Cada 1 de mayo se conmemora el Día Internacional del Trabajo, coincidiendo con la festividad de san José Obrero. Este día, la Acción Conjunta Contra el Paro (ACCP), junto a otras entidades que promueven la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD), van a celebrar la Eucaristía a las ocho de la tarde en la Parroquia de Nuestra Señora del Mayor Dolor, en Sevilla. Será presidida por el vicario episcopal para la Pastoral Social, Salvador Diánez. Posteriormente, habrá una concentración en la calle “para manifestar que cuidamos el trabajo para cuidar a las personas”, explican desde la comisión de la ACCP. Precisamente este es el lema escogido este año en torno al cual gira toda la reflexión de la ITD.
Con esta acción, señalan, “la Iglesia de Sevilla queremos hacernos cercanos a todas las personas trabajadoras empobrecidas y a las comunidades cristianas que en ellas se encarnan, y seguir anunciando que el trabajo decente para todas y todos es posible”.
El cuidado en el mundo laboral
Desde la ITD son conscientes de la necesidad de seguir trabajando para que “todas las personas tengan trabajo, especialmente las más jóvenes, las que han sido excluidas y las que malviven entre la precariedad y el desempleo”.
Este 2024, a través del manifiesto hecho público ayer con motivo del Primero de Mayo, han querido poner el foco “en la necesidad de cultivar el cuidado en el mundo laboral para mejorar la realidad de las personas”.
En el texto, lamentan que nuestra sociedad dificulte la conciliación de la vida personal y laboral. “Algunos empleos conllevan exigencias de tiempo y dedicación que dan lugar a conflictos personales, familiares y sociales. El tiempo que invertimos en el trabajo supone entre el 40 y 50 % de nuestro día, solo teniendo en cuenta una jornada laboral de ocho horas diarias, a la que se suma el desplazamiento”, argumentan.
Además, denuncian que cada vez son más los empleos que no cumplen con la desconexión digital, lo que provoca “que se interrumpa nuestro descanso, provocando estrés y preocupaciones”.
En este sentido, apuntan, “la carencia de un buen cuidado del trabajo tiene como consecuencia el estrés, la ansiedad y la depresión, problemas cada vez más comunes que afectan a gran parte de la población”. Por eso, insisten en que la salud laboral no solo implica evitar los accidentes o las enfermedades que puedan afectar en el ámbito del trabajo, “sino también garantizar el bienestar de las personas al desarrollar su profesión. Por tanto, abarca la estabilidad psicológica y emocional de las personas trabajadoras”.
Al respecto, citan las palabras del papa Francisco en el mensaje de la Cumbre Mundial del Trabajo de la OIT, en 2021, en el que defendió que “si el trabajo es una relación, entonces tiene que incorporar la dimensión del cuidado, porque ninguna relación puede sobrevivir sin cuidado”. Asimismo, el Santo Padre alertó de que “un trabajo que no cuida, que destruye la creación, que pone en peligro la supervivencia de las generaciones futuras, no es respetuoso con la dignidad de los trabajadores y no puede considerarse decente. Por el contrario, un trabajo que cuida, contribuye a la restauración de la plena dignidad humana, contribuirá a asegurar un futuro sostenible a las generaciones futuras. Y en esta dimensión del cuidado entran, en primer lugar, los trabajadores”.
El comunicado de la ITD concluye reclamando “políticas que permitan una conciliación real”. Entre sus propuestas destacan valorar la reducción del tiempo de trabajo y la inclusión de la salud laboral como un “derecho fundamental de todas las personas”. “Es hora de alzar la voz y reivindicar que la salud de las personas no se vea comprometida en aras del beneficio económico”, sentencia la ITD.
Más información en la dirección de correo accioncontraelparo@archisevilla.org
