La sobrenaturalidad de la llamada vocacional en la vida de los seminaristas

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La sobrenaturalidad de la llamada vocacional en la vida de los seminaristas

El director espiritual del Seminario, Marcelino Manzano, a propósito del mes del Seminario, ha destacado la sobrenaturalidad de la llamada vocacional que experimentan los seminaristas. Se refiere a gracias y favores que – según expresa– “se desbordan de una manera palpable sobre las condiciones de la naturaleza humana, donde se evidencia que efectivamente ha sido el Señor quien ha hecho una invitación personal a ese joven”.

Manzano forma parte del equipo de formadores del Seminario Metropolitano de Sevilla desde hace cuatro años. Reconoce que todas las experiencias vitales de los jóvenes son llevadas a la oración “con humidad, gratitud, temor y temblor, por unas almas que han sido llamadas por Él a ser apóstoles y a las que yo tengo que ayudar a que vean la llamada de Cristo y a que respondan con generosidad y que vayan creciendo, junto con la ayuda del formador, en su condición de futuros sacerdotes”.

De esta manera, resalta que el director espiritual no es el protagonista en la historia vocacional de un seminarista. “La historia vocacional la tiene el que se sabe llamado, es decir, el seminarista con Dios”.

Don del Espíritu Santo

Sobre la forma en la que un director espiritual se dirige a Dios para pedir por las vocaciones sacerdotales, Manzano expresa que “con la humildad y la pequeñez de ser instrumentos del Señor, le pido al Señor mucha luz, le pido el don del Espíritu Santo, para que mis palabras y mis gestos no obstaculicen la gracia de Dios, que yo no sea un obstáculo, sino que sea un cauce, que sea acompañante digno, que quede claro que yo puedo ser la voz, pero que Dios es la Palabra”.

También afirma que “la oración es un canal para implorar la ayuda del Señor para desenredar algunos nudos que acontecen en la vida del seminarista. Podríamos hablar de una oración de gratitud, porque como María proclamamos las maravillas del Señor cuando en la oración vemos que, en esos chicos, en esos esclavos del Señor, ocurren verdaderas maravillas”.

Derroche apostólico

El director espiritual del Seminario Metropolitano de Sevilla expresa que va siguiendo en primera fila cómo el Señor hace su obra, cómo va surgiendo la generación de sacerdotes en los años que lleva asumiendo esa responsabilidad. “El crecimiento lo veo cada semana en los encuentros o pláticas espirituales que tenemos con los seminaristas de tercero, cuarto y quinto curso, donde compartimos vivencias, opiniones y experiencias sobre el texto del Magisterio,  percibo cómo el Señor ha ido transformando y moldeando sus vidas y sus corazones, que no solo es por el estudio y la profundización de la Teología, que algo influirá evidentemente, sino que realmente allí está la mano de Dios, allí veo lo sobrenatural que es el acompañamiento vocacional”.

En esta línea, considera que “han sido años de gracia, de derroche apostólico”, no solamente en él sino “en el equipo de formadores que da la vida – literalmente– por esta obra de acompañamiento y discernimiento dentro de la Iglesia. Se trata de una labor apostólica, pastoral, que no se centra en una comunidad concreta como podría ser una parroquia, porque a fin de cuenta se trata de un acompañamiento personal”.

Multiculturalidad

Sobre la multiculturalidad de los seminaristas, el formador del Seminario ha expresado que ésta se convierte en una oportunidad de experimentar la universalidad de la Iglesia y la eclesialidad de manera personal. “Ahora, debido a la vivencia comunitaria ahondas en sus raíces personales, familiares, social, en definitiva, en el contexto vital del candidato al sacerdocio”.

Al respecto, reconoce que la presencia de algunos seminaristas, en cuyos países de origen viven la fe de una manera “tan heroica, tan contracorriente”, le interpela a él de manera personal cómo vive su fe en un contexto donde las condiciones quizá están dadas de otra manera, a lo que se pregunta internamente ¿Cómo respondo yo al don de la fe cuando se me ha dado de una manera inmerecida? ¿Soy consecuente con mi fe, con mi ministerio sacerdotal?

Así – prosigue – la situación anterior me hace experimental la apertura de la Iglesia de Sevilla, como una forma de abrirse a la misión con la diócesis de China, de Mindelo, (Cabo Verde) y Kerala (India).

Pastoral de la oración

La pastoral vocacional , por tanto, “es una pastoral llamada enteramente a la oración, porque cuando nosotros llamamos al Señor pidiendo pastores, también nos hacemos sensibles a la necesidad de dar respuesta generosa a la llamada del Señor y así demostramos finalmente que seguir a Jesucristo y decirle sí es una fuente de alegría, de gozo, donde encontramos la plenitud de sentido a nuestra existencia, no hay nada que pueda igualar lo que se vive diciéndole que sí a Cristo”.

Finalmente, Marcelino Manzano resaltó la importancia de la formación integral del seminarista como eje trasversal en los ámbitos de toda la existencia: Intelectual, humana, psicológica, terapéutica,

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