañía el próximo lunes a las seis y media de la tarde. “Realizamos esta actividad a cielo abierto, en nuestro recinto parroquial, manteniendo las medidas de la seguridad recomendadas en este tiempo: uso de mascarilla y distancia preventiva”, advierten fuentes parroquiales.
Igualmente, la Parroquia Fuente del Rey hará lo propio el próximo lunes. Para ello, el párroco ha instado a la feligresía a acudir a las puertas del templo con sus mascotas a las cinco y media de la tarde, para la liturgia de bendición, “respetando la normativa sanitaria vigente”.
Si tu parroquia también celebra la bendición de animales domésticos y mascotas en torno a la festividad de San Antonio Abad envíanos los datos para su publicación a iglesiaensevilla@archisevilla.org
Sobre San Antonio Abad
Fue un monje cristiano fundador del movimiento eremítico. El relato de su vida presenta la figura de un hombre que crece en santidad y lo convierte en modelo de piedad cristiana. Este relato tiene elementos históricos y otros de carácter legendario; se sabe que vivió 105 años, que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño y que atendía a varias comunidades monacales en Egipto, permaneciendo eremita.
Su patronazgo sobre los animales se debe a los diversos episodios que, según los escritos de San Atanasio y San Jerónimo, protagonizó junto a los animales. Por ejemplo, cuentan que una vez se le acercó una jabalí con sus cachorros ciegos. Ante esto San Antonio curó a los cachorros. En el arte sacro occidental, además, se representa a San Antonio Abad con un cerdo a los pies. De acuerdo con algunos especialistas, ese cerdo representa a los demonios que fue capaz de someter, aunque otras leyendas hablan de que el monje sanó y bendijo a una cerda y su lechón enfermo.