El cardenal Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla, presidió la Eucaristía dominical en la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, con motivo de la visita de la imagen del Gran Poder al templo parroquial.
El Evangelio propuesto por la Iglesia en el XXX domingo del Tiempo Ordinario, fue el encuentro del ciego Bartimeo con Jesús, sobre este pasaje bíblico, el cardenal Amigo vertebró su homilía ante una concurrida asamblea.
“Señor, que vea. Nosotros como Bartimeo, frente a la imagen del Gran Poder te pedimos ´Señor, que vea a mis hermanos que pasan necesidad, que vea a los que son felices para bendecir tu nombre, que vea a los que están lejos, para que los tenga siempre cerca del corazón, pero Señor del Gran Poder, sobre todo una cosa: que te vea a ti, porque es la razón por la que estamos aquí”.
La imagen de Jesús del Gran Poder fue trasladada a la Parroquia Nuestra Señora de la Candelaria, la mañana del pasado sábado, proveniente de la Parroquia de la Blanca Paloma, como parte del itinerario previsto dentro del Año Jubilar de la Hermandad del Gran Poder y la Santa Misión.
“Señor del Gran Poder, venimos a verte a ti, no tenemos nada que traerte y casi nada que decirte, pero venimos a verte a ti, y que seas tú el que nos haga ver las cosas con tus ojos y con tu corazón”, expresó el celebrante.
La Santa Misa fue retransmitida por el canal de Youtube de la Hermandad del Gran Poder.
“El Gran Poder es el amor que todo lo puede”
Durante la Eucaristía, el arzobispo emérito de Sevilla reflexionó que, en medio de la situación actual de pobreza, enfermedad y desempleo, “muchas personas ya no saben ni llorar de las cruces tan grande que llevan (…), pero un Padre bueno solo puede mirar a sus hijos con todo el corazón y con toda el alma”.
Ante momentos de desconcierto y duda “queremos Jesús que tú seas nuestro maestro”. Don Carlos Amigo pidió “mirar a Jesús y abrazar la cruz. Necesitamos Señor aprender a llevar las espinas que son muchas las que nos punzan cada día”.
En esta línea, el cardenal Amigo hizo especial mención a la Virgen María, en su advocación del Mayor Dolor y Traspaso, “porque para ella, aunque tenga muchos hijos, cada uno de nosotros es único”.
Terminó su homilía refiriendo que el día del retorno de la imagen del Señor esculpida por Juan de Mesa a su basílica, “no volverá solo, volveremos todos con Él, porque donde quiera que estés tú, allí queremos estar nosotros, Jesús”.
El cardenal agradeció a la Hermandad del Gran Poder “por habernos traído lo más querido para vosotros, pero antes de que llegara la imagen del Gran Poder, vuestra hermandad había llegado a este barrio buscando a los pobres, trayendo ayuda y prestando aquello que pudiese necesitarse (…), qué buen camino habéis hecho, porque el camino del Señor siempre llega por el amor y la caridad”.
