En la Eucaristía celebrada esta mañana en el Rocío para los jóvenes peregrinos de la Archidiócesis de Sevilla en la JPJ, Mons. Gómez Sierra ha invitado a los jóvenes a estar vigilantes para elegir el trigo, no la cizaña.
La Eucaristia, presidida por Mons. Gómez Sierra y concelebrada por el Arzobispo de Sevilla Mons. Asenjo y los sacerdotes sevillanos presentes en la JPJ, ha comenzado con el rezo de Laudes y ha servido para inaugurar la tercera jornada de este encuentro con todos los jóvenes cristianos de las diócesis del Sur de España.
En su homilía, Mons. Gómez Sierra ha querido invitar a los jóvenes a abrirse a la Palabra de Jesucristo: «Os invito a que nos dejemos sorprender por el Señor en esta jornada que estamos comenzando con la Eucaristía. Abramos nuestro espíritu a la Palabra que en cada uno de nosotros tendrá un eco particular.».
El evangelio proclamado ha sido el de la parábola del trigo y de la cizaña. El Obispo Auxiliar ha dicho que: «de ella podemos aprender que el Señor nos habla de manera sencilla, con signos que podemos observar todos y a partir de ahí descubrir toda la profundidad que tiene. Y por ella podemos preguntarnos qué pasa en mi vida, en la Iglesia, en mi parroquia, en mi movimiento o en mi hermandad.»
El trigo y la cizaña, decía Mons. Gómez Sierra, es signo de cómo nos conducimos en la vida: «Hay una manera de comportarse que es sembrar cizaña en nuestra vida, en nuestras relaciones: cuando nos dejamos conducir por el propio interés o vamos a aprovecharnos de los demás, dejarnos llevar por la crítica. Pero hay otra forma de acoger la semilla del Señor: cuando nos dejamos acoger por el servicio y la humildad. San Ignacio de Loyola plasmará esto en sus ejercicios con la parábola de las dos banderas. Elegir entre el Señor y el mal. Una elección que tenemos que hacer todos. El trigo y la cizaña.»
La elección es permanente: «Constantemente, en cada momento de nuestra vida, en el campo de nuestro corazón, caen semillas de trigo y de cizaña. La constante propuesta a elegir un bando u otro. Y no hay campo neutral. Estamos batallando en un ejército o en otro. Crecemos como semilla buena o como semilla mala.»
La homilía ha continuado invitando a los jóvenes a elegir a Jesucristo: «¿Qué hacer? Los apóstoles querían arrancar ya la cizaña. Pero Jesús nos invita a la paciencia: llegará la separación, el juicio al final de los tiempos. Ahora toca la misericordia. Jesús nos invita a estar vigilantes. Vigilar es orar, estar en trato con el Señor en la vida. Al final de cada jornada que vivimos, deberíamos pararnos un momento y pensar, hacer examen de conciencia. Así estaremos vigilantes para que la semilla mala no germine en nuestro corazón.
El Obispo Auxiliar ha recordado también que el evangelio es una carrera de fondo: «Jesús también nos invita a la paciencia, a veces tan difícil para los jóvenes pero difícil en todas las edades. Nos gustaría ya todo ahora. Pero el evangelio es una carrera de fondo: las decisiones son constantes. Pero contamos con la misericordia de Dios. El un día nos juzgará si hemos sido trigo o cizaña.»
Finalmente ha encomendado a todos los jóvenes a la Virgen María: «Aprendamos de María, que nunca dejó que en su corazón creciera la cizaña. Pidamos a ella que nos ayude a volvernos siempre al Señor y a su Palabra, que en María se hizo carne y dio el fruto de Dios en medio de nosotros.»
Tras la Misa los jóvenes han recibido la catequesis también del Obispo Auxiliar y han continuado las actividades. Esta tarde tendrá lugar la Feria de los Carismas y la Adoración Eucarística.
Es un comentario generalizado los momentos hermosos de fe que se están viviendo en la JPJ. El Rector del Seminario, Miguel Ángel Núñez, lo califica de un momento de gracia de Dios, lleno de alegría y entusiasmo: «Estos encuentros donde viene jóvenes de todas las provincias, hacen visible la paternidad de Dios y la maternidad de la Iglesia, porque descubrimos que no caminamos solos.