Tras varios días siguiendo la ruta de San Pablo en Turquía, los participantes en la peregrinación diocesana han llegado a Estambul, y han recorrido la antigua Constantinopla, en cuya Catedral del Espíritu Santo se celebró la Eucaristía, poniendo así punto final ae estos días de convivencia.
A lo largo de esta semana han visitado puntos geográficos citados tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, con testimonios directos de San Pablo, San Pedro, San Juan, San Bernabé, San Felipe y otros evangelizadores de esa tierra.
Miguel Ángel Bernal, delegado diocesano de Peregrinaciones, destaca «las preciosas, íntimas y reconfortantes Eucaristía celebradas en sitios prácticamente ausentes de cristianos, como Antioquía y Tarso, cuna natal de Pablo, donde hemos sido atendidos por religiosos y religiosas que evangelizan solos presencialmente esos santos lugares».
Bernal relata desde Constantinopla las «íntimas oraciones del grupo ante la tumba de San Juan Evangelista y en los restos de la basílica del Concilio de Éfeso, donde se proclamó a María como Madre de Dios».
El culmen de la peregrinación fue la visita a la casa de la Virgen María en Éfeso, donde se celebró una emotiva Eucaristía recordando este lugar de la Asunción de María.
Culturalmente, los peregrinos han completado este trayecto religioso con visitas a enclaves arqueológicos como Hierápolis, Éfeso, Troya y Pérgamos, así como parajes naturales como Pumakkale y el Estrecho de Dardanelos.